3 consejos del Papa Francisco para periodistas: que se dejen tocar y eviten la retórica belicosa
El Papa Francisco ha recibido este sábado a a una delegación del Premio Internacional de Periodismo "Biagio Agnes", que lleva el nombre de un conocido periodista italiano que vivió entre 1928 y 2011 y fue director de la RAI.
El Papa alabó a Biagio Agnes como "defensor de su servicio público, capaz de intervenir con sabiduría y decisión para garantizar una información auténtica y correcta".
A los periodistas de hoy, el Papa les pidió ejercer su trabajo a través de actitudes que resumió con tres palabras simbólicas: cuaderno, bolígrafo y mirada".
1. Cuaderno: recoger lo que pasa dejándose tocar
La primera tarea del periodista es ver lo que sucede y tomar notas, lo que implica "un gran trabajo interior", dijo el Papa. El periodista necesita escuchar y "dejarse traspasar por lo que sucede", con participación y "com-pasión", aseguró el Pontífice.
2. Bolígrafo: repasar y analizar pensando
Frente a un copiar y pegar sin pensar, el Papa eligió el bolígrafo como símbolo de un trabajo que "ayuda a procesar el pensamiento, afirmó, conectando la cabeza y las manos, fomentando los recuerdos y enlazando la memoria con el presente. Es un trabajo artesanal periodístico".
Con el bolígrafo en mano, uno puede "comprobar detalles, barajar hipótesis, reconstruir y cerciorarse de cada paso. En este tejido, inteligencia y conciencia actúan juntas, tocando las cuerdas existenciales de cada uno".
3. Mirada: sin distracciones, engaños ni belicosidad
Finalmente, llega el momento de escribir, o de contar lo que sucede. Eso requiere una mirada "real", sin "distracciones". "Hoy, más que antes, uno puede distraerse con palabras, imágenes y mensajes que contaminan la vida. Pensemos, por ejemplo, en el triste fenómeno de las fake news, la retórica belicosa o cualquier cosa que manipule la verdad", advirtió.
El Papa animó a los periodistas a usar las palabras adecuadas para "disipar sombras" de "un mundo cerrado y dividido y construir una civilización mejor que la que hemos recibido".
Esta tarea obligará, en cualquier caso, al periodista a "desgastar las suelas de sus zapatos" o a recorrer las "calles digitales" escuchando siempre a las personas con las que se encuentra.