Ha fundado en Madrid una asociación para becar en la universidad a jóvenes ruandeses
El P. Kabasha tuvo que huir de Ruanda: la solución de África pasa por «la educación de los jóvenes»
Para un hombre como Gaétan Kabasha no es fácil hablar de lo que fue su vida en Ruanda y de lo que tuvo que atravesar para poder llegar a España. No es el hecho de que sea duro –aunque lo sea-, es más una cuestión de no darle mucha importancia, porque para él, lo que de verdad importa es lo que puede hacer ahora por aquellos que viven la dura situación de su tierra.
El contexto del Padre Gaétan Kabasha es el siguiente: en la época más terrible de Ruanda, él atravesó el Congo para escapar del genocidio y llegó a Centroáfrica, donde después de vivir experiencias indescriptibles “Dios le abrió los ojos sobre la miseria”.
El genocidio del 94 entre Hutus y Tutsis, en sí, solo duró tres meses, pero la guerra y las secuelas perduraron por más tiempo. En 1997, el Padre Gaétan entró en el seminario de Bangui y luego en 1999 el obispo le envió a estudiar a Madrid, España.
En 2003 decidió volver a Centroáfrica y se ordenó sacerdote. A partir de ese momento comenzó su labor como misionero, luchando por aquella causa que se le había revelado: el desarrollo de su país. Dice Gaétan que no basta con solo evangelizar, sino que también hay que ayudar al pueblo a salir de la miseria. Al trabajar en la Fundación Bangassou, Gaétan lo tuvo claro: “Si queremos desarrollar África hay que ir más allá del aspecto humanitario”.
Ahora el Padre Gaétan vive de nuevo en Madrid y es capellán en el Hospital Clínico San Carlos, sin embargo no ha olvidado la misión de luchar por la educación de sus hermanos ruandeses, y desde el continente europeo se ha dedicado a la fundación y el crecimiento de la asociación AUDE.
El P. Gaétan con un equipo de alumnos
AUDE África, una solución para el desarrollo
Como propuesta para romper el ciclo del subdesarrollo y la violencia, se creó la Asociación Universidad para el Desarrollo (AUDE). Gracias a la iniciativa del Padre Gaétan y la colaboración de muchas personas que creen en la educación como herramienta para el desarrollo, se ha podido becar a decenas de ruandeses para que realicen sus estudios superiores y puedan optar por una vida mejor.
AUDE tiene por objeto financiar la realización de estudios universitarios por nativos y residentes de áreas del continente africano necesitadas de ayuda y, en su caso, de otros países del mundo, que reuniendo las capacidades para este tipo de estudios, carezcan de los medios materiales necesarios para realizarlos y, en recíproca contraprestación se comprometan a ser socios desde que finalicen sus estudios hasta que el importe de las cuotas abonadas cubran la cantidad de la ayuda recibida.
El proyecto se inició con la República de Ruanda, y si el funcionamiento es satisfactorio y hay respuesta social, cabe la posibilidad de que se pueda extender a otros países de África en los que resulte de aplicación el modelo solidario utilizado.
Prisca Nazama es la primera mujer en obtener su bacaloreato y licenciatura en Bakouma, Centroáfrica. Gracias al Padre Gaétan y a la parroquia Saint André, ella pudo continuar sus estudios a pesar de las muchas dificultades que se encontró en el camino. Prisca está convencida de lo siguiente: “Si ahora estamos confrontados por la violencia y los conflictos usualmente irracionales, es porque muchos jóvenes no pueden seguir sus estudios. Ellos se encuentran como presas fáciles de la manipulación y de la abducción a las milicias. El fenómeno de anti-bakala o autodefensa ilustra bien este hecho. Sin educación el país no se puede desarrollar”.
Prisca, la primera alumna en concluir sus estudios universitarios
AUDE funciona gracias a la donación de personas que se involucran con el proyecto, sin embargo para que la asociación pueda seguir ayudando se necesita que más personas lo conozcan.
El remedio está en África
Dice el Padre Kabasha que el conflicto de África tiene causas internas y externas. Es muy complejo y difícil de solucionar sin ir a la base y sanear el origen. “Es indudable que la situación de corrupción social y política que afecta todos los estratos de la sociedad, la falta de educación, el desempleo, la pobreza crónica y la falta de futuro para la inmensa mayoría de los jóvenes tienen que ver con el deterioro del tejido social y la violencia barata. Pero también es verdad que existen actores exteriores que alientan el conflicto por intereses económicos”. África es un continente que rebosa de recursos naturales importantes (oro, diamante, uranio, petróleo, etc.) mal explotados o sin explotar todavía. Sin embargo, Gaétan recalca que no se puede obviar la gran responsabilidad de los sucesivos gobiernos africanos.
Todo indica que la solución al conflicto de las naciones en África tiene que venir absolutamente de los propios africanos: “La Comunidad Internacional podrá solamente ser una ayuda determinante pero nunca el motor de la solución. Si los africanos no toman conciencia de que la paz es principalmente fruto de sacrificios y de un cambio de mentalidad, la aportación exterior seguirá siendo temporal e ineficaz”.