El padre Panchito tiene 104 años y sigue con sus misas: ¡de joven vivió la guerra cristera!
En 1921, con 11 años de edad, el pequeño Panchito, de Durango (México) supo que quería ser cura.
La guerra cristera, de 1926 a 1929, la vivió teniendo entre 16 y 21 años.
El gobierno de Plutarco Elías Calles quería eliminar la religión, expulsó los sacerdotes extranjeros, ejecutó curas y religiosos... aquel laicismo que consideraba que la religión estaba a punto de desaparecer hoy es motivo de películas como "Cristiada".
Aquello ya es historia antigua, pero el padre Panchito sigue ahí, con sus misas de domingo, a sus 104 años, 88 de ellos como sacerdote.
Ha vivido el pontificado de 10 Papas. Cuando se habla del "Papa Benedicto" él piensa en el Benedicto de su infancia, Benedicto XV, el que conoció teniendo él de 5 a 13 años. Antes, siendo él bebé, Pío X. Después, en la época cristera, Pío XI. Estuvo en Roma cuando Pío XII. Y luego ya son papas "modernos": Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II, el otro Benedicto, el XVI, Francisco...
La prensa mexicana considera que se trata del sacerdote católico más longevo del mundo aún vivo. Su nombre completo es padre Francisco Echevarría Casillas. Es religioso josefino. Lleva 27 años (una nadería) en la ciudad de San Juan del Río.
A los 11 años, al sentir la vocación, abandonó su educación básica para consagrase a Dios. A los 16 fue enviado a Roma para estudiar Teología. A los 23 fue ordenado se ordenó como sacerdote y se incorporó como misionero en El Salvador. Allí, con otros religiosos, puso en marcha un colegio llamado Cristobal Colón. Después, cuando volvió a México, fundó tres parroquias. Una vida fecunda en apostolado y obras...
Sus hermanos josefinos le ayudan para que cada domingo pueda oficiar su misa en su domilicio en calle Morelos 34. A su edad agradece el clima cálido de San Juan del Río.
“Me llevaron de Durango a Jalisco, en Tlaquepaque comencé a trabajar en una parroquia como acólito, posteriormente nos fuimos a vivir al Estado de México y en San Juan Teotihuacán fue donde me integré al seminario contando con 11 años de edad, a los 16 años me envían a Roma para estudiar Teología y me ordene a los 23 años. Tengo 88 años como sacerdote y todos los domingos sigo oficiando misa, con apoyo de mis hermanos Josefinos”, explica el sacerdote.
Sea bajo la persecución cristera, como misionero o ya como sacerdote muy anciano, nacido en 1909, concluye que “hubo y habrá tiempos complicados, pero Dios siempre estará de nuestro lado. Lo importante es confiar en Él y nunca perder la fe”.
Y de esta segunda década del siglo XXI, con su secularismo y pérdida de fe, comenta: “La gente se bautiza, hace su primera comunión, van a misa durante los primeros años y después se olvidan de todo e incluso dicen que no creen en Dios. Debemos guardar los mandamientos, pero sobre todo tener fe”.
La fe va primero, los mandamientos después. Muy en línea con la Nueva Evangelización, constatado por el sacerdote más veterano.
La guerra cristera, de 1926 a 1929, la vivió teniendo entre 16 y 21 años.
El gobierno de Plutarco Elías Calles quería eliminar la religión, expulsó los sacerdotes extranjeros, ejecutó curas y religiosos... aquel laicismo que consideraba que la religión estaba a punto de desaparecer hoy es motivo de películas como "Cristiada".
Aquello ya es historia antigua, pero el padre Panchito sigue ahí, con sus misas de domingo, a sus 104 años, 88 de ellos como sacerdote.
Ha vivido el pontificado de 10 Papas. Cuando se habla del "Papa Benedicto" él piensa en el Benedicto de su infancia, Benedicto XV, el que conoció teniendo él de 5 a 13 años. Antes, siendo él bebé, Pío X. Después, en la época cristera, Pío XI. Estuvo en Roma cuando Pío XII. Y luego ya son papas "modernos": Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II, el otro Benedicto, el XVI, Francisco...
La prensa mexicana considera que se trata del sacerdote católico más longevo del mundo aún vivo. Su nombre completo es padre Francisco Echevarría Casillas. Es religioso josefino. Lleva 27 años (una nadería) en la ciudad de San Juan del Río.
A los 11 años, al sentir la vocación, abandonó su educación básica para consagrase a Dios. A los 16 fue enviado a Roma para estudiar Teología. A los 23 fue ordenado se ordenó como sacerdote y se incorporó como misionero en El Salvador. Allí, con otros religiosos, puso en marcha un colegio llamado Cristobal Colón. Después, cuando volvió a México, fundó tres parroquias. Una vida fecunda en apostolado y obras...
Sus hermanos josefinos le ayudan para que cada domingo pueda oficiar su misa en su domilicio en calle Morelos 34. A su edad agradece el clima cálido de San Juan del Río.
“Me llevaron de Durango a Jalisco, en Tlaquepaque comencé a trabajar en una parroquia como acólito, posteriormente nos fuimos a vivir al Estado de México y en San Juan Teotihuacán fue donde me integré al seminario contando con 11 años de edad, a los 16 años me envían a Roma para estudiar Teología y me ordene a los 23 años. Tengo 88 años como sacerdote y todos los domingos sigo oficiando misa, con apoyo de mis hermanos Josefinos”, explica el sacerdote.
Sea bajo la persecución cristera, como misionero o ya como sacerdote muy anciano, nacido en 1909, concluye que “hubo y habrá tiempos complicados, pero Dios siempre estará de nuestro lado. Lo importante es confiar en Él y nunca perder la fe”.
Y de esta segunda década del siglo XXI, con su secularismo y pérdida de fe, comenta: “La gente se bautiza, hace su primera comunión, van a misa durante los primeros años y después se olvidan de todo e incluso dicen que no creen en Dios. Debemos guardar los mandamientos, pero sobre todo tener fe”.
La fe va primero, los mandamientos después. Muy en línea con la Nueva Evangelización, constatado por el sacerdote más veterano.
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