Toshiyuki y Yasuko llevan casados 60 años
Cultivó el más bello jardín para alegrar a su esposa ciega con su perfume y las visitas de la gente
Toshiyuki Kuroki y su esposa Yasuko viven en una vivienda familiar en Shintomi Town, en la prefectura de Miyazaki (Japón), pero el jardín, aunque privado, se ha convertido en un lugar emblemático por el que cada año pasean miles de personas. (Ver abajo el vídeo.)
Que es justo lo que pretendía Toshiyuki: atraer gente a su casa. Y lo consiguió, tras dos años de trabajo, cubriendo toda la superficie de su jardín de plantas de shibazakura (flox musgoso), que florecen con un color espectacular y un aroma embriagador que hace las delicias de Yasuko. Ella es la destinataria del regalo.
A consecuencia de la diabetes, Yasuko se fue quedando progresivamente ciega. El matrimonio, que ha tenido dos hijos, vivía del negocio familiar de una factoría láctea con sesenta vacas. Para la mujer la enfermedad física fue el inicio de una depresión que su marido no sabía cómo atajar.
Un día, paseando alrededor del chalet, ella quedó encantada del aroma de unas flores. Y a Toshiyuki se le encendió una idea: crearía una bellísima alfombra de shibazakura que al florecer atraería a los vecinos de la ciudad, haciendo así compañía a Yasuko para entretener sus días; y el olor le devolvería también el gesto alegre perdido.
El jardín es extenso porque fue en él donde en 1956, al contraer matrimonio, instalaron la granja. Comenzaban a trabajar al amanecer y nunca hubo un día de descanso. Planeaban hacer un viaje por todo Japón cuando se jubilaran. Pero desde que comenzó la ceguera de la señora Kuroki, se encerró en casa, continuamente con semblante triste. Algo que ha cambiado radicalmente gracias a la idea genial de su marido.
Ahora ambos salen a pasear y conversan con personas, conocidas algunas, anónimas las más, que acuden allí a ver el impresionante espectáculo de color y olor. Yasuko sale, camina, charla y ríe. A su lado, como desde hace seis décadas, Toshiyuki también.
Fotos: Daily Mail. Shintomicho Office Government Organisation.
Que es justo lo que pretendía Toshiyuki: atraer gente a su casa. Y lo consiguió, tras dos años de trabajo, cubriendo toda la superficie de su jardín de plantas de shibazakura (flox musgoso), que florecen con un color espectacular y un aroma embriagador que hace las delicias de Yasuko. Ella es la destinataria del regalo.
A consecuencia de la diabetes, Yasuko se fue quedando progresivamente ciega. El matrimonio, que ha tenido dos hijos, vivía del negocio familiar de una factoría láctea con sesenta vacas. Para la mujer la enfermedad física fue el inicio de una depresión que su marido no sabía cómo atajar.
Un día, paseando alrededor del chalet, ella quedó encantada del aroma de unas flores. Y a Toshiyuki se le encendió una idea: crearía una bellísima alfombra de shibazakura que al florecer atraería a los vecinos de la ciudad, haciendo así compañía a Yasuko para entretener sus días; y el olor le devolvería también el gesto alegre perdido.
El jardín es extenso porque fue en él donde en 1956, al contraer matrimonio, instalaron la granja. Comenzaban a trabajar al amanecer y nunca hubo un día de descanso. Planeaban hacer un viaje por todo Japón cuando se jubilaran. Pero desde que comenzó la ceguera de la señora Kuroki, se encerró en casa, continuamente con semblante triste. Algo que ha cambiado radicalmente gracias a la idea genial de su marido.
Ahora ambos salen a pasear y conversan con personas, conocidas algunas, anónimas las más, que acuden allí a ver el impresionante espectáculo de color y olor. Yasuko sale, camina, charla y ríe. A su lado, como desde hace seis décadas, Toshiyuki también.
Fotos: Daily Mail. Shintomicho Office Government Organisation.
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