Renunció a un puesto en los botes salvavidas para permanecer junto a los que iban a morir
El P. Thomas Byles, mientras el Titanic se hundía, confesaba y daba ánimo a los pasajeros
La trágica historia del Titanic y las lamentables muertes de los 1.500 pasajeros es una historia bien conocida por todos. En medio de esa tristeza, muchos héroes surgieron durante esa desafortunada noche, demostrando valentía y humanismo al mundo. Entre ellos se encuentra el sacerdote católico inglés, el padre Thomas Byles, quien perdió la vida en el desastre, pero, por sus acciones de esa noche, su memoria perdura. Su historia nos la cuenta Ian Harvey en la web The vintage news.
El padre Thomas Byles nació en Leeds, el 26 de febrero de 1870. Era el mayor de los siete hijos del reverendo Alfred Holden Byles, un reconocido ministro congregacionalista. Criado en una familia protestante, su nombre de nacimiento era Roussel Davids Byles. El padre Byles comenzó su educación en Leamington College y Rossall School, Fleetwood, Lancashire, y en 1889, comenzó sus estudios de Matemáticas, Historia moderna y Teología en Balliol College, Oxford. Aquí, siguió los pasos de su hermano William y se convirtió al catolicismo. Roussel fue bautizado el 23 de mayo de 1894, en la Iglesia de San Aloysius, en Oxford, adoptando el nombre de Thomas Byles.
El padre Thomas Byles
Después de su graduación, el padre Thomas dejó Oxford y se unió a su hermano William en Alemania, donde continuó sus estudios. Después de su regreso a Inglaterra, el padre Byles trabajó como profesor en St. Edmund’s College, Ware, Hertfordshire. La enseñanza no fue un desafío para el hombre bien educado, por lo que en 1899, se fue a Roma, donde realizó sus estudios sacerdotales. De hecho, el padre Thomas fue ordenado el 15 de junio de 1902, y trabajó como sacerdote en Roma durante varios meses. En 1903 regresó a Inglaterra y trabajó en la conversión de protestantes al catolicismo, antes de ser asignado a la Iglesia de Santa Elena, en Ongar, Essex, en 1905.Mientras tanto, su hermano William se había mudado a Nueva York, donde encontró el amor de su vida y decidió casarse. William quería que su hermano oficiara su matrimonio, por lo que invitó a Thomas a los Estados Unidos. El sacerdote aceptó la invitación y viajó a Southampton donde abordó el magnífico Titanic.
"Era como si para eso se hubiera estado preparando toda su vida", detalla en este recuerdo sobre la entrega incondicional del P. Thomas
El padre Thomas tenía un billete de segunda clase, trajo consigo un altar portátil y los ornamentos. En el barco, el sacerdote se puso de acuerdo con el Capitán Edward Smith para usar un espacio donde pudiera decir Misa para los pasajeros del Titanic. Así, durante la travesía, el sacerdote confesó a numerosos pasajeros y, en la mañana del 14 de abril de 1912, celebró Misa para los pasajeros de segunda y tercera clase en los salones. Un día terrible: a las 11:40 de esa noche, el Titanic chocaba con un iceberg.El sacerdote estaba en la cubierta superior cuando ocurrió el accidente. Vestido con su sotana descendió al nivel de tercera clase y condujo a los pasajeros a los botes salvavidas. Ayudó a mujeres y niños a subir a las barcazas. Y mientras el barco se hundía, el padre Thomas escuchó confesiones y pronunció palabras tranquilizadoras a la gente que lógicamente se encontraba en pánico. Los que lo vieron lo juzgan como un verdadero líder espiritual, cantaba con los pasajeros que no podían encontrar un lugar en los botes salvavidas, y anima a todos a llevar el momento.
El Titanic fue descubierto el 1 de septiembre de 1985, a 3784 metros de profunidad
Después de que se fue el último bote salvavidas, fue a la cubierta donde estaba su altar y comenzó a rezar el Rosario. Un gran grupo de personas estaba arrodillado a su alrededor, rezando por su salvación. Byles dio a los que quedaron atrás su absolución y permaneció a su lado hasta el final. Después de 2 horas y 40 minutos, la prolongada agonía del barco llegó a su fin, y a las 2:20 AM del 15 de abril de 1912, el valiente sacerdote, junto con las otras 1.500 almas, pereció en las aguas del Océano Atlántico Norte. Muchos de los sobrevivientes dieron sus testimonios sobre la valentía del padre Thomas. La boda de su hermano continuó sin él, pero su hermano y su novia fueron profundamente respetuosos con el luto por el sacerdote: justo después de la ceremonia de su boda, se pusieron ropa de luto y asistieron a una misa de réquiem para Thomas Byles. Más tarde, William y su esposa viajaron a Roma y se encontraron con el Papa Pío X, quien se refirió al padre Thomas como "mártir de la Iglesia".
La familia Byles construyó una puerta para la Iglesia de Santa Elena, en Ongar, en donde el padre había sido destinado, como un monumento en su memoria. También se hizo una inscripción dedicada al sacerdote, en la esquina de una vidriera de la iglesia, con su foto colgada en la pared al lado de la ventana. La figura del padre Thomas también apareció en la película Titanic, dirigida por James Cameron. Aunque su nombre no se menciona, el sacerdote que aparece en las escenas estaba inspirado en Thomas Byles.