Josef Mayr-Nusser, casado, padre de un bebé, mártir y ahora beato
Alzó la mano y gritó: «General, no puedo jurar fidelidad a Hitler, mi fe y conciencia lo impiden»
El Santo Padre puso como ejemplo para los padres en el reciente día de San José al italo-alemán Josef Mayr-Nusser, beatificado el sábado 18 de marzo en Bolzano, en el Tirol italiano, de donde era natural.
“Padre de familia y exponente de la Acción Católica, murió mártir porque se negó a adherirse al nazismo y decidió ser fiel al Evangelio. Por su gran sentido moral y espiritual constituye un modelo para los fieles laicos, en especial para los que son padres”.
Una zona de Italia de población germanohablante
Josef Mayr-Nusser (www.josef-mayr-nusser.it) nació el 27 de diciembre de 1910 en Maso Nusser (Nusserhof) en Piani di Bolzano. En esa época, la inmensa mayoría de los habitantes de esta zona del norte de Italia eran germanohablantes y aún hoy lo son un 25%.
Desde muy pequeño, sus padres le inculcaron a él y a su hermano una profunda fe católica. Tras terminar sus estudios en la escuela de negocios, trabajó como contable en Bolzano, y de forma autodidacta estudiaba también teología y astronomía, dos temas que le apasionaban.
Interés por los más desfavorecidos
Durante sus estudios, se interesó profundamente por los trabajos de Frédéric Ozanam, escritor laico francés y fundador de las Conferencias de San Vicente de Paúl. Se unió como laico a ellas a los 22 años, y sería el presidente de su sección en Bolzano en 1937.
La localidad del Bolzano se encuentra en la región sur del Tirol
En esta etapa de su vida, Josef prestó un gran servicio a los pobres, no solo humano, sino espiritual. Se afanó de forma constante en alimentar a los pobres, remarcando la importancia de acompañarlos "durante al menos 1015 minutos", como dice en una carta enviada a los miembros de la asociación.
En 1934 asumió el liderazgo de la Acción Católica de la diócesis de Trento, aceptando la invitación del Papa Pío XII a acrecentar sus actividades pastorales. Ya antes había sido el responsable de la sección de jóvenes de lengua alemana de Acción Católica en la zona.
Se casó con Hildegard Straub en 1942 y un año después, en 1943 tuvieron a su único hijo, Alberto.
Los alemanes reclutan a la fuerza en el Tirol
Cuando la Italia fascista se rindió septiembre de 1943, el ejército alemán asumió el control completo del Sur de Tirol y reclutó a la fuerza a sus habitantes jóvenes de lengua alemana. Josef Mayr-Nusser fue llamado a filas y enviado a Prusia, en Alemania, contra su voluntad, para ingresar en las SS.
Sin embargo, a un día de la ceremonia oficial de ingreso, se negó a jurar fidelidad a Hitler, y menos en un juramento que usaba el nombre de Dios. La fórmula que le exigían decía: «Juro a ti, Adolf Hitler, Führer y canciller del Reich, fidelidad y valor; prometo solemnemente a ti y a los superiores designados por ti fidelidad hasta la muerte; que Dios me asista».
Tras la ocupación alemana, el ejército nazi comenzó a reclutar soldados italianos
Franz Treibenreif, uno de sus compañeros, cuenta que Josef levantó la mano y gritó: “ General, no puedo prestar juramento a Hitler en nombre de Dios. No puedo hacerlo porque mi fe y mi conciencia me lo impiden”. Era el 4 de octubre de 1944.
Josef Mayr-Nusser había crecido en la fe leyendo las cartas de Santo Tomás Moro, el mártir que dijo al morir "muero buen servidor del Rey, pero antes, de Dios". Consideraba que el nazismo y el servicio a Hitler era completamente incompatible con su conciencia como católico.
Josef fue inmediatamente arrestado y acusado de traición y derrotismo.
Valor frente a la adversidad
Desde su lugar de instrucción, en Prusia, escribió varias cartas a su familia. “La urgencia de dar testimonio es ya inevitable; son dos mundos que chocan entre sí. Mis superiores me han demostrado con toda claridad que rechazar y odiar son posturas que un católico jamás debería adoptar", afirmaba en una de ellas. "Es mejor perder la vida que abandonar el camino del deber”.
Durante el juicio, fue trasladado a Danzig. Tras medio año de espera durante el cual sus amigos le intentaron convencer sin éxito para que se retractase de sus palabras, fue condenado a morir en el campo de concentració de Dachau. En su traslado a este campo, murió de disentería. En el momento de su fallecimiento solo poseía un rosario y una biblia.
Josef acompañado de su esposa Hildegard y su hijo Alberto
En una ocasión, otro de sus compañeros llamado Hans Karl Neuhauser dijo a Josef que él no creía que Dios le pidiese no prestar juramento a Hitler. Ante esto, Josef respondió: “Si nadie tiene el valor de decir que no está de acuerdo con la visión de los nazis, nada cambiará jamás”.
En 1993 se inició su proceso de beatificación en Bolzano. 24 años después este padre de familia, querido y admirado por los habitantes de la región tirolesa del sur, es beato. Su ejemplo como laico excepcional y firme en la fe ha perdurado hasta nuestros días.
Un momento de la ceremonia de beatificación del 18 de marzo
La asociación de Ciencias Políticas del Tirol del sur le homenajeó en 2013 nombrándole personalidad del año. Sus restos descansan tras este 18 de marzo en la catedral de Bolzano.
Lea más historias de Iglesia y Nazismo aquí
“Padre de familia y exponente de la Acción Católica, murió mártir porque se negó a adherirse al nazismo y decidió ser fiel al Evangelio. Por su gran sentido moral y espiritual constituye un modelo para los fieles laicos, en especial para los que son padres”.
Una zona de Italia de población germanohablante
Josef Mayr-Nusser (www.josef-mayr-nusser.it) nació el 27 de diciembre de 1910 en Maso Nusser (Nusserhof) en Piani di Bolzano. En esa época, la inmensa mayoría de los habitantes de esta zona del norte de Italia eran germanohablantes y aún hoy lo son un 25%.
Desde muy pequeño, sus padres le inculcaron a él y a su hermano una profunda fe católica. Tras terminar sus estudios en la escuela de negocios, trabajó como contable en Bolzano, y de forma autodidacta estudiaba también teología y astronomía, dos temas que le apasionaban.
Interés por los más desfavorecidos
Durante sus estudios, se interesó profundamente por los trabajos de Frédéric Ozanam, escritor laico francés y fundador de las Conferencias de San Vicente de Paúl. Se unió como laico a ellas a los 22 años, y sería el presidente de su sección en Bolzano en 1937.
La localidad del Bolzano se encuentra en la región sur del Tirol
En esta etapa de su vida, Josef prestó un gran servicio a los pobres, no solo humano, sino espiritual. Se afanó de forma constante en alimentar a los pobres, remarcando la importancia de acompañarlos "durante al menos 1015 minutos", como dice en una carta enviada a los miembros de la asociación.
En 1934 asumió el liderazgo de la Acción Católica de la diócesis de Trento, aceptando la invitación del Papa Pío XII a acrecentar sus actividades pastorales. Ya antes había sido el responsable de la sección de jóvenes de lengua alemana de Acción Católica en la zona.
Se casó con Hildegard Straub en 1942 y un año después, en 1943 tuvieron a su único hijo, Alberto.
Los alemanes reclutan a la fuerza en el Tirol
Cuando la Italia fascista se rindió septiembre de 1943, el ejército alemán asumió el control completo del Sur de Tirol y reclutó a la fuerza a sus habitantes jóvenes de lengua alemana. Josef Mayr-Nusser fue llamado a filas y enviado a Prusia, en Alemania, contra su voluntad, para ingresar en las SS.
Sin embargo, a un día de la ceremonia oficial de ingreso, se negó a jurar fidelidad a Hitler, y menos en un juramento que usaba el nombre de Dios. La fórmula que le exigían decía: «Juro a ti, Adolf Hitler, Führer y canciller del Reich, fidelidad y valor; prometo solemnemente a ti y a los superiores designados por ti fidelidad hasta la muerte; que Dios me asista».
Tras la ocupación alemana, el ejército nazi comenzó a reclutar soldados italianos
Franz Treibenreif, uno de sus compañeros, cuenta que Josef levantó la mano y gritó: “ General, no puedo prestar juramento a Hitler en nombre de Dios. No puedo hacerlo porque mi fe y mi conciencia me lo impiden”. Era el 4 de octubre de 1944.
Josef Mayr-Nusser había crecido en la fe leyendo las cartas de Santo Tomás Moro, el mártir que dijo al morir "muero buen servidor del Rey, pero antes, de Dios". Consideraba que el nazismo y el servicio a Hitler era completamente incompatible con su conciencia como católico.
Josef fue inmediatamente arrestado y acusado de traición y derrotismo.
Valor frente a la adversidad
Desde su lugar de instrucción, en Prusia, escribió varias cartas a su familia. “La urgencia de dar testimonio es ya inevitable; son dos mundos que chocan entre sí. Mis superiores me han demostrado con toda claridad que rechazar y odiar son posturas que un católico jamás debería adoptar", afirmaba en una de ellas. "Es mejor perder la vida que abandonar el camino del deber”.
Durante el juicio, fue trasladado a Danzig. Tras medio año de espera durante el cual sus amigos le intentaron convencer sin éxito para que se retractase de sus palabras, fue condenado a morir en el campo de concentració de Dachau. En su traslado a este campo, murió de disentería. En el momento de su fallecimiento solo poseía un rosario y una biblia.
Josef acompañado de su esposa Hildegard y su hijo Alberto
En una ocasión, otro de sus compañeros llamado Hans Karl Neuhauser dijo a Josef que él no creía que Dios le pidiese no prestar juramento a Hitler. Ante esto, Josef respondió: “Si nadie tiene el valor de decir que no está de acuerdo con la visión de los nazis, nada cambiará jamás”.
En 1993 se inició su proceso de beatificación en Bolzano. 24 años después este padre de familia, querido y admirado por los habitantes de la región tirolesa del sur, es beato. Su ejemplo como laico excepcional y firme en la fe ha perdurado hasta nuestros días.
Un momento de la ceremonia de beatificación del 18 de marzo
La asociación de Ciencias Políticas del Tirol del sur le homenajeó en 2013 nombrándole personalidad del año. Sus restos descansan tras este 18 de marzo en la catedral de Bolzano.
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