Viernes, 22 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

Dio gracias a Dios, exhortó a anteponer a la familia, recordó que se deben a la verdad...

La periodista italiana Letizia Leviti dejó un impactante mensaje a sus compañeros antes de morir

Letizia Leviti, una periodista que vivió intensamente su profesión hasta el último minuto.
Letizia Leviti, una periodista que vivió intensamente su profesión hasta el último minuto.

ReL

El 26 de julio falleció, a los 46 años de edad, la periodista italiana Letizia Leviti, tras dos años de lucha contra una larga enfermedad que en los últimos tramos la mantuvo alejada de la redacción  de Sky TG 24. Allí trabajaba desde 2003 y habia cubierto para el canal informativo, entre otros acontecimientos, las guerras de Afganistán, Irak y Líbano.

Se había licenciado en Filosofía y en Filología en la Universidad de Pisa. Casada y con tres hijos, en 2009 dio un pequeño salto a la política al presentarse a la alcaldía de Bagnone, en la Toscana (pueblo natal de su familia paterna), por Il Popolo della Libertà, el partido de Silvio Berlusconi, aunque no salió elegida.



Pocas fechas antes de morir grabó un mensaje de despedida (sólo audio) para sus compañeros de Sky TG 24 que obtuvo una gran difusión e impactó notablemente en la opinión pública italiana. Incluso el presidente de la República, Sergio Mattarella, hizo referencia a él al recordar a la periodista fallecida en uno de los homenajes que se le han tributado.

Lo reproducimos a continuación en español, seguido del vídeo con su propia voz y el texto en italiano para quien quiera seguirlo así.

En su mensaje agradece por dos veces a Dios todos los bienes recibidos, exhorta a sus compañeros a no descuidar nunca a la familia por el trabajo, y recuerda que las cosas mejores que se hacen en la vida son las que se hacen por amor, incluyendo el amor a los enemigos.

Mensaje íntegro de Letizia Leviti a sus compañeros
¿Estamos en onda? ¿Me escucháis?

¡Vaya! No habría querido que fuese así, pensaba hacerlo [despedirme] como tantas otras veces, y sin embargo la vida no la decidimos nosotros. Quería saludaros con este mensaje y agradeceros y dejaros así un poco de mí misma. Saludaros porque las cosas son así, ya no volveré ahí, hace tiempo que no voy y os he echado mucho de menos, he echado mucho de menos el trabajo.

El trabajo ha sido para mí una fuente de vida. El trabajo es la verdad, nuestro trabajo es la verdad, debe ser la verdad. Tenemos una obligación hacia los telespectadores. No tenemos que contentarles, tenemos que decirles la verdad. Ellos creen en lo que decimos. Y nosotros debemos ser honestos intelectualmente siempre. Esto es lo que pienso, esto es lo que siempre he pensado, y espero y creo que todos vosotros penséis lo mismo.
 
En fin, digamos que no estoy contenta de terminar así, pero doy gracias a Dios porque en la vida lo he tenido verdaderamente todo, todo aquello que podía desear. Quizá incluso más. No, sin “quizá”: más.
 
Y quería deciros otra cosa importante, muy importante. Una conclusión a la que quizá ya habéis llegado... pero nunca se sabe. Es muy importante reconocer en la propia vida las cosas más importantes de la propia vida. Nunca descuidéis a vuestras familias, ni siquiera por el trabajo. El trabajo no debe dominarnos, nada debe dominarnos, ni siquiera la enfermedad debe dominarnos.

Hay que ser libres, libres para amar y saber amar. Amar profundamente. Amar el propio trabajo. Amar a la familia. Amar a tus amigos. Amar a tus enemigos. Enfadarse, sí… pero amar. La fuerza de la vida, el sentido de la vida, es sólo el amor. El amor es lo que nos impulsa a hacer las mejores cosas a lo largo de toda nuestra vida.
 
Y cuando sucede algo como lo que me ha sucedido a mí, es hermoso sentirse colmado, sentirse sereno, sentirse en paz con el mundo, sentir que has hecho lo que querías hacer, con sinceridad, incluso pagando un precio. Un precio que no es demasiado  ante el hecho de que la vida fue auténtica, fue vivida, y se está acabando.

Muchas veces me he encontrado pensando “esto está acabando”, pero también me he encontrado pensando “¡qué bella es esta vida!”. Hasta el final lo he pensado. Y he rezado para que estuvieseis aquí, con mis hijos, con mi marido, con mi madre, con mi mundo. Pero no me he enfadado…
 
Todos tenemos un destino, un camino, y se ve que mi círculo debía cerrarse así. Sin embargo, recordad estas palabras, son importantes. Porque si al término de la vida una persona se da cuenta de que se ha equivocado, que no ha hecho lo que había querido deseado y querido hacer, se da cuenta de no haber amado... creo que una enfermedad y luego el resultado de esa enfermedad se afronta con mucha angustia. Yo sólo he sentido angustia por dejar a mis hijos, a mi marido, a mi madre, a mi familia. Sólo por ellos, no por mí. Lo he tenido todo. Y doy gracias a Dios por todo lo que me ha dado.
 
No sé si este mensaje puede serviros. Pero pensad en ello, porque es muy importante. Y hay que pensar en ello cuando aún se tiene tiempo para pensar.


Un momento del funeral de Letizia Leviti.

Os abrazo para decir de vosotros, de nosotros, que somos grandes, que somos fantásticos, que hemos hecho crecer este canal. Creo en vosotros, siempre he creído mucho, muchísimo. Querría daros las gracias a todos por la cercanía y afecto de este periodo. Y también por la cercanía y el afecto anteriores.  Y también por la cercanía y el afecto de después. Porque no tengo mucha gana de irme. Así que creo que saldré en alguna página de algún periódico, en alguna noticia. Alguna cosa rara se dirá. Así que, venga, os dejo. Un abrazo grande a todos.



Texto original italiano del mensaje (tomado de Tempi)
Siamo in onda? Mi ascoltate? Accidenti, non avrei voluto, pensavo di farcela come tante altre volte e invece la vita non la decidiamo noi. Volevo salutarvi con questo messaggio e ringraziarvi e lasciarvi, così, un po’ di me. Salutarvi perché è andata così, non tornerò più lì, da tanto tempo non ci sono e mi siete mancati molto, il lavoro mi è mancato molto. Il lavoro per me è stato una fonte di vita, il lavoro è verità, il nostro lavoro è verità, deve essere verità.

Abbiamo un debito verso i telespettatori, dobbiamo non accontentarli, dobbiamo dire la verità. Ci credono a quello che noi diciamo. E noi dobbiamo essere onesti intellettualmente, sempre. Questo penso, questo ho sempre pensato, e spero che tutti voi e credo che tutti voi pensiate la stessa cosa. Io, ben non sono, diciamo, contenta che sia finita così, però ringrazio Dio perché nella vita ho avuto veramente tutto, tutto quello che potevo desiderare. Anche di più, forse. Anzi, senza forse, di più.

E volevo dirvi un’altra cosa importante, molto importante. A cui sarete già arrivati. Però non si sa mai. È molto importante riconoscere la propria vita, riconoscere le cose più importanti della propria vita “Non trascurate mai le vostre famiglie, neanche per il lavoro. Il  lavoro non deve dominarci, niente deve dominarci, nemmeno la malattia deve dominarci.

Bisogna essere liberi, liberi di amare e saper amare. Amare profondamente. Amare il proprio lavoro. Amare la famiglia. Amare i propri amici. Amare i propri nemici. Arrabbiarsi. Ma amare. La forza della vita, il senso della vita, è solo l’amore. L’amore è quello che spinge a fare le cose migliori nel corso di tutta la nostra vita.

E quando succede una cosa come è successa a me, è bello sentirsi pieni, sentirsi sereni, sentirsi in pace col mondo, sentire di aver fatto quello che si voleva fare, con sincerità, anche pagando un prezzo. Un prezzo che non è mai troppo alto nei confronti poi del fatto che la vita è vera, è vissuta, sta finendo! E’ successo tante volte a me di pensare “sta finendo”, ma è successo anche di pensare “ che bella questa vita!” Fino alla fine l’ho pensato. E ho pregato, perché stessi qui, con i miei bambini, con mio marito, con la mia mamma, con il mio mondo. Ma non sono arrabbiata o…

Ognuno di noi ha un destino, ha un percorso e il mio cerchio, si vede che doveva chiudersi così. Però, ricordatevi queste parole, sono importanti. Perché se al termine della vita una persona si accorge di aver sbagliato, dio non aver fatto quello che aveva desiderato, voluto, si accorge di non aver amato, io credo che una malattia e poi l’esito di questa malattia sia affrontato con molta angoscia. Io ho avuto angoscia solo per lasciare i miei bambini, mio marito, la mia mamma, la mia famiglia. Solo per loro, non per me. Io ho avuto tutto. E ringrazio Dio per tutto quello che mi ha dato.

Questo messaggio non so se può servirvi. Però pensateci perché è molto importante. E bisogna pensarci quando si ha tempo per pensarci. Io vi abbraccio per dire di voi, di noi, siamo dei grandi, siamo bravi, abbiamo fatto crescere questo canale, io ci credo, ci ho sempre creduto tanto, così tanto. Io volevo ringraziarvi tutti per la vicinanza e l’affetto di questo periodo. E poi anche per la vicinanza e l’affetto di prima. E anche per la vicinanza e l’affetto di dopo. Perché non ho tanta voglia di andarmene. Quindi, secondo me, ruzzolerò da qualche pagina di qualche giornale, qualche notizia. Qualche scrittura bizzarra verrà fuori. Non vi lascio, dai. Un abbraccio grande, a tutti.
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