«La Iglesia no es una fortaleza cerrada sino una tienda de campaña, abierta, capaz de agrandarse»
El Papa Francisco, en su habitual audiencia pública matinal de este miércoles, ha continuado con su serie de catequesis dedicadas a Hechos de los Apóstoles, que le han servido para reflexionar sobre cómo los primeros cristianos debatían temas importantes que podían llegar a dividirlos, por ejemplo, la forma de tratar las antiguas leyes de Moisés. ¿Había que cumplir todos esos ayunos, rituales de limpieza, normas de purificación ritual y alimentaria? ¿No eran un mandato de Dios? ¿Había que imponerlas también a los griegos y paganos que se hacían nuevos seguidores de Jesús... y del Dios Único de Israel?
Francisco afirmó que en esos debates de los apóstoles en Jerusalén se vio la naturaleza de la Iglesia, que no es “una fortaleza cerrada”, sino “una tienda de campaña" capaz de "agrandarse para recibir a todos": es una Iglesia en salida, "una Iglesia con las puertas siempre abiertas".
Así, en aquella época algunos judíos afirmaban la necesidad de la circuncisión para la salvación. Se organizó una “Asamblea de los Apóstoles y de los ancianos” para debatirlo. Fue el llamado “Concilio de Jerusalén”. Pedro y Santiago, “columnas” de la Iglesia Madre, dijo el Papa, “invitaron a no imponer la circuncisión a los paganos, sino a pedirles sólo que rechacen la idolatría y todas sus expresiones”: una invitación que fue acogida por el Concilio de Jerusalén.
La Asamblea de Jerusalén, dijo, nos enseña cómo enfrentar las divergencias y buscar «la verdad en la caridad» (Ef 4,5), "nos ayuda a entender que la sinodalidad es el método eclesial para reflexionar y confrontarse, basado en el diálogo y en el discernimiento a la luz del Espíritu Santo".
La Iglesia es en salida, o no es Iglesia
El Papa recordó también que el viaje de los Apóstoles comienza como resultado de una fuerte persecución, la cual, en lugar de “detener” la evangelización, se convierte en una “oportunidad” para ensanchar el campo donde sembrar la buena semilla de la Palabra. Esto porque “los cristianos no se asustan”: debieron huir, sí, pero “con la Palabra”, propagándola “un poco por todos lados”.
Francisco aseveró que la Iglesia es “en salida” o “no es Iglesia”, remarcando asimismo que la Iglesia "está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre". De modo que, "si alguien quiere seguir una moción del Espíritu y se acerca buscando a Dios, no se encontrará con la frialdad de unas puertas cerradas".
El Espíritu Santo ayuda a superar las cerrazones y tensiones
Es el Espíritu, añadió Francisco, quien de hecho “ayuda a superar las cerrazones y las tensiones, y trabaja en los corazones para que logren la unidad en la verdad y en el bien, para que alcancen la unidad”.
"Pido al Señor que refuerce en nosotros y en todos los cristianos, especialmente en los obispos y en los presbíteros, el deseo y la responsabilidad por la comunión, el diálogo y el encuentro con todos los hermanos, sin excepción, para manifestar la fecundidad de la Iglesia, llamada a ser Madre feliz de muchos hijos", finalizó.
Al final de la audiencia general, el Papa Francisco expresó sus sentimientos respecto a las manifestaciones violentas que se producen en Chile desde el 18 de octubre. “Sigo con preocupación lo que está sucediendo en Chile. Espero que, poniendo fin a las manifestaciones violentas, a través del diálogo se pueda trabajar para encontrar soluciones a la crisis y hacer frente a las dificultades que la han generado, por el bien de toda la población”, declaró.
Las protestas en Chile estallaron por el alza del precio de la línea metropolitana de transporte en Santiago, pero se extendieron por todo el país. El martes por la noche fue decretado un nuevo toque de queda en diferentes ciudades de Chile - el cuarto consecutivo en Santiago, Valparaíso y Concepción (sur) desde que se registran las protestas, que ya dejan unos 15 muertos, según informaron las autoridades. El presidente de Chile, Sebastián Piñera, reformas sociales tras el quinto día de protestas masivas.