Última oración de Mansur Escudero antes de su muerte
"Le pido a Dios que fortalezca a la comunidad de todos los creyentes"
El que fuera líder de la Junta Islámica de España, el psiquiatra cordobés Mansur Escudero, fallecido el pasado 3 de octubre, oraba así con motivo del final del Ramadán
"Le pido a Allah que fortalezca a la comunidad de todos los creyentes, se dirijan a Dios con el nombre que sea". En su oración, Escudero comienza su invocación dirigiéndose a Allah, nombre que utiliza en toda su plegaria salvo en el momento en el que hace referencia a todos los creyentes, sean judíos, cristianos, musulmanes o de cualquier otra confesión, momento en el que utiliza la palabra "Dios".
Nacido Francisco y converso al Islam, Mansur Escudero fue neuropsiquiatra de profesión y su interés por la espiritualidad en general fue el que le llevó por variados derroteros hasta recalar en la mística sufí, corriente espiritual muy extendida en el Al Ándalus medieval. De hecho, siempre fue un firme defensor del camino de la mística como punto de encuentro privilegiado de todas las confesiones religiosas, objetivo al que dedicó casi toda su vida.
En la última entrevista concedida antes de su muerte, Escudero se refería así a la vivencia interior de su camino en la fe islámica a través de la vía sufí: "el amor es la vía para el conocimiento; el sufí considera que si no hay amor no puede haber conocimiento, porque el amor es lo que te identifica con lo amado"
En su última oración, que es considerada por sus seguidores como una auténtica "oración de despedida", desglosaba lo que había sido su concepción de la fe islámica en un lenguaje que sorprende precisamente en el tiempo de cuaresma en el que nos encontramos ahora los cristianos:
"Gracias a Allah por habernos permitido hacer un mes de ayuno, de restricción y de autodisciplina... para que aprendamos a desprendernos de lo superfluo, para que aprendamos a prescindir de lo que no necesitamos, para que aprendamos a apreciar tantos regalos como tenemos en cada momento... para que recordemos que nuestra condición es la de siervos, la de necesitados y la de precariedad. Es en la precariedad del ayuno, en el silencio al que lleva la privación, cuando surge con mayor facilidad la consciencia de Allah, la taqwa, el ser conscientes de que Él es el dador de todos los bienes."
"Esa es la conciencia que pedimos a Allah que nos expanda, para poder sentir que toda la humanidad somos hermanos, que todos procedemos de los mismo padres, que todos somos el resultado de la voluntad de Allah de estar en este mundo, el gran regalo de persistir en este mundo. Todos volveremos a Él."
Nacido Francisco y converso al Islam, Mansur Escudero fue neuropsiquiatra de profesión y su interés por la espiritualidad en general fue el que le llevó por variados derroteros hasta recalar en la mística sufí, corriente espiritual muy extendida en el Al Ándalus medieval. De hecho, siempre fue un firme defensor del camino de la mística como punto de encuentro privilegiado de todas las confesiones religiosas, objetivo al que dedicó casi toda su vida.
En la última entrevista concedida antes de su muerte, Escudero se refería así a la vivencia interior de su camino en la fe islámica a través de la vía sufí: "el amor es la vía para el conocimiento; el sufí considera que si no hay amor no puede haber conocimiento, porque el amor es lo que te identifica con lo amado"
En su última oración, que es considerada por sus seguidores como una auténtica "oración de despedida", desglosaba lo que había sido su concepción de la fe islámica en un lenguaje que sorprende precisamente en el tiempo de cuaresma en el que nos encontramos ahora los cristianos:
"Gracias a Allah por habernos permitido hacer un mes de ayuno, de restricción y de autodisciplina... para que aprendamos a desprendernos de lo superfluo, para que aprendamos a prescindir de lo que no necesitamos, para que aprendamos a apreciar tantos regalos como tenemos en cada momento... para que recordemos que nuestra condición es la de siervos, la de necesitados y la de precariedad. Es en la precariedad del ayuno, en el silencio al que lleva la privación, cuando surge con mayor facilidad la consciencia de Allah, la taqwa, el ser conscientes de que Él es el dador de todos los bienes."
"Esa es la conciencia que pedimos a Allah que nos expanda, para poder sentir que toda la humanidad somos hermanos, que todos procedemos de los mismo padres, que todos somos el resultado de la voluntad de Allah de estar en este mundo, el gran regalo de persistir en este mundo. Todos volveremos a Él."
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