Muere Rita Perera, la «Madre Teresa de Sri Lanka»: deja 11 hogares para enfermos y pobres en Ceilán
La comunidad católica entera en Sri Lanka, y en otros lugares, está de luto por la muerte de Rita Perera, más conocida como "la hermana Rita" o "la Madre Teresa de Sri Lanka", que murió el pasado 27 de mayo a los 73 años.
Rita Perera tomó los votos joven para unirse a las Hermanas de la Caridad como maestra pero en los años 60 se vio privada de los votos debido a problemas de salud graves. La mujer tuvo que sufrir, de hecho, 15 operaciones quirúrgicas.
Una vez fuera de la orden, se casó con Marcus Perera en Kalutara. Ella y su esposo fundaron la obra que ha continuado hasta nuestros días: el instituto "Marc Sri", que acoge desde hace más de 30 años a ancianos y niños necesitados.
Marcus murió el 5 de marzo de 1982, y desde ese día Rita se volcó aún más en su vocación a la caridad. A pesar de que no tuvo hijos naturales, "Hermana Rita" fue madre para muchos necesitados que fueron recibidos por ella con amor y protección.
Dentro de la "Marc Sri", Rita Perera reunía y acogía a muchos padres que habían abandonado, asesinado o vendido a sus hijos poco después de nacer.
También ayudaba a las madres y los padres que no pueden hacer frente a la discapacidad de sus hijos y los abandonan. Muchos de ellos se entregan a Rita porque ella los cuida, como en el caso de la joven Dulanjali (ReL publicó su historia: No tiene brazos y no puede caminar, pero con el pie teclea y dibuja postales sobre el amor de Dios).
Sor Deepa Fernando ha conocido personalmente a la "hermana Rita" y le dice a AsiaNews que "cuando estaba al frente del convento de la Sagrada Familia en Kalutara, el ´Marc Sri´ Rita estaba muy cerca. Todavía recuerdo su voz suave y vibrante. Un día le pregunté si podía cuidar de un anciano, que vivía en frente de la escuela como un vagabundo, y ella aceptó sin la menor incertidumbre".
"Todavía recuerdo - dice Sor Deepa - lo que eran las condiciones desagradables de aquel anciano, pero después de dos meses fuimos a visitar a la hermana Rita y vimos como él trabajaba en el jardín de la casa y yo estaba muy feliz de ver a aquel hombre, que era muy débil, tan fuerte".
La monja dice que envió a "muchas personas mayores solitarias al ‘Marc Sri’. Nunca olvidaré cómo la hermana Rita se hizo cargo de todos los que estaban descansando en sus refugios. Lo que yo entendí de su vida - dice la religiosa - es que no consistía en otra cosa que no fuera su fe y su total dependencia de Dios Padre. Sin lugar a dudas podemos decir que la hermana Rita fue la Madre Teresa de Sri Lanka".
Mahinda Namal, activista católica de derechos humanos, dijo: "Ha sido un gran ejemplo para todos los que practican la caridad y para todos aquellos que dirigen los hogares para niños y ancianos en Sri Lanka. La Hermana Rita ha llevado adelante todas sus casas gracias a la generosidad de los benefactores locales y extranjeros. Nunca envió solicitudes de dinero o material para sus casas, pero vivió una vida de oración y fe en el Señor. Con las bendiciones de Dios, Rita también cumplió todas sus demandas".
Esta mujer, añade, "trataba a toda persona sin distinción. Decía siempre que todos eran sus hijos (los niños) y sus hermanos (los adultos). Ahora sabemos sólo una cosa, que Rita se fue directo a las manos de Dios. Ahora siempre será una bendición para todos nosotros".
Los miembros de las 11 casas que componen el Marc Sri no fallan "en soportar el dolor de la muerte de nuestra querida Amma (madre). No podemos olvidar su amor. La Hermana Rita nunca ha alardeado de nada, nunca hablaba tonterías. Nunca dijo que algo era imposible, pero hizo todos los sacrificios por el bien de sus hijos. Por todo esto, ella es nuestra Madre Teresa de Sri Lanka".
Rita Perera tomó los votos joven para unirse a las Hermanas de la Caridad como maestra pero en los años 60 se vio privada de los votos debido a problemas de salud graves. La mujer tuvo que sufrir, de hecho, 15 operaciones quirúrgicas.
Una vez fuera de la orden, se casó con Marcus Perera en Kalutara. Ella y su esposo fundaron la obra que ha continuado hasta nuestros días: el instituto "Marc Sri", que acoge desde hace más de 30 años a ancianos y niños necesitados.
Marcus murió el 5 de marzo de 1982, y desde ese día Rita se volcó aún más en su vocación a la caridad. A pesar de que no tuvo hijos naturales, "Hermana Rita" fue madre para muchos necesitados que fueron recibidos por ella con amor y protección.
Dentro de la "Marc Sri", Rita Perera reunía y acogía a muchos padres que habían abandonado, asesinado o vendido a sus hijos poco después de nacer.
También ayudaba a las madres y los padres que no pueden hacer frente a la discapacidad de sus hijos y los abandonan. Muchos de ellos se entregan a Rita porque ella los cuida, como en el caso de la joven Dulanjali (ReL publicó su historia: No tiene brazos y no puede caminar, pero con el pie teclea y dibuja postales sobre el amor de Dios).
Sor Deepa Fernando ha conocido personalmente a la "hermana Rita" y le dice a AsiaNews que "cuando estaba al frente del convento de la Sagrada Familia en Kalutara, el ´Marc Sri´ Rita estaba muy cerca. Todavía recuerdo su voz suave y vibrante. Un día le pregunté si podía cuidar de un anciano, que vivía en frente de la escuela como un vagabundo, y ella aceptó sin la menor incertidumbre".
"Todavía recuerdo - dice Sor Deepa - lo que eran las condiciones desagradables de aquel anciano, pero después de dos meses fuimos a visitar a la hermana Rita y vimos como él trabajaba en el jardín de la casa y yo estaba muy feliz de ver a aquel hombre, que era muy débil, tan fuerte".
La monja dice que envió a "muchas personas mayores solitarias al ‘Marc Sri’. Nunca olvidaré cómo la hermana Rita se hizo cargo de todos los que estaban descansando en sus refugios. Lo que yo entendí de su vida - dice la religiosa - es que no consistía en otra cosa que no fuera su fe y su total dependencia de Dios Padre. Sin lugar a dudas podemos decir que la hermana Rita fue la Madre Teresa de Sri Lanka".
Mahinda Namal, activista católica de derechos humanos, dijo: "Ha sido un gran ejemplo para todos los que practican la caridad y para todos aquellos que dirigen los hogares para niños y ancianos en Sri Lanka. La Hermana Rita ha llevado adelante todas sus casas gracias a la generosidad de los benefactores locales y extranjeros. Nunca envió solicitudes de dinero o material para sus casas, pero vivió una vida de oración y fe en el Señor. Con las bendiciones de Dios, Rita también cumplió todas sus demandas".
Esta mujer, añade, "trataba a toda persona sin distinción. Decía siempre que todos eran sus hijos (los niños) y sus hermanos (los adultos). Ahora sabemos sólo una cosa, que Rita se fue directo a las manos de Dios. Ahora siempre será una bendición para todos nosotros".
Los miembros de las 11 casas que componen el Marc Sri no fallan "en soportar el dolor de la muerte de nuestra querida Amma (madre). No podemos olvidar su amor. La Hermana Rita nunca ha alardeado de nada, nunca hablaba tonterías. Nunca dijo que algo era imposible, pero hizo todos los sacrificios por el bien de sus hijos. Por todo esto, ella es nuestra Madre Teresa de Sri Lanka".
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