A la deriva 3 meses en barca, un náufrago sobrevive con agua de lluvia, oración y esperanza
Tim Shaddock es un minero de 51 años, de origen australiano, que en abril salió a navegar en un ambicioso viaje desde las costas de Baja California Sur hacia la Polinesia francesa, llevando en su catamarán a su perra Bella. Pero una tormenta golpeó su embarcación, destruyó la vela y su sistema de comunicación. Poco después, se le agotó el combustible y quedó a la deriva.
Así ha permanecido 90 días, sólo con su perra, incomunicado y con provisiones menguantes.
Tim y Bella han sobrevivido bebiendo agua de lluvia. Estiraron al máximo las pocas latas de provisiones que llevaban. Tim logró cazar algunas aves marinas y también pescar. El hombre se sentía culpable de haber metido a su perra en esa situación, y trataba de compensarla dándole comida que se negaba a sí mismo.
Apoyarse cada día en la esperanza
Entrevistado en el programa de noticias "En Punto", Tim explicó que cada día buscaba apoyarse en la esperanza para perseverar.
“Salía el sol al oriente del Océano, y para mí, era un momento hermoso. Eso me inspiraba a seguir adelante”, declaró.
El 12 de julio un helicóptero que trabajaba con un barco atunero lo ubicó a 1.200 millas de la costa mexicana. Desde lo alto veían que estaba quieta, sin vela, llena de moho y rodeada de peces. Luego vieron a Tim pidiendo ayuda.
Tim, que declara ser una persona "espiritual", acababa de hacer oración. En ese momento, la perra comenzó a ladrar inquieta, señalando la cercanía del helicóptero.
Cuando los tripulantes del bote salvavidas del atunero se acercaron, al principio sospecharon que podía tratarse de un narcotraficante, pero pronto comprobaron que era un náufrago que llevaba tres meses a la deriva. Le dieron de comer y le inyectaron vitaminas.
Óscar Meza, el capitán del buque, dijo en el programa televisivo que "Timothy nos dijo que él ya había orado, le había pedido al Creador que se lo llevara".
"Rezaba para que hubiera tierra"
Tim dice que él basa su vida en la frase bíblica "amaos los unos a los otros". "Tuve respuesta de mis rezos estando sólo en el mar, mi respuesta fue que vinieran a mí mis amigos; es un milagro. Yo rezaba que hubiera tierra, rezaba para poder poner pie en tierra", explicó.
Tim ya tenía otra experiencia de superación en su haber: una victoria sobre un cáncer. "El cáncer y el naufragio son muy parecidos, son experiencias que te enseñan que la vida se te puede ir en ese instante. Hoy haces una respiración, y es la mejor respiración de toda tu vida. Y cada respiración, después de otra, es la mejor de toda tu vida. (…) simplemente vives por la siguiente respiración que haces, y eso se aprende en el océano. Está bien, sueltas todo. Dejas que se vaya todo, y eso te enseña a soltar las cosas. Y es el mejor regalo", declaró.