Las imágenes que impresionan del cuerpo del joven Carlo Acutis, inminente beato, tras su exhumación
Carlo Acutis, el joven de 15 años que murió en 2006 con tan sólo 15 años debido a una leucemia será beatificado en Asís el próximo sábado 10 de octubre. El adolescente “apóstol de la Eucaristía” ha propiciado en este tiempo numerosas conversiones y su santidad se ha extendido por los cinco continentes debido a su celo por la Eucaristía, lo que le hizo crear una web y una exposición sobre los milagros eucarísticos.
El Papa Francisco ha puesto a Carlo Acutis como ejemplo de santidad para los jóvenes. Su cuerpo ya está expuesto en Asís, donde fue enterrado, y tras exhumarlo las imágenes del cuerpo del futuro beato impresionan pues se ha conservado en buenas condiciones, y ha sido vestido como un joven de su edad.
Exhumado con todos sus órganos
Catorce años después de haber sido enterrado el cuerpo de Acutis fue exhumado con todos sus órganos. Únicamente, antes de ser mostrado al público en Asís, donde ya se le venera, fue sometido a un pequeño trabajo de reconstrucción del rostro.
Tras la exhumación, Carlo Acutis, el arzobispo de Asís, Domenico Sorrentino explicó que "fue tratado con aquellas técnicas de conservación en integración que se practican habitualmente para exponer los cuerpos de los beatos y de los santos con dignidad para la veneración de los fieles".
Este joven italiano es considerado también el primer santo en jeans, en pantalones vaqueros, pues se le ha vestido con el tipo de ropa que solía usar en vida: zapatillas deportivas, pantalones y sudadera.
"Ofrezco al Señor los sufrimientos"
Las imágenes se han vuelto virales y están dando la vuelta al mundo. Pero es su vida y su ejemplo lo que verdaderamente permanece. “Ofrezco al Señor los sufrimientos que tendré que padecer, por el Papa y por la Iglesia, para no tener que estar en el Purgatorio y poder ir directo al Cielo”, decía Carlo durante la enfermedad por la que poco después moriría.
Durante la misa de exhumación, el arzobispo de Asís, monseñor Domenico Sorrentino, dijo que hoy Carlo vive, de alguna manera visible, la belleza de su presencia entre los ángeles y los santos. “Carlo fue fiel al amor de Dios, y eligió a Dios como el todo de su vida. Un propósito breve como un tuit, pero ardiente como un fuego”.
El prelado señaló que Carlo Acutis es un modelo de santidad de la era digital -cómo lo presentó el Papa Francisco en su carta a los jóvenes de todo el mundo-, quien mostró que el ordenador se ha convertido en una forma de transitar por las calles del mundo como los primeros discípulos de Jesús, para llevar a los corazones y hogares el anuncio de la verdadera paz, que sacia la sed de infinito que habita en el corazón humano.
Un enamorado de la Eucaristía
Carlo Acutis nació el 3 de mayo de 1991 en Londres (Inglaterra), donde vivía su familia por motivos laborales. Años más tarde se trasladaron a Milán (Italia). Hizo su Primera Comunión a los siete años: ya desde esa edad mostró un constante amor profundo por la Eucaristía. Declararía que para él era su “autopista hacia el cielo”.
Iba a Misa y rezaba el Rosario todos los días, impulsado por su devoción a la Virgen María, a quien consideraba su confidente. También daba clases de catecismo a los niños y ayudaba a los más necesitados.
Su madre, Antonia Acutis, declaró en varias ocasiones que “era un muchacho experto con las computadoras, leía textos de ingeniería informática y dejaba a todos estupefactos, pero este don lo ponía al servicio del voluntariado y lo utilizaba para ayudar a sus amigos. Su gran generosidad lo hacía interesarse en todos: los extranjeros, los discapacitados, los niños, los mendigos. Estar cerca de Carlo era estar cerca de una fuente de agua fresca”.
Respecto a su fe, la madre decía: “Mi hijo, siendo pequeño, y sobre todo después de su Primera Comunión, nunca faltó a la cita cotidiana con la Santa Misa y el Rosario, seguidos de un momento de Adoración Eucarística”.
El infinito como meta
“Nuestra meta debe ser el infinito, no el finito. El Infinito es nuestra Patria. Desde siempre el Cielo nos espera”, repetía este adolescente y próximo beato.
A los once años dejó escrito esto: “¡Cuantas más eucaristías recibamos más nos pareceremos a Jesús y ya en esta tierra disfrutaremos del Paraíso!”.
Esta pasión le llevó a investigar siendo niño todos lo relacionado con la Eucaristía, especialmente los milagros eucarísticos y finalmente logró involucrar a sus padres para que le acompañaran a todos los lugares del mundo en los que se hubieran producido milagros de este tipo reconocidos por la Iglesia.