La penúltima misión del Capitán Tom, con 100 años: logra 30 millones de libras contra la pandemia
Thomas Moore nació el 30 de abril de 1920. Este jueves cumplió cien años celebrado como un héroe en el Reino Unido. El Capitán Tom, como es conocido, sirvió en Asia durante la Segunda Guerra Mundial, entró en combate y fue recompensado con dos ascensos y cuatro medallas.
Al finalizar la contienda se reintegró a la vida civil como ingeniero y se dedicó durante muchos años a su gran pasión, las motos.
Pero su celebridad ha llegado a raíz del servicio que quiso prestar a su patria ante la pandemia, y que relata Patricia Gooding-Williams en Brújula Cotidiana extrayendo una lección: el valor de los ancianos, ahora principales víctimas del Covid-19 pero también amenazados en todo el mundo por los impulsores de la eutanasia, que les consideran inservibles. Este veterano de guerra ha logrado, él solo, treinta millones de libras.
Capitán Tom, el centenario que moviliza al Reino Unido
El comentario de Vladimir Ilich Lenin: “Hay décadas en las que no pasa nada y existen semanas en las que pasan décadas”, no podría ser más apropiado para lo que vamos a contar. La noticia de que las 94 celebraciones tradicionales por el cumpleaños de la Reina Isabel programadas para mediados de abril han sido canceladas debido a la pandemia, ha sido inesperadamente usurpada por nuevos títulos: la nación ha encontrado un héroe y las fiestas de cumpleaños han vuelto. La fiesta es hoy, 30 de abril, y todos están invitados (en pleno respeto de las restricciones gubernamentales). El capitán Tom Moore cumple 100 años y el Reino Unido no se cansa de saber de él. Llegan tributos de todo el mundo y en simultáneo más de cien mil tarjetas de felicitación han obstruido el servicio postal de su zona.
Fue amor a primera vista desde el 6 de abril, cuando el Capitán Tom se unió a la lucha por la recaudación de fondos en apoyo al Servicio Nacional de Salud (National Health Service, NHS) para contrarrestar el Covid-19. El desafío: completar 2,5 km recorriendo 100 vueltas en su jardín a tiempo para su cumpleaños número 100, para recaudar mil libras. Las imágenes del casi centenario Tom, inclinado sobre su andadera mientras caminaba por el jardín, se volvieron virales e inundaron las noticias durante semanas. Cada paso, con cadencia constante y determinada, se ha convertido en la metáfora de un contraataque con el avance del virus.
El mundo ha contenido el aliento al mirarlo, mientras que su objetivo de mil libras tuvo que actualizarse continuamente: llegó a los 12 millones de libras esterlinas y ha continuado a subir incluso hoy, alcanzando la increíble cifra de £ 30 millones (última actualización). Veterano de la Segunda Guerra Mundial, no ha dejado de luchar por un mundo mejor y ha reunido un ejército de partidarios generosos para unir fuerzas. Cuando giró la última esquina de la casa en vista de la línea de meta, saludado por dos filas de militares que le rendían honores, parecía casi escuchar una versión actualizada de la declaración de guerra de Churchill: "Defenderemos nuestra isla, a toda costa; lucharemos, tanto en el jardín como en el patio; lucharemos contra este virus, pero no nos rendiremos jamás”.
Tom Moore se convirtió así en un héroe nacional y ha batido muchos récords: en primer lugar, £ 30 millones es la suma más grande jamás recaudada por un individuo en JustGiving, una asociación de organizaciones benéficas que apoya financieramente al NHS. De esta manera, estableció el nuevo récord para una caminata de caridad.
También es el primer centenario en convertirse en el número 1 en las listas con Nunca caminarás solo, cantada junto con Michael Ball y el coro NHS Voices of Care, que sirvió como banda sonora del desafío.
Estos dos resultados también lo hicieron ingresar al Libro de los Récords Guinness. También fue el primer ciudadano común en abrir un Hospital Nightingale (hospitales satélites y temporales con cuidados intensivos que sirven para hacer frente a la emergencia Covid-19): los otros hospitales Nightingale fueron inaugurados oficialmente por el Príncipe Guillermo, futuro heredero al trono, y por su tío, el príncipe Eduardo. Es el primer ciudadano en tener el honor de un vuelo de la Royal Air Force sobre su casa para celebrar su cumpleaños. Además, se le dedicó un sello postal especial y acaban de llamar a un nuevo tren interurbano con su nombre, que está entrando en servicio justo hoy.
Un verdadero fenómeno que necesariamente plantea una pregunta: ¿cómo fue posible que una simple caminata en un jardín esponsorizada para beneficencia se convirtiera en una causa global que recaudó decenas de millones de esterlinas? ¿Qué es lo que tiene Tom que ha atraído a tantas personas de todo el mundo a su alrededor?
Esfuerzo, esperanza y civilización cristiana
Para explicar el "Capitán Tom", héroe de las redes sociales, no es suficiente el hecho de un esfuerzo generoso por la comunidad, realizado por una persona que pertenece a la llamada "categoría vulnerable". El secreto de Tom es su habilidad para crear esperanza en las personas, el encanto de una personalidad que lucha por un futuro. La esperanza es el único ingrediente indispensable para invertir en el futuro y que da una razón para vivir y para morir. Como dijo Steve Jobs, el proceso más grande que enfrentamos en la vida es enfrentar la muerte: "Nadie quiere morir e incluso aquellos que quieren ir al cielo no quieren morir para llegar allí". Covid-19 nos enfrentó al tema de la muerte: Tom eligió celebrar la vida y se convirtió en su símbolo.
Así también, las nuevas generaciones han vuelto a mirar con un ojo diferente a las generaciones más ancianas. Tom desafió el juicio común sobre los ancianos. La hazaña de Tom requiere nuevas respuestas a viejas preguntas. ¿Qué es lo que hace que una vida sea digna? Hemos vinculado el valor de la vida a la productividad, removiendo su naturaleza trascendente. Aquellos que ya no son productivos o que ya no son autosuficientes o que son discapacitados, han sido empujados al final de la clasificación de lo que se considera valioso; y la decisión sobre el valor de la vida está vinculada a la escala de la conveniencia y utilidad. Esta es la filosofía con la que crecieron nuestros jóvenes, este es el obstáculo con el que tropieza la sociedad moderna.
Tom obligó a cambiar la prospectiva. Estos ancianos, a menudo considerados más allá de la fecha de caducidad y frecuentemente dejados en la cola para recibir tratamiento médico, son los que pagaron nuestra libertad democrática con su propia sangre; se enfrentaron a años de privaciones y sacrificios para reconstruir un mundo destruido por la guerra. Por esto merecen el reconocimiento y la gratitud de toda la sociedad. Pero, sobre todo, oculto e invisible dentro de esos cuerpos desgastados y marchitos, hay un alma de valor inestimable creada para la eternidad. Esa actitud cínica que une el valor a la utilidad roba la esperanza que el simple gesto del Capitán Tom en cambio ha vuelto a colocar en circulación.
Pero para que esto no quede sólo como un evento histórico ocasional, un episodio aislado de luz en un momento de oscuridad, es importante llegar al fondo de esta necesidad de esperanza que tenemos. No es casualidad que esto haya sucedido en un país de la vieja Europa, porque es en sus raíces cristianas donde encontramos la esperanza que ha construido lo mejor de la civilización europea. Y son esas raíces las que el Capitán Tom nos recuerda, se dé cuenta él o no.