La fe detrás de los diseños de Miguel Laorga y Adriana Ribó, explicada en «Contagiosos»
«Queríamos hacer cosas chulas para que la gente no escondiese su fe»: así nació «Have a God Time»
“¿Qué podemos aportar nosotros cuando hay un tsunami?”. Fue esta sencilla pregunta, pero realizada por un matrimonio de publicistas, lo que les llevo a dedicar por entero su creatividad a Dios.
Antes, Adriana y Miguel se consideraban “católicos de domingo”, tenían un trabajo estable y no se complicaban la vida. Un día decidieron dar un salto al vacío para llevar la fe a todos los rincones de su propia vida y también al hogar de miles de personas. ¿Su instrumento? Todo empezó con una marca de ropa.
La piscina parecía vacía, pero no dudaron en tirarse
21 de agosto de 2011. Un millón y medio de personas en Cuatro Vientos celebra la venida del Papa Benedicto XVI a Madrid.
Entre ellos, Miguel Laorga y Adriana Ribó. El matrimonio festejaba su fe con alegría hasta que pensaron que, cuando concluyese el evento, la gente volverá a esconder su fe.
“Ahí surgió la chispa: teníamos que hacer cosas chulas para que la gente no se escondiese”, cuenta Miguel en la serie Contagiosos.
Así nació Have a God Time, una marca de productos –desde camisetas y sudaderas a pañuelos, artesanía y decoración– con un objetivo: “Conseguir que miles de cristianos llevemos, sin miedo, nuestra fe en una camiseta, en un bolso o en la decoración de casa”.
Tras décadas estudiando y trabajando juntos, Adriana y Miguel comenzaron su mejor proyecto: diseñar “cosas bonitas de Dios” para “cambiar la imagen que tiene la gente de los cristianos, como algo antiguo y aburrido”.
Adriana y Miguel, fundadores de `Have a God Time´, diseñan marcas y logos desde que se conocieron estudiando publicidad en la universidad, pero ningún trabajo les llena como este.
“Sin un plan de negocio, sin saber números, a lo loco… no queríamos hacer otra cosa, y nos tiramos a una piscina sin agua. Nuestra antigua agencia cerró y empezamos a diseñar y hacer productos”.
La conversión detrás de una marca
El matrimonio deja entrever que el proceso de gestación de Have a God Time esconde mucho más que ropa.
“Lo más importante de una marca es lo que no se ve, pero queda en el corazón”, explican. Y lo que no se ve de la suya es su propia conversión.
“Esta locura no se puede mirarse como una parte aislada de nuestra vida. Realmente, es todo lo que el Señor ha hecho en nosotros. No podríamos desligarlo de nuestra vida en la Iglesia”, afirma Adriana.
“Nuestra dedicación a la Iglesia antes era de domingos. El resto de la semana te acordabas del Señor cuando tenías un problema”, añade su marido.
El mismo 2011, un curso Alpha “nos tocó y le dio un revolcón a nuestra fe. Nos pusimos al servicio de la Iglesia y nos dimos cuenta de que ponerse al servicio de la Iglesia es muy importante, porque hay pocos sacerdotes y necesitan ayuda”.
Por eso, explican, “tenemos que mirar nuestro proyecto como mucho más que un producto empresarial: es un producto de fe, un camino que no es fácil. Cuando el Señor te pone algo en el corazón, sabes que es suyo porque no es fácil. Hay que aceptarlo y confiar”.
Volver a meter al Señor en casa
Para Miguel, si algo dota de relevancia a su marca, eso es “volver a meter al Señor en casa. Antes había crucifijos y rosarios. Pero ahora la gente Le ha escondido. ¿Cómo volver a meterlo?”.
La respuesta, para ambos, es sencilla, y está demostrado: “Con detalles, diseños actuales en el desayuno, en una cena o ir a una reunión de amigos con una sudadera chula. Que la gente se acuerde del Señor con cualquier detalle, que vean algo en su casa y les recuerde que pueden y deben rezar”.
También pretenden reintroducir al Señor y la fe en la vida cotidiana de los hogares, en escenas tan normales como al bendecir la mesa o rezar el padrenuestro.
“Dios tiene un maravilloso plan para mí”
Adriana cuenta el caso de una señora que quería comprar un regalo para un bebé en Have a God Time. “Vio el body con `Dios tiene un maravilloso plan para mí´ escrito. Era para un niño que había estado muchísimo tiempo enfermo en el hospital”.
“Cuando se lo dio, la madre se rompió y dio gracias a Dios porque realmente, después de tanta lucha, Dios tenía un maravilloso plan para ese niño: sobrevivir”.
Una de las prendas de "Have a God Time" para bebés, body con la inscripción `Dios tiene un plan para mí´.
“Somos unos privilegiados”, concluye Adriana. “Creo que no podríamos hacer otra cosa. Nunca ha habido tanta alegría en nuestro corazón. Cuando había un tsunami, miguel y yo no podíamos aportar nada. Ahora el Señor nos dice: `Puedes aportar tu trabajo para evangelizar´”. Y eso, añade Miguel, “es lo más grande que hay: el Señor está vivo, y te quiere”, concluye.
La historia completa de Have a God Time, contada por sus fundadores en la serie `Contagiosos´.