Jueves, 21 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

Santiago Cantera, prior del Valle, habla a ReL de Dom Geoffrey Kemlin, en cuya elección participó

El nuevo abad de Solesmes, un joven monje para una orden que resiste con éxito la crisis vocacional

Geoffrey Kemlin, abad de Solesmes y su antecesor Phiippe Dupont
Don Geoffrey Kemlin, el nuevo joven abad de Solesmes, junto a su antecesor, don Philippe Dupont

Javier Lozano

El pasado 17 de mayo se eligió al joven monje de 43 años Dom Geoffroy Kemlin como nuevo abad de la abadía benedictina de Saint-Pierre de Solesmes, en Francia. Sucede a Dom Philippe Dupont, que ostentaba tal cargo desde 1992 y que pese a ser vitalicio presentó su renuncia a los 75 años siendo aceptada por el Papa.

Sin embargo, su elección va mucho más allá de los muros de esta abadía francesa puesto que tiene un claro cariz internacional, pues además pasará a ser el abad presidente de la congregación benedictina de Solesmes, a la que están asociadas más de una treintena de abadías y monasterios de todo el mundo, algunos de ellos muy conocidos y con una gran vida espiritual.

Esta noticia tiene además especial relevancia en España pues tres importantes abadías benedictinas como son las de Santo Domingo de Silos, Leyre y el Valle de los Caídos están asociadas a esta congregación de Solesmes, por lo que sus abades y priores viajaron a Francia para participar en esta elección junto a los monjes profesos de Solesmes.

La congregación de Solesmes, que tiene su origen en la restauración benedictina en Francia tras la Revolución Francesa, y que llegó a España tras la desamortización de Mendizábal, destaca por la restauración del canto gregoriano, el cuidado de la liturgia y la especial unión con el Romano Pontífice.

Hay abadías de Solesmes que siguen la forma ordinaria del rito romano, pero también las hay que siguen el rito extraordinario. Sin embargo, todas comparten su fidelidad total al Papa y este amor por la liturgia y la tradición. Durante la crisis litúrgica de los años 70, la abadía de Solesmes fue uno de los lugares que permitió evitar “una ruptura en la Iglesia”, afirma Dupont.

Actualmente, la congregación de Solesmes goza de una relativa buena salud en comparación con otras órdenes y congregaciones. En estos momentos hay en torno a 600 monjes en sus abadías y monasterios, así como 175 monjas y 115 religiosas Servants des Pauvres (oblatas benedictinas vinculadas a la congregación). Del mismo modo, hay más de 30 postulantes y novicios, 13 novicias y postulantes entre las monjas, y 5 entre las siervas.

El nuevo abad general de Solesmes, con otros abades, priores y monjes que participaron en su elección.

El nuevo abad general de Solesmes, con otros abades, priores y monjes que participaron en su elección.

Religión en Libertad ha conversado con el padre Santiago Cantera, prior del Valle de los Caídos, que debido a su cargo participó en Solesmes en la elección de Geoffroy Kemlin. En la entrevista habla de este nuevo cambio y de cómo influirá en la abadía madrileña, tan perseguida durante los últimos años por el Gobierno, pero muy protegida desde Solesmes:

-Usted ha participado en la elección de Dom Geoffroy Kemlin como abad de Solesmes, ¿cómo se produjo?

- En la elección del abad de Solesmes, como es el abad presidente de nuestra congregación, participaron por una parte los monjes de la abadía de Solesmes, los profesos que tienen derecho a voto. Pero además como no es sólo el abad de la abadía sino el presidente de la congregación, el abad general, participan también todos los abades y priores de la congregación. Esa es la peculiaridad. Fue una elección que se dio con una rapidez muy bonita, porque ha significado la unidad que existe en estos momentos tanto con el abad anterior como con el actual.

-¿Cuántos países estaban representados en esta elección?

El grupo principal es siempre el de Francia, que es el país que más abadías tiene. Pero España tiene tres, que son Silos, que fue la primera de la congregación de Solesmes en España, la abadía de Leyre en Navarra, y la del Valle de los Caídos en Madrid.

Pero estuvo también el abad de un monasterio inglés, el de Quarr, también uno de Holanda, y uno de Luxemburgo. Esto en Europa, porque también contamos con un abad de Senegal, uno de EEUU y otro de Canadá. Y luego además el prior del monasterio existente en Lituania, que tiene una vinculación más estrecha con Solesmes. Hay otros monasterios pertenecientes a la congregación, pero no tienen abadías de pleno de derecho, como Guinea Conakry o Martinica.

-¿Usted le conocía? A grandes rasgos, ¿cómo es? Es además representante de una nueva generación de monjes. Tiene tan sólo 43 años, algo más joven que usted…

-Ya le conocía de los capítulos generales y otra estancia mía en Solesmes. Era el prior claustral de la comunidad, el segundo de la abadía, el que ayudaba y suplía al abad de Solesmes en sus ausencias. Y sobre todo le conocían nuestros jóvenes monjes que están realizando sus estudios en Solesmes y van algunas temporadas allí.

Es un hombre joven, muy inteligente, de origen alsaciano. Es un hombre cercano, agradable, culto, simpático y espiritual. Proporciona mucha esperanza de futuro y al mismo tiempo es una garantía de continuidad del espíritu de la congregación de Solesmes, ya que ha venido siendo el hombre de confianza del abad anterior. Es un hombre profundamente impregnado del espíritu de Prosper Guéranger, fundador de la congregación, y de todo lo que significa la congregación en la vida de la Iglesia.

Congregación de Solesmes

A la Congregación de Solesmes están asociadas abadías y monasterios de distintas partes del mundo, tanto masculinos como femeninos. En la derecha de la imagen, el padre Santiago Cantera.

-¿Representa por tanto una línea de continuidad?

-Es una continuidad, pero al mismo tiempo ofrece grandes esperanzas porque es un joven que coge las riendas con ilusión y alegría. A los jóvenes monjes y a los que somos de mediana de edad, también a los mayores, nos produce gran satisfacción y esperanza de futuro.

-El nuevo superior de Solesmes, ¿conoce la abadía del Valle y el resto de fundaciones españolas?

-No conoce nuestra abadía y creo que las otras fundaciones españolas tampoco directamente. Sí que es verdad que nos conoce mucho a través de nuestros contactos allí y de nuestras estancias en Solesmes durante los capítulos generales. Conoce todo, tanto la problemática como las esperanzas e ilusiones de las abadías españolas.

Es un hombre que está tratando desde hace algún tiempo de aprender el español con mayor intensidad. Eso refleja su deseo de acercarse a esta parte tan importante de la congregación, que es la de las abadías españolas.

-El nuevo abad presidente, ¿cree que cambiará la postura de Solesmes con respecto a la situación del Valle de los Caídos, continuamente atacada por parte de las autoridades?

-Produce mucha tranquilidad, porque es un hombre cercano. En Solesmes hay mucha sensibilidad hacia nuestra abadía. Existe un cariño profundo y un gran vínculo, además ese vínculo se ha enriquecido, se ha fortalecido por el hecho de que ahora mismo nuestros jóvenes están incorporados a los estudios en la abadía de Solesmes para su proceso de formación. Nuestros jóvenes monjes tienen contacto directo con la comunidad de Solesmes. Esto provoca que el conocimiento muto sea mayor y que esta sensibilidad hacia nuestros problemas también sea mayor y estén muy volcados en nosotros.

- ¿Qué particularidades tiene la congregación de Solesmes?

- La congregación de Solesmes nace en los años 30 del siglo XIX por iniciativa de Dom Prosper Guéranger. Después de todo lo que había sido el desastre de la Revolución Francesa quiso restaurar la vida benedictina en Francia mediante una estrecha unión al pontificado romano y la liturgia romana. Quiso además restaurar la congregación de San Mauro, de los maurinos, que había tenido tanto impulso en Francia. Pero se encontró con que el papa Gregorio XVI, ultimo papa monje, fue aún más generoso y no sólo le concedió jurídica y canónicamente restaurar los maurinos, sino las tres congregaciones francesas que habían desaparecido con la Revolución Francesa: la de San Mauro, la de San Vitón y San Hidulfo, y la congregación de Cluny.

La congregación de Solesmes es heredera de estas tres congregaciones. Tiene como consecuencia la restauración del canto gregoriano en toda su pureza original. Los grandes gregorianistas del siglo XIX y XX han sido fundamentalmente de Solesmes, ya sean de la congregación o muy vinculados a ella, y han ido restaurando el canto gregoriano y profundizando en toda su espiritualidad.

Esto es algo que caracteriza a toda nuestra congregación y también claramente a nuestro propio monasterio y a la escolanía que vive al pie de la abadía.

-¿Por qué algunas abadías españolas benedictinas pertenecen a Solesmes y otras no?

-Esto tiene que ver con un proceso semejante a lo que sucedió en Francia, pero unos años después. Justo cuando en Francia se restauraba la vida benedictina a través de Dom Guéranger en Solesmes, en España desaparecía la vida religiosa masculina por la desamortización liberal de Mendizábal. Desaparecieron las congregaciones benedictinas españolas, que eran la de San Benito de Valladolid, la congregación claustral que estaba más en la parte oriental de España, y la de San Benito de Portugal.

Cuando años más tarde mejoró la situación política en España la restauración benedictina en España se realizó por un lado por el núcleo de algunos antiguos monjes de la congregación de Valladolid que se unieron a la congregación italiana de Subiaco. Y a ella pertenece la abadía de Montserrat en Barcelona.

Pero por otro lado, la restauración benedictina se realizó también desde la congregación de Solesmes a través de Silos. De ahí la presencia en España de la congregación de Solesmes, de origen francés, y de la italiana de Subiaco.

-¿A qué retos cree que se enfrenta la congregación de Solesmes, y por ende el nuevo abad general, en un momento de fuerte secularización como el que experimentamos en Occidente?

- Los retos son en general los de una congregación que dentro de la crisis general de la vida religiosa que se ha vivido sobre todo a partir de la crisis posconciliar, especialmente en algunos países, ha sufrido menos. Hay más vocaciones que en otras congregaciones y órdenes religiosas, no obstante también ha sentido el golpe. Y esto también varía mucho de unos monasterios a otros.

Hay comunidades que se están envejeciendo mucho y que están bastante reducidas de cara al futuro. Otras en cambio están mucho más boyantes. La propia abadía de Solesmes, que llegó a tener más de 100 monjes ahora se encuentra reducida en torno a la mitad, aproximadamente. Tiene jóvenes vocaciones, pero lo ha notado.  Y lo hemos notado otras muchas abadías. Quizás este sea uno de los retos fundamentales.

Por otro lado, Dom Geoffroy Kemlin se encuentra muy apoyado tanto por la propia comunidad de Solesmes como por los monasterios de la congregación, y se ha demostrado con su elección en la primera votación. Hay una unidad muy importante en torno a la figura de Dom Guéranger y del espíritu de Solesmes.

- Insistiendo en algunos aspectos que ha citado anteriormente… A grandes rasgos, ¿de qué salud goza la congregación de Solesmes?

-Esto varía entre los distintos monasterios. Los hay que tienen mayores dificultades en cuanto a número, edad o vocaciones como pueden ser la abadía de Vaals en Holanda o la de Quarr en Inglaterra… En cambio hay monasterios muy boyantes en vocaciones como Fontgombault en Francia o Clear Creek en Estados Unidos, monasterios muy tradicionales y con muchas vocaciones. Y luego estamos otros que estamos en un nivel intermedio. Varía bastante.

Las vocaciones siguen afluyendo en la congregación. Hay monasterios que tenemos, gracias a Dios, varias vocaciones, como nosotros mismos en el Valle. Pero a la vez que tenemos un sector muy joven y numeroso de jóvenes de entre 20 y 30 años, también hay un sector de ancianos de más de 80 años. Esta es un poco la situación general.

En cuanto a las monjas la crisis de vocaciones es mayor en general. Pero hay un monasterio en Inglaterra, el de Ryde, que tiene una afluencia muy fuerte de vocaciones jóvenes. Son además muy famosas por el cultivo del canto gregoriano. Hay otro monasterio en Estados Unidos, el de Westfield, que está creciendo mucho, pero otras comunidades están más envejecidas. Depende, según regiones y países.

-Y concretamente en el Valle de los Caídos, ¿cómo está la situación vocacional?

-En el Valle tenemos una serie de novicios, varios de ellos han hecho ya los votos temporales. Entre los 20 y 30 años tenemos dos profesos solemnes, cuatro temporales y esperamos un novicio para este verano. Y luego hay unos cuantos monjes entre los 40 y los 50. Hay una media de edad que se ha rejuvenecido mucho. Pero también hay que recordar que hay un sector de monjes mayores.

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