Anthony acaba de ser ordenado sacerdote... y todos pudieron asistir
Su familia sufrió un terrible accidente: empezó a rezar el Rosario por ellos y así halló su vocación
Anthony Dang vivió el pasado sábado el momento más importante de su vida, su ordenación como sacerdote en la diócesis de Phoenix, en Estados Unidos. Aunque en realidad su historia comenzó en un lugar mucho más lejano e incluso antes de que este nuevo religioso hubiese nacido.
Sus padres llegaron a EEUU desde Vietnam como refugiados como parte de una enorme masa de decenas de miles de personas que huían de la persecución, la opresión y el colapso de la economía vietnamita. Su padre fue uno de los que desafió los mares infestados de tiburones y piratas en lugar de quedarse en su tierra natal para así dar un futuro de libertad a su familia.
De este modo, Anthony Dang creció como el mayor de cuatro hermanos en la ciudad de Tempe (Arizona). Su familia era católica y además muy practicante y activa en la parroquia de la Resurrección. Allí, el ahora sacerdote acudió a catequesis y ejerció durante años como monaguillo.
Pero la llamada al sacerdocio se produjo más adelante y como consecuencia de un suceso trágico que le hizo sufrir. De hecho, fue la incertidumbre y la angustia tras un grave accidente automovilístico lo que provocó que un adolescente Anthony comenzara a rezar el Rosario con fervor, una práctica que eventualmente lo llevó a discernir el sacerdocio.
En declaraciones a The Catholic Sun, Anthony relata que “se produjo un accidente automovilístico en mi primer año de secundaria que involucró algunos miembros de mi familia”.
Su padre conducía por una concurrida autopista cuando chocó contra un muro de hormigón. Él y los tres pasajeros resultaron heridos, algunos de ellos graves. “Mi papá, mi abuelo, mi hermana Annie y mi hermano Andrew estaban en el coche”, cuenta el sacerdote.
Anthony Dang, cuando fue ordenado diácono, junto a su familia, que jugó un papel muy importante en el desarrollo de su vocación.
Su abuelo sufrió varias fracturas en las costillas, su padre sufrió severos hematomas, a su hermano Andrew le arrancaron algunos dientes y su hermana Annie sufrió lesiones internas que dañaron sus intestinos y requirieron cirugía.
Ante tal suceso, la reacción de Anthony Dang no fue la de revelarse o quedarse paralizado sino que se volcó en la oración, concretamente a través del Rosario. Cada día rezaba el Rosario por sus familiares heridos. Finalmente, los dos últimos hospitalizados, su abuelo y su hermana, fueron dados de alta.
“Todos sobrevivieron, pero yo todavía tenía el hábito de rezar el rosario, así que pensé: 'Seguiré rezando el rosario'”. Y este hábito lo llevó a un examen de conciencia.
“Escuché la llamada por primera vez cuando tenía alrededor de 16 años, durante mi segundo año de secundaria. Estaba rezando el rosario cuando escuché esa llamada al seminario. Era como si mi corazón se sintiera atraído hacia él”, confiesa Dang.
Sin embargo, no lo tenía claro: “tuve dudas al respecto, yo no quería ser sacerdote. Dije, olvídalo”.
En Secundaria, su párroco, el padre Romeo Dionisio, lo invitó a una jornada de discernimiento vocacional. El entorno tranquilo en el que se encontraba este centro resultó ser un escenario ideal para una realización trascendental, como se vio después. Fue allí donde este joven se sintió conmovido por las conmovedoras presentaciones del Padre Will Schmid.
Además, las preguntas que invitaron a la reflexión planteadas por los asistentes fueron bien respondidas. “Vi a muchos jóvenes allí y conocí a muchos grandes sacerdotes. Me sentí como en casa y pensé: 'Oye, podría ser uno de esos sacerdotes que están allá'. Después de ese día de discernimiento, pensé: 'Sí, quiero ir al seminario'”, añade.
Por otro lado, su madre tuvo un gran impacto en este camino de fe y vocación porque según asegura: “ella siempre me animó a ser fiel y aprender acerca de Dios”.
“Ella me llevó a la iglesia, su presencia constante, y su fe y compromiso me ayudaron en mi camino de fe”, recalca él.
Por su parte, su madre afirma que desde pequeño en la familia veían que tenía vocación. Y asegura estar feliz “de que se convierta en sacerdote. Es un regalo para nosotros. Dios lo eligió y nosotros le devolvemos el regalo a Dios”.
Al igual que el resto de seminaristas, estudió español debido a numerosa comunidad hispana por lo que podrá celebrar misa en este idioma. La pandemia impidió un programa de inmersión en Honduras, pero pudo completar las clases de idiomas de manera virtual. “El verano pasado, pude ir por tres semanas como diácono recién ordenado y hacer trabajo misionero allí. Fue genial”, dijo el diácono Dang.
¿Qué hay de ofrecer misa en vietnamita? “Es un poco complicado. Creo que puedo, pero tomará mucha práctica”.