Muere Paola Bonzi, la mujer invidente que salvó del aborto a 22.702 niños volcándose con sus madres
El mundo provida italiano está de luto tras el fallecimiento inesperado este viernes de Paola Bonzi a los 76 años de edad. Se encontraba de vacaciones en Brindisi junto a su marido cuando le sorprendió una rápida enfermedad que la llevó al coma y a la muerte de forma muy rápida. Invidente desde los 23 años, estudió magisterio y se especializó en la educación de niños con discapacidad.
Deja dos hijos y cuatro nietos, y sobre todo deja húerfana la Clínica Mangiagalli de Milán, donde el 12 de noviembre de 1984 inauguró un Centro de Ayuda a la Vida, el primero incorporado a un hospital, donde a lo largo de casi treinta años ayudó a miles de madres con un embarazo imprevisto que encontraron en su calor humano y en los recursos coordinados por ella la razón para proseguir con él y dar a luz un hijo al que consideraban abortar.
En 2014, al cumplir tres décadas de entrega a esa tarea, recogió en un libro 53 de esas historias y lo tituló con una frase que resume su vida: Un día tras otro, un niño tras otro. Hasta sumar 22.702 niños que han llegado al mundo gracias a ella, una cifra ofrecida por la propia Paola en el último post que escribió en su perfil de Facebook, el pasado 29 de julio.
"Para que nazcan los bebés estamos dispuestos a todo", explicaba. Y al pedir ayuda para nuevos proyectos, resumía el impacto de esas historias de amor y vida sobre los mismos colaboradores del centro: "Es imposible compartir historias de lágrimas y luego cerrar la puerta e irse a casa... En estos años no solo hemos envejecido, sino que nos hemos convertido en personas distintas que ya no pueden vivir solo para sí mismas y para su familia, sino que han adquirido la sensibilidad que nos acerca al dolor de otros. La aventura ha sido maravillosa y no puede terminar".
Sin embargo, Paola "repetía siempre que los niños nacían gracias a sus madres, porque es en el corazón de la mujer donde reside el sí a la vida”: así lo afirmó Marina Casini Bandini, presidenta de los Centros de Ayuda a la Vida (que se multiplicaron tras el de Milán), al comunicar su muerte.
Según Giuliano Ferrara, director de Il Foglio, quien fue candidato con ella en las elecciones de 2008 en la lista ¿Aborto? No, gracias, "el sentido de Paola Bonzi por la vida, su capacidad (confirmada por los números) de transmitir a las demás mujeres la facultad de convertirse en madres, comienza en la soledad que conoció en sí misma, en un embarazo suyo lleno de dudas. Y entonces pensó, y luego puso en práctica, que 'lo primero es acoger y escuchar a la mujer' No quería que estuviesen solas".