Arranca el centenario de la Beata Carmen Sallés
Sus cuatro palabras más célebres han guiado la educación de generaciones de alumnos
Cuando llegó desde Barcelona a Burgos en 1892, tenía una idea muy clara: ciertos dramas juveniles sólo pueden frenarse en las aulas.
«Haz lo que haces»: hay gurús de la autoayuda que ganan mucho dinero con similares exhortaciones a la concentración y a la responsabilidad, pero la Beata Carmen Sallés (18481911) regaló esos y otros consejos a las alumnas de sus colegios. El año que viene se cumple el centenario de su muerte, y las celebraciones arrancaron este viernes en todos los centros de las Concepcionistas Misioneras de la Enseñanza, evocando aquel 15 de octubre de 1892 en que la religiosa, natural de Vic (Barcelona), llegó a Burgos con tres compañeras más para fundar, gracias al amparo del obispo Manuel Gómez-Salazar, el primer colegio.
Carmen Sallés había sido prometida en matrimonio, pero logró romper una decisión que le era ajena para ingresar primero en las monjas Adoratrices, que recuperaban a mujeres de la marginación del delito y la prostitución. Fue allí donde comprendió que esos dramas y otros similares sólo podían frenarse eficazmente mediante la educación de las jóvenes. Ingresó en las Dominicas con ese fin, y tras dedicar veintidós años a la enseñanza de la mujer, decidió fundar una congregación aparte.
La espiritualidad sería la misma, una piedad honda y sin sensiblerías, y de hecho se denominó originariamente Concepcionistas de Santo Domingo, pero luego cambió el nombre por el actual. En 1892 obtuvo la aprobación diocesana y en 1908 la aprobación pontificia, por parte de San Pío X. Fundó en vida 13 Casas de María Inmaculada, y falleció el 25 de julio de 1911. Juan Pablo II la beatificó en 1998.
«Mientras haya jóvenes que educar y valores que transmitir, las dificultades no cuentan», repetía Carmen Sallés, que transmitió a sus religiosas un concepto de la educación basado en la voluntad y el esfuerzo: «Adelante, siempre adelante, Dios proveerá» o, sobre todo, «Haz lo que haces, hazlo bien, hazlo por Dios», son santo y seña de la institución, extendida hoy, además de España (catorce centros), en Italia, Japón, Corea del Sur, India, Filipinas, México, Venezuela, República Dominicana, Brasil, Estados Unidos, Congo, Camerún y Guinea Ecuatorial.
Al abrir el II Congreso Internacional Concepcionista, la superiora general, María Luz Martínez, exhortó a la comunidad a convertirse en heredera «de una historia que nos transciende y que nos sitúa ante la responsabilidad de acoger y enriquecer este legado inagotable y continuarlo, expresándolo de una manera siempre renovada». Herencia y compromiso es de hecho el lema que guiará durante los próximos meses la vida de la congregación y los actos festivos de sus centros educativos.
Carmen Sallés había sido prometida en matrimonio, pero logró romper una decisión que le era ajena para ingresar primero en las monjas Adoratrices, que recuperaban a mujeres de la marginación del delito y la prostitución. Fue allí donde comprendió que esos dramas y otros similares sólo podían frenarse eficazmente mediante la educación de las jóvenes. Ingresó en las Dominicas con ese fin, y tras dedicar veintidós años a la enseñanza de la mujer, decidió fundar una congregación aparte.
La espiritualidad sería la misma, una piedad honda y sin sensiblerías, y de hecho se denominó originariamente Concepcionistas de Santo Domingo, pero luego cambió el nombre por el actual. En 1892 obtuvo la aprobación diocesana y en 1908 la aprobación pontificia, por parte de San Pío X. Fundó en vida 13 Casas de María Inmaculada, y falleció el 25 de julio de 1911. Juan Pablo II la beatificó en 1998.
«Mientras haya jóvenes que educar y valores que transmitir, las dificultades no cuentan», repetía Carmen Sallés, que transmitió a sus religiosas un concepto de la educación basado en la voluntad y el esfuerzo: «Adelante, siempre adelante, Dios proveerá» o, sobre todo, «Haz lo que haces, hazlo bien, hazlo por Dios», son santo y seña de la institución, extendida hoy, además de España (catorce centros), en Italia, Japón, Corea del Sur, India, Filipinas, México, Venezuela, República Dominicana, Brasil, Estados Unidos, Congo, Camerún y Guinea Ecuatorial.
Al abrir el II Congreso Internacional Concepcionista, la superiora general, María Luz Martínez, exhortó a la comunidad a convertirse en heredera «de una historia que nos transciende y que nos sitúa ante la responsabilidad de acoger y enriquecer este legado inagotable y continuarlo, expresándolo de una manera siempre renovada». Herencia y compromiso es de hecho el lema que guiará durante los próximos meses la vida de la congregación y los actos festivos de sus centros educativos.
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