Cañizares confiesa que tras ver morir a su hijo ya no teme a la muerte: «El mejor apoyo fue la fe»

El pasado mes de mayo, el exportero internacional español Santiago Cañizares sorprendía a muchos con el profundo testimonio de fe que mostró en una extensa entrevista en la revista Hola. Tanto él como su mujer, Maite García, hablaban de cómo afrontaron la enfermedad y muerte de su hijo Santi, que falleció en marzo por una leucemia.

En todo momento citaron a Dios y la fe como refugio ante un sufrimiento enorme como es la pérdida de un hijo. Pero lejos de ser algo puntual, Santiago Cañizares ha seguido hablando de la fuerza de la fe en estas circunstancias.

Lo ha hecho ahora en el programa Súper Deportivo de la emisora argentina Radio Villa Trinidad y que recoge el diario Marca.

“Uno piensa que nunca va a tener que pasar por ahí”, explicaba el ex futbolista del Real Madrid o Valencia, entre otros. “Santi nació extraordinariamente bien, pero con tres años y medio, como de la noche a la mañana, enfermó y estuvimos quince meses luchando. Desgraciadamente es un tipo de enfermedad que normalmente te suele ganar y así fue”, afirmó.

"El mejor apoyo para mí estuvo en la fe"

¿Cómo afrontar este sufrimiento? Cañizares aseguraba que “el mejor apoyo para mí estuvo en la fe. Yo soy una persona católica, creo en Dios y no creo que esto sea un castigo de nadie, sino que hay personas que por algún motivo Dios lo quiere a su lado pronto o quizá nos los enviaron para darnos una lección muy importante. Como padre de familia numerosa quizá yo necesitaba esa lección de humildad y de aprendizaje que es la que me dio mi hijo”.

Insistía el exfutbolista que “la mejor ayuda que tuve fue la fe y una familia unida, una familia numerosa que te obliga a luchar en todo momento y no te permite decaer nunca, una mujer excepcional y la fe… Vivo con una pena muy grande, no lo puedo negar, le echó muchísimo de menos”.

Ahora afirma que ya no teme la muerte. “Han pasado unos meses y parece que fueron cinco años, pero también te digo que siempre había tenido respeto o miedo por la muerte y ahora sé que el día que me vaya de este mundo me voy a reencontrar con él. Con lo cual, ya no hay nada a lo que tema en esta vida ni nada que me preocupe más que tratar de ser feliz.

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