Acompañar espiritualmente a los guardianes de la Casa Blanca
Exprotestante, se ordena de diácono católico y el Servicio Secreto le encarga buscar capellanes
El Servicio Secreto de Estados Unidos va a empezar a tener sus propios capellanes, y entre ellos va a estar uno de los impulsores de estas capellanías, Mark Arbeen, católico converso, que desde el 22 de febrero será diácono permanente.
El Servicio Secreto cuenta con unos 6.500 empleados: Wikipedia calcula que 3.100 son agentes especiales, 1.200 son uniformados y 1.700 o más son técnicos y administrativos. Se encarga de proteger al presidente, el vicepresidente y sus familias, a los jefes de Estado de visita en EEUU, la Casa Blanca y las embajadas extranjeras, además de combatir algunos delitos financieros.
Hasta ahora no había capellanes propios en este cuerpo (sus miembros trabajan en Estados Unidos y pueden, en principio, ir a la parroquia más cercana). Pero a Mark se le ha encargado ahora buscar entre 150 y 300 capellanes voluntarios para atender este apostolado.
Él es, desde diciembre, el primer capellán a tiempo completo del Servicio Secreto y organizador de todo el sistema de capellanía. Pero sólo será clérigo católico a partir del jueves 22 de febrero, al ser ordenado diácono católico dentro del Ordinariato de la Cátedra de San Pedro (ordinariate.net), para católicos de origen anglicano. El Ordinariato tiene más de 30 comunidades en EEUU y una docena en Canadá.
Un niño adoptado en familia episcopaliana
Mark Arbeen nació en Chicago en 1968 y fue recogido para su adopción por una orden de monjas anglicanas, la Comunidad de Santa María. Lo adoptó una familia episcopaliana (anglicanos de EEUU) que ya había adoptado otros dos niños. La parroquia episcopaliana a la que acudían es bastante popular: es la que aparece en la famosa comedia "Solo en Casa" (la de 1990, del niño Macaulay Culkin frente a unos torpes ladrones).
"Solo en casa" (1990), escena en la parroquia episcopaliana donde Mark Arbeen fue de niño
Al terminar el instituto, sirvió en la Armada norteamericana durante 8 años. Una vez, estando fondeados en Italia, el capellán católico del barco le dijo: "¿Quieres que conozcamos a mi antiguo profesor?" Resultó que era el mismísimo Juan Pablo II. "Tuvimos una audiencia privada con él y le regalamos un gorrito del barco", explica entre risas al Arlington Catholic Herald.
Fue seminarista episcopaliano, pero lo dejó...
De vuelta a la vida civil, sacó un título en Economía en la Universidad de Illinois y empezó a estudiar en una seminario episcopaliano de Virginia. Pero al cabo de un año y medio lo dejó. "Había muchos cambios en marcha en la Iglesia Episcopaliana que me causaban desazón", explica.
En 2002 conoció una chica católica. Los sábados por la noche iban a misa católica a la parroquia de San Ramón de Penyafort (straymonds.org), en Springfield, y los domingos por la mañana a una iglesia episcopaliana. Se casaron en la Iglesia Episcopaliana, aunque acudió el párroco de San Ramón, el padre James R. Gould.
Una promesa a la Virgen de Guadalupe
En la etapa previa, de novios, Arbeen visitó en México la Basílica de Guadalupe durante una misa. Desde niño se le había educado en el respeto a la Virgen, aunque era algo escéptico respecto a la aparición. Sus amigos dicen que pasó la misa como en un trance. Mirando a la tilma milagrosa de la Virgen, decidió que si su esposa quedaba embarazada se haría católico. No lo anunció hasta que sucedió. Y en cuanto supo la alegre noticia preguntó al padre James Gould: "¿Cómo me hago católico?"
Entró en la Iglesia Católica en la Vigilia Pascual de 2004 y fue confirmado por el obispo de Arlington algo más tarde, en una ceremonia rodeado de catecúmenos adolescentes que recuerda con humor.
Cuando en 2011 el Papa Benedicto XVI creó el Ordinariato de la Cátedra de Pedro para antiguos anglicanos, quiso integrarse en él. "Echaba de menos parte del patrimonio: oraciones, himnos, el compañerismo personal con el sacerdote y la gente con donuts y café..." Las parroquias anglicanas, mucho más pequeñas, generan más sensación de confraternidad cercana. El líder del Ordinariato, Jeffrey Steenson, antiguo obispo episcopaliano de Río Grande convertido ahora en prelado católico, le animó a explorar el diaconado permanente, para lo que empezó a estudiar en 2015.
Reencontrar a tu madre a los 48 años
Mientras estudiaba para el diaconado, investigó sobre su pasado y encontró a su madre biológica. Lo había entregado en adopción cuando ella tenía 18 años, y tenía otras hijas, sus medio-hermanas. Fue a conocerla. Ella le contó que le había llamado Stephen (Esteban) porque en esos días estaba leyendo en Hechos de los Apóstoles la historia de San Esteban.
Mark comentó con asombro que San Esteban fue el primer diácono. "¿Sabes, mamá, que voy a ser diácono?", le dijo. Se encontraron en persona en el Día de la Madre de 2016 en Chicago, teniendo él ya 48 años. "La llamo mamá porque en todo este tiempo nunca se olvidó de mí y siempre me amó y se preocupó aunque siguiera su vida. Sabía que otra persona me amaba". También recuerda con cariño a sus padres adoptivos, que ya murieron.
A su ordenación diaconal vienen amigos protestantes (incluso el obispo episcopaliano Derek Jones), sacerdotes, otros aspirantes a diáconos, su madre biológica y otros parientes, su esposa e hijos. Y, quizá con un discreto camuflaje, muchos compañeros de trabajo del Servicio Secreto.
El Servicio Secreto cuenta con unos 6.500 empleados: Wikipedia calcula que 3.100 son agentes especiales, 1.200 son uniformados y 1.700 o más son técnicos y administrativos. Se encarga de proteger al presidente, el vicepresidente y sus familias, a los jefes de Estado de visita en EEUU, la Casa Blanca y las embajadas extranjeras, además de combatir algunos delitos financieros.
Hasta ahora no había capellanes propios en este cuerpo (sus miembros trabajan en Estados Unidos y pueden, en principio, ir a la parroquia más cercana). Pero a Mark se le ha encargado ahora buscar entre 150 y 300 capellanes voluntarios para atender este apostolado.
Él es, desde diciembre, el primer capellán a tiempo completo del Servicio Secreto y organizador de todo el sistema de capellanía. Pero sólo será clérigo católico a partir del jueves 22 de febrero, al ser ordenado diácono católico dentro del Ordinariato de la Cátedra de San Pedro (ordinariate.net), para católicos de origen anglicano. El Ordinariato tiene más de 30 comunidades en EEUU y una docena en Canadá.
Un niño adoptado en familia episcopaliana
Mark Arbeen nació en Chicago en 1968 y fue recogido para su adopción por una orden de monjas anglicanas, la Comunidad de Santa María. Lo adoptó una familia episcopaliana (anglicanos de EEUU) que ya había adoptado otros dos niños. La parroquia episcopaliana a la que acudían es bastante popular: es la que aparece en la famosa comedia "Solo en Casa" (la de 1990, del niño Macaulay Culkin frente a unos torpes ladrones).
"Solo en casa" (1990), escena en la parroquia episcopaliana donde Mark Arbeen fue de niño
Al terminar el instituto, sirvió en la Armada norteamericana durante 8 años. Una vez, estando fondeados en Italia, el capellán católico del barco le dijo: "¿Quieres que conozcamos a mi antiguo profesor?" Resultó que era el mismísimo Juan Pablo II. "Tuvimos una audiencia privada con él y le regalamos un gorrito del barco", explica entre risas al Arlington Catholic Herald.
Fue seminarista episcopaliano, pero lo dejó...
De vuelta a la vida civil, sacó un título en Economía en la Universidad de Illinois y empezó a estudiar en una seminario episcopaliano de Virginia. Pero al cabo de un año y medio lo dejó. "Había muchos cambios en marcha en la Iglesia Episcopaliana que me causaban desazón", explica.
En 2002 conoció una chica católica. Los sábados por la noche iban a misa católica a la parroquia de San Ramón de Penyafort (straymonds.org), en Springfield, y los domingos por la mañana a una iglesia episcopaliana. Se casaron en la Iglesia Episcopaliana, aunque acudió el párroco de San Ramón, el padre James R. Gould.
Una promesa a la Virgen de Guadalupe
En la etapa previa, de novios, Arbeen visitó en México la Basílica de Guadalupe durante una misa. Desde niño se le había educado en el respeto a la Virgen, aunque era algo escéptico respecto a la aparición. Sus amigos dicen que pasó la misa como en un trance. Mirando a la tilma milagrosa de la Virgen, decidió que si su esposa quedaba embarazada se haría católico. No lo anunció hasta que sucedió. Y en cuanto supo la alegre noticia preguntó al padre James Gould: "¿Cómo me hago católico?"
Entró en la Iglesia Católica en la Vigilia Pascual de 2004 y fue confirmado por el obispo de Arlington algo más tarde, en una ceremonia rodeado de catecúmenos adolescentes que recuerda con humor.
Cuando en 2011 el Papa Benedicto XVI creó el Ordinariato de la Cátedra de Pedro para antiguos anglicanos, quiso integrarse en él. "Echaba de menos parte del patrimonio: oraciones, himnos, el compañerismo personal con el sacerdote y la gente con donuts y café..." Las parroquias anglicanas, mucho más pequeñas, generan más sensación de confraternidad cercana. El líder del Ordinariato, Jeffrey Steenson, antiguo obispo episcopaliano de Río Grande convertido ahora en prelado católico, le animó a explorar el diaconado permanente, para lo que empezó a estudiar en 2015.
Reencontrar a tu madre a los 48 años
Mientras estudiaba para el diaconado, investigó sobre su pasado y encontró a su madre biológica. Lo había entregado en adopción cuando ella tenía 18 años, y tenía otras hijas, sus medio-hermanas. Fue a conocerla. Ella le contó que le había llamado Stephen (Esteban) porque en esos días estaba leyendo en Hechos de los Apóstoles la historia de San Esteban.
Mark comentó con asombro que San Esteban fue el primer diácono. "¿Sabes, mamá, que voy a ser diácono?", le dijo. Se encontraron en persona en el Día de la Madre de 2016 en Chicago, teniendo él ya 48 años. "La llamo mamá porque en todo este tiempo nunca se olvidó de mí y siempre me amó y se preocupó aunque siguiera su vida. Sabía que otra persona me amaba". También recuerda con cariño a sus padres adoptivos, que ya murieron.
A su ordenación diaconal vienen amigos protestantes (incluso el obispo episcopaliano Derek Jones), sacerdotes, otros aspirantes a diáconos, su madre biológica y otros parientes, su esposa e hijos. Y, quizá con un discreto camuflaje, muchos compañeros de trabajo del Servicio Secreto.
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