Lo que una generación de pensadores católicos debe a Peter Kreeft
El libro La sabiduría y el asombro. Cómo dio forma Peter Kreeft a la próxima generación de católicos (Ignatius) nos acerca a las décadas de magisterio y de publicaciones de un querido profesor del Boston College. Conozco a Peter Kreeft desde mis días de universidad y veo reflejada su influencia sobre mi propia vida en las historias recogidas en el libro de Brandon Vogt.
Wisdom and wonder [La sabiduría y el asombro] recoge las historias de diversos discípulos de Peter Kreeft comentando su vida y su obra.
Recuerdo mi primer día de clase con Kreeft. Otro profesor me había recomendado que no asistiese a sus clases, lo que suscitó en mí la natural curiosidad de saber por qué ese tal Kreeft merecía semejante advertencia. Yo era un alumno de segundo año, con todo lo que eso implica, y la asignatura era Pensar la religión.
Kreeft entró en el aula con un maletín enorme que parecía un gran cubo marrón. Lo depositó y tomó una tiza. Escribió en la pizarra: “O Dios existe o Dios no existe”. Se detuvo. Nos miró. Le miramos. Dejó que asimilásemos esas palabras. Recuerdo haber pensado: “Sí, parece correcto. O realmente hay un Dios, o no lo hay. Quizá nunca pueda saber si existe, o quizá sí pueda; pero, efectivamente, lo cierto es que o bien Dios realmente existe o bien Dios realmente no existe”.
A continuación, Kreeft escribió: “O Jesús es Dios o no lo es”. De nuevo pensé que tal vez yo no pudiese conocer qué opción era la correcta, o quizá sí podía llegar a conocerla, pero en cualquier caso no lo sabría mientras no profundizase en el asunto.
Al regresar a mi residencia, pensé mejor en esas primeras ideas y escribí un ensayo intentando rebatir lo que Kreeft había enseñado en el primer día. En el ensayo, yo argumentaba contra lo que denominaba “razonamiento binario”. Cuando volví a tener clase con él, se lo entregué, preguntándome cómo podría él replicar lo que yo consideraba una refutación abrumadora.
Como en un partido de tenis, en la clase siguiente me devolvió los papeles. Estaban llenos de comentarios, de la cruz a la fecha. Señalaba falacias materiales en las que yo había incurrido, corregía palabras latinas mal escritas y demostraba que yo no había comprendido, ni menos aún refutado, lo que él había enseñado. Examiné los comentarios, más numerosos que los escritos por cualquier profesor mío en cualquiera de mis trabajos universitarios o del instituto.
Cuanto más leía sus comentarios, más me convencían. En verdad yo estaba equivocado y Kreeft tenía razón. Pensé: “Tengo que empezar a pensar con mayor claridad”. Y que Kreeft sería la persona idónea para ayudarme. Realmente era un profesor peligroso, de esos que pueden cambiar la vida de un estudiante en una dirección completamente nueva.
Las clases con él durante todo el semestre fueron para mí como un sol brillando a través de la densa niebla religiosa por la que yo había vagado durante muchos años. Yo ya era creyente, pero de forma muy desordenada y confusa en cuanto a lo que creía o por qué lo creía. Kreeft cambió todo eso, en parte introduciéndome en las obras de C.S. Lewis Mero cristianismo, El problema del dolor y El gran divorcio. También empecé a leer muchos de los propios libros de Kreeft, entre ellos El Cielo. El más profundo anhelo del corazón, Entre el Cielo y el Infierno y Descifrando el sentido del sufrimiento.
'¿Símbolo o sustancia?' y 'Cómo ganar la guerra cultural' son dos de las últimas obras de Peter Kreeft publicadas en español.
Creo que si Kreeft no hubiese sido mi profesor en 1989, mi vida habría sido esencialmente distinta y esencialmente peor. Si no fuera por él, dudo que ahora fuera filósofo. Si no fuera por él, no habría tenido siete hijos. Si no fuera por él, no rezaría como lo hago (Oración para principiantes de Kreeft era y es muy útil). Su enorme influencia provenía, en parte, de sus clases y de lo que escribía en sus libros, pero en parte también de cómo trataba a sus estudiantes.
La sabiduría y el asombro recoge la historia de otros 18 millennials, hombres y mujeres, que fueron alumnos de Kreeft, entre ellos Trent Horn, Douglas Beaumont, Ph.D., y el padre Blake Britton. También Brandon Vogt, cuyo viaje al catolicismo estuvo profundamente influido por Kreeft. Vogt devoró los libros del profesor del Boston College, siendo quizá el más importante uno del que es co-autor, Manual de apologética católica.
Mi propia deuda con Kreeft incluye una entusiasta carta de recomendación para la universidad, de la que me dio una copia. A veces los inseguros estudiantes recién graduados necesitan ver reforzada su confianza.
Años después, escribió un prólogo para mi libro Tomás de Aquino, sobre la Fe, la Esperanza y el Amor, donde yo robaba la idea elemental que él ya había desarrollado en su libro Summa de la Summa. Los pasajes filosóficos esenciales de la Summa Theologica: poner el texto de Santo Tomás de Aquino arriba y las notas explicativas debajo.
Desde 1965 Kreeft ha sido el maestro de generaciones de estudiantes, tanto en las aulas del Boston College como fuera de él: una nube innumerable de testigos. Este nuevo libro muestra cuánto poder tiene un profesor… un profesor peligroso.
Publicado en Angelus.
Chistopher Kaczor es profesor de Filosofía en la Loyola Marymount University y fue Mención de Honor en los V Premios Razón Abierta 2021 que entregan la Fundación Ratzinger y la Universidad Francisco de Vitoria.
Traducción de Carmelo López-Arias.