Mike Sollom y su esposa LuAnn sufrieron mucho, y también hallaron mucho
Evangélicos y evangelizadores, peregrinos a la escucha de Dios... ¡no les invitaban a ser católicos!
En la Vigilia Pascual de 2015, a los 60 años de edad, Mike Sollom y su esposa LuAnn entraron en plena comunión con la Iglesia Católica en una parroquia de Michigan.
Habían pasado 34 años desde que Mike había comprado un álbum de música de John Michael Talbot, su primer paso hacia la plenitud de la fe católica. Había leído libros, había hablado con cristianos ortodoxos, había investigado en la historia y los sacramentos... pero durante muchos años había estado en el umbral, sin dar el paso.
Mike y LuAnn siempre fueron cristianos evangélicos fervientes y evangelizadores. Estudiaron juntos en la adolescencia, se casaron y fueron misioneros en Venezuela. Mike componía canciones de alabanza y evangelización y dirigió la alabanza en muchas comunidades. Fue también pastor evangélico a tiempo completo.
Durante décadas se habían ido sintiendo cada vez más cercanos al catolicismo, habían estado muchos años en ese umbral. Sin embargo, nunca nadie les había invitado a hacerse católicos hasta 2014.
Años de tragedia y reconstrucción
Ese año estaban arruinados y exhaustos después de mucho tiempo sufriendo graves tragedias familiares. Su hijo James murió de cáncer en 2005, a los 24 años, tras meses de esfuerzos médicos ineficaces. Su hija luchó contra la droga, la heroína, y sólo en 2012 logró dejarla plenamente. La economía familiar estaba hundida.
Mike Sollom y su esposa LuAnn
En un curso de gestión de economía doméstica Mike y LuAnn conocieron un matrimonio católico. La esposa en realidad era una conversa al catolicismo. Ellos contaron que desde hacía décadas les atraía la doctrina católica y su historia.
"Ellos plantearon si, después de toda nuestra búsqueda, podríamos llegar a ser católicos. Y ahí estaba: finalmente alguien decía las palabras y sugería que podíamos hacernos católicos. ¿Quién lo habría pensado? Después de todos esos años, habíamos empezado a pensar que hacerse católico era como hacerse italiano, algo que, simplemente, no podíamos hacer", escribió Mike en su testimonio para CHNetwork.
Un viaje espiritual de décadas
El viaje espiritual había sido de décadas. En 1987 Mike fue uno de los pastores evangélicos invitados a la misa de Juan Pablo II en Monterrey, California. Después estuvo leyendo a autores espirituales católicos Thomas Merton, y antes a Henri Nouwen. John Michael Talbot, que había sido su ejemplo y modelo de evangelizador con la música, era un evangélico que se había hecho católico.
En cierta ocasión, él dirigía la alabanza en una comunidad no denominacional de origen metodista y un participante le comentó que las dos canciones que había usado sobre la Segunda Venida de Cristo eran incompatibles: lo que decía una contradecía a la otra. Cantar con amor al Señor no era bastante: ¿quién era el guardián de la doctrina? ¿Cómo tener doctrina segura? Por su comunidad pasaban protestantes de distintas tendencias y enseñanzas contradictorias. La búsqueda de una doctrina clara le llevó a la teología católica.
En cierta ocasión, visitó una parroquia católica y comentó que le interesaría entrar como laico en una orden terciaria. Le respondieron que para eso había que ser católico y que él no lo era. Pero no le dijeron: ¿por qué no se hace católico? Ni: "explore la posibilidad de hacerse católico, le diremos cómo". Pasaron aún años.
En 1995 se hizo miembro de una comunidad ecuménica creada por John Michael Talbot, pensada para personas casadas no católicas. "Estaba cerca al catolicismo, pero durante años pensé que no me acercaría más".
Capas de duelo y dolor, furia contra Dios
Tras la muerte de su hijo Jim, y en los años de lucha de su hija contra la droga, Mike y su esposa pasaron momentos de agustia y hundimiento absoluto. "Abrumado por las capas de duelo y dolor, desaparecí en un estado de entumecimiento y niebla. Nada me importaba. Me enfurecí con Dios. Dejé de ir a la iglesia. Quería dejar de creer en Dios". Pero sabía que Dios seguía ahí, amando, y esperando.
"Como todos aprendemos en esta vida, no podemos elegir lo que nos pasa. Sólo podemos elegir lo que hacemos con lo que nos pasa", escribe Mike.
Después de su entrada en la Iglesia Católica, asumieron plenamente algo que durante años habían ido aceptando: que serían peregrinos, viajeros, y que por lo tanto debían crecer en la confianza en Dios.
La experiencia de ser católicos
"Nos encanta ser católicos. Es como llegar a casa después de un largo viaje y saber que nunca vamos a irnos ya más. Es como recibir un equipo de herramientas con todo lo que necesitas, toda la sustancia y la verdad, para explorar, explicar y expresar nuestras vidas en Cristo y su vida en nosotros. Es experimentar a Cristo de la forma en que Él siempre quiso ser experimentado. Es como enamorarse. Amamos los sacramentos, amamos la misa, amamos especialmente la eucaristía. Muchas veces, al acabar la misa, miro a LuAnn y digo: nunca estuve tan contento de ser católico".
Ven a la Iglesia como una familia en todo el mundo. Viven con austeridad y viajan en grandes expediciones en una caravana y desde 2016 han recorrido ya buena parte de Norteamérica. Van a misa a capillas rurales y grandes catedrales. Encuentran católicos llenos de Cristo y de Espíritu Santo en muchos lugares. También visitan a sus parientes, buscan retomar lazos humanos. Son peregrinos a la escucha de Dios. Ahora planean realizar en España el Camino de Santiago en recuerdo de su hijo fallecido James (Jaime, Santiago).
Mike y LuAnn publican hermosas fotos de sus peregrinaciones, reflexiones y sus experiencias en su blog de peregrinos SollomClan