Sábado, 21 de diciembre de 2024

Religión en Libertad

¿Por qué esta Pascua es diferente a todas las demás?


por Luciana Rogowicz

Opinión

Es tradición que en la celebración de la Pascua Judía, durante la cena se cante una canción que se llama Manishtana, o en español: “¿Por qué esta noche es diferente a todas las demás?" Y, a través de las preguntas que tiene la canción, se les va explicando a los más pequeños de la familia la historia del Éxodo y lo que se celebra esa noche.

En este artículo voy a utilizar algunas de esas preguntas para recorrer algunos datos de los evangelios sobre la última cena de Jesús. Y por los cuales podemos ver claramente que esa noche fue una celebración de la Pascua judía, un Seder de Pesaj.

Seder significa orden. Y la cena judía de pascua se llama Seder de Pesaj porque no es una simple cena de festejo sino que tiene un orden concreto, podría decirse, un orden litúrgico.

Y la palabra Pesaj, significa “paso”. El paso de la esclavitud a la libertad. El paso a través del Mar Rojo que los condujo al inicio de esta libertad.

No es casual que el evangelista San Juan utilice este verbo en el inicio del relato de la última cena: “Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, él, que había amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta el fin” (Jn 13, 1).

El paso de Jesús de este mundo al Padre es el inicio de un nuevo éxodo, una nueva Pascua.

El Seder de Pesaj

En la celebración del Seder de Pesaj, no sólo se conmemora o recuerda el evento del Éxodo, el pasaje del pueblo de Israel de la opresión y esclavitud hacia la libertad. Esta noche se hace memoria, anamnesis sería el término correcto, en el que no sólo recordamos como un evento pasado, sino que “actualizamos el misterio”, y lo vivimos como si estuviéramos allí, como si fuésemos parte de ese acontecimiento.

Somos nosotros hoy, los judíos que celebran la pascua, quienes fuimos liberados siglos atrás de la opresión del faraón. Somos nosotros hoy, quienes fuimos liberados por Dios, esa noche. Y por eso en esta cena, en este Seder, damos gracias a Dios y lo alabamos por lo que hizo por nosotros, y celebramos que somos seres libres.

La acción de gracias, la alabanza y el relato de la historia son los aspectos centrales de la cena y son parte de este orden que consta de 15 pasos.

De estos 15 pasos hay algunos que se pueden distinguir claramente leyendo los relatos de los Evangelios sobre la Última Cena.

La Última Cena no fue una pascua judía más, sino que fue la pascua que llevó a su plenitud todas las pascuas anteriormente celebradas, y esencialmente la primera, la noche del éxodo, la liberación del pueblo de Dios. (En este artículo se analiza esta perfecta relación y completud de la Pascua judía y la Pascua católica.)

¿Por qué esta noche es diferente a todas las demás?

Todas las noches comemos sentados, erguidos o reclinados, ¿Por qué esta noche comemos reclinados?

“El primer día de la fiesta de los panes Ácimos, cuando se inmolaba la víctima pascual, los discípulos dijeron a Jesús: «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la comida pascual?». Él envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: «Vayan a la ciudad; allí se encontrarán con un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo, y díganle al dueño de la casa donde entre: El Maestro dice: «¿Dónde está mi sala, en la que voy a comer el cordero pascual con mis discípulos?”. Él les mostrará en el piso alto una pieza grande, arreglada con almohadones y ya dispuesta; prepárennos allí lo necesario» (Mc 14, 12-15).

"Digan a su dueño: El Maestro manda preguntarte: «¿Dónde está la sala en que podré comer la Pascua con mis discípulos?». Él les mostrará en el piso alto una pieza grande, arreglada con almohadones: preparen allí lo necesario” (Lc 22, 11-12).

“Uno de ellos –el discípulo al que Jesús amaba– estaba reclinado muy cerca de Jesús” (Jn 13, 23).

¿Por qué este detalle de los almohadones o que un discípulo estaba reclinado?

Una de las tradiciones que se hace en una cena de Pesaj es comer “reclinados”, como si fuésemos reyes. Esa noche estamos celebrando que ya no somos esclavos sino seres libres, de modo que nos sentamos reclinados como reyes para la cena. Por eso era necesario en ese momento una habitación dispuesta con almohadones de esa manera para celebrar la pascua.

Todas las noches no precisamos sumergir ni siquiera una vez los alimentos. ¿Por qué esta noche lo hacemos dos veces? Y todas las noches comemos cualquier clase de verdura, ¿por qué esta noche comemos maror, hierbas amargas?

“Jesús le respondió: «Es aquel al que daré el bocado que voy a mojar en el plato». Y mojando un bocado, se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote” (Jn 13, 26).

No era extraño encontrar en una cena común y corriente panes y salsas para mojar. Pero sí es destacable el rol que tiene el “sumergir” algunos comestibles durante el Seder de Pesaj.

Uno de los principales símbolos que se hacen en uno de los pasos del Seder es mojar hierbas amargas (apio por ejemplo) en un recipiente que tiene agua con sal. Es una forma de recordar la amargura de los israelitas cuando eran esclavos en Egipto, y el agua con sal nos recuerda a sus lágrimas.

Me gusta pensar en ese momento de la Última Cena, que lo que Jesús sumerge son hierbas amargas en agua son sal y se lo da de comer a Judas, como una última oportunidad de arrepentirse de lo que está por hacer. Un símbolo donde, por un lado, demuestra amistad al compartir el bocado, y a la vez, la amargura de las hierbas amargas y el agua con sal, que poseerá todo su cuerpo y todo su espíritu, una vez que lo traicione.

Todas las noches comemos jametz o matzá, ¿por qué esta noche solamente matzá?

Jametz significa leudado, refiriéndose a los panes con levadura, y matzá es el pan sin levadura, el pan ácimo. Éste se come durante los 8 días de “la fiesta de los ácimos”, para recordar que los israelitas la noche del Éxodo y durante su  vida de nómadas en el desierto no tenían tiempo de esperar que los panes leuden, y por eso comían pan ácimo. También comieron este pan durante su estadía en Egipto, era el pan de los pobres, no lleva mucho tiempo de preparación y los hacía sentir más saciados. Lo recordamos también como el pan de la aflicción.

El pan que Jesús consagró esa noche, y con el cual instituye la Eucaristía, es pan sin levadura, al igual que lo es, en la mayoría de las iglesias hoy en día, la hostia.

El canto de los Salmos

“Después del canto de los Salmos, salieron hacia el monte de los Olivos” (Mc 14, 26 y Mt 26, 30)

Los salmos no son cantados en todas las cenas judías, pero sí son parte esencial de la cena de Pascua. Los salmos que se cantan son los llamados Hallel, que son los salmos del 113 al 118, que se recitan en acción de gracias y alabanzas a Dios por habernos concedido la libertad y haber hecho tantos milagros.

Las 4 copas

Por último, y una de las cosas más hermosas y simbólicas de la celebración, es la presencia de 4 copas de vino. Si bien cada comensal tiene su propia copa, durante el Seder de Pesaj se hace la bendición con 4 copas diferentes, y cada una tiene un rol concreto durante la cena.

La primera copa es la que nos introduce a la celebración. Es la copa de la bendición, el Kiddush.

La segunda copa, llamada la copa del Juicio o del dolor, se sirve y da inicio a la liturgia pascual donde se relata la historia de lo que pasó en el Éxodo.

La tercera copa está relacionada con la cena, la comida. El pan sin levadura, las hierbas amargas, y otros alimentos, cuyos símbolos apuntan a rememorar la historia del éxodo. Esta copa es llamada la copa de la redención.

La cuarta copa, la copa de la alabanza, da fin a la celebración y completa el rito pascual.

Durante la última cena se identifica la presencia de estas copas. Especialmente la segunda y la tercera: “Llegada la hora, Jesús se sentó a la mesa con los Apóstoles y les dijo: «He deseado ardientemente comer esta Pascua con ustedes antes de mi Pasión, porque les aseguro que ya no la comeré más hasta que llegue a su pleno cumplimiento en el Reino de Dios». Y tomando una copa, dio gracias y dijo: «Tomen y compártanla entre ustedes. Porque les aseguro que desde ahora no beberé más del fruto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios». Luego tomó el pan, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: «Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía». Después de la cena hizo lo mismo con la copa, diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza sellada con mi Sangre, que se derrama por ustedes» (Lc 22, 14).

De acuerdo al evangelista Lucas, esta copa fue la que se tomó luego de la comida, lo que implica que era la tercera copa: “Después de la cena hizo lo mismo con la copa” (Lc 22, 20).

San Pablo en su primera carta a los Corintios hace referencia a la copa de la bendición, que es la tercera, cuando habla de la copa eucarística de la sangre de Jesús: “La copa de bendición que bendecimos, ¿no es acaso comunión con la Sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el Cuerpo de Cristo?” (10, 12).

Existe una bellísima teoría acerca de la cuarta copa, y en qué momento Jesús la bebió para concluir la celebración de la pascua. (Esto se puede leer en un artículo dedicado completamente a este tema: La Cuarta Copa.)

Una noche distinta a las demás

Identificar todos estos detalles no sólo deja claro que la Última Cena de Jesús fue un Seder de Pesaj, sino que Jesús eligió esa noche para instituir el misterio más hermoso y preciado que nos dejó, la Eucaristía. Y no fue casual por supuesto, ya que Él es el verdadero Cordero pascual, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo y vino a traernos un nuevo y definitivo Éxodo. Esa noche, la noche en que iba a ser entregado, fue una noche distinta a las demás, la más diferente a todas las otras noches.

Jesús, con todo su cuerpo, su alma y su Divinidad llevó a su plenitud la última pascua de la primera alianza, para instaurar una nueva alianza, celebrando ahora todas las naciones juntas, una nueva Pascua en Su Nombre.

Publicado en el blog de la autora, Judía & Católica.

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