De la «revolución» y colaborar con el PSOE a la conversión: el camino de fe del arzobispo Argüello
Monseñor Luis Argüello ya ejerce como nuevo arzobispo de Valladolid siendo una de las grandes referencias en el episcopado español con unas importantes cualidades comunicativas que ya ha mostrado estos años como portavoz de la Conferencia Episcopal Española.
Pero también en las redes sociales habla sin tapujos sobre los grandes problemas sociales que atraviesa España. Esta semana se han conocido los datos del INE que evidencian los peores datos de natalidad en España que recoge la serie histórica y Argüello ha opinado al respecto a través de Twitter.
“La natalidad se estanca en niveles mínimos. Una vez más se lamentan las consecuencias al mismo tiempo que se siguen alimentando las causas: propuestas antropológicas y sexuales desvinculadas de la procreación; derecho al aborto; condiciones laborales y de vivienda antifamiliares”, asegura el prelado castellano.
En una reciente entrevista con Alfa y Omega, monseñor Luis Argüello ya incidía en aspectos relacionados: “La misión de la Iglesia tiene un componente profético y, a veces, a contracorriente y martirial. Pero el mayor déficit de esta presencia es que la necesaria especialización se transforma en parcialidad. El testimonio de los cristianos en favor de la vida tiene que ser integral. Habrá más posibilidad de tocar el corazón de nuestros contemporáneos al defender la vida en el vientre materno si nos preocupamos de las condiciones económicas y sociales”.
En dicha entrevista también hablaba también sobre su propia vida e incluso su militancia izquierdista en la juventud. Sus años universitarios y su juventud están precisamente unidas a Valladolid, ciudad de la que ahora es obispo. En la entrevista aseguraba: “Estuve entre 1971 y 1983. Fue una época de gran transformación interior y espiritual. Mi estancia coincidió con la Transición y la aprobación de la Constitución. Era la época de las primeras revueltas universitarias, y ese mundo provocó en mí una especie de revolución que puso un poco de distancia con la experiencia religiosa. Entre 1975 y 1980 tonteé con algunas actividades políticas en las primeras elecciones democráticas y colaboré con alguno de los partidos sin militancia firme”.
Argüello señala que “había participado antes en la Junta Democrática de España y en la Plataforma de Convergencia Democrática de España. La experiencia con los partidos políticos me produjo un desencanto y, en medio de todo, los hermanos de La Salle, con los que había estudiado, me llamaron para que explicara la nueva Constitución en las enseñanzas medias. Volví al colegio y tuve una experiencia de nueva conversión. No había abandonado la Iglesia, pero sí tuve un encuentro personal con Jesucristo. Ahí empezó un proceso que continuó en el seminario en los años 80”.
La política no ha sido ajena a su vida, y en la actualidad tampoco ha tenido problemas en enfrentarse a cuestiones políticas complicadas. El arzobispo de Valladolid confiesa: “A finales de los años 70 tuve una relación cercana con el llamado Equipo de la Democracia Cristiana por una amistad con Joaquín Ruiz Jiménez. Luego colaboré en la candidatura municipal del PSOE cuando ganó por primera vez las elecciones, y también por una relación personal con la delegada de la Facultad de Filosofía y Letras”.
Sin embargo, la conversión de la que habló anteriormente le llevó finalmente al sacerdocio. Él mismo reconoce que cuando se planteó ser cura le influyó mucho la Comunidad de Taizé “por su pasión por la reconciliación y la comunión”.