Martes, 16 de abril de 2024

Religión en Libertad

Se celebra el 450 aniversario del obispo Fernando de Loazes

El obispo que intentó evangelizar a miles de musulmanes en España y escribió un libro sobre ello

El obispo que intentó evangelizar a miles de musulmanes en España y escribió un libro sobre ello
Escritor y humanista, ostentó varios cargos eclesiales

Pablo J. Ginés / ReL

La diócesis de Orihuela-Alicante, en la Comunidad Valenciana, ha celebrado el 450 aniversario de la muerte de Fernando de Loazes, arzobispo de Valencia. Durante los años que estuvo al frente de la diócesis, Loazes evangelizo de forma efectiva a la abundante población morisca de la zona. Antes fue obispo de varias diócesis catalanas.

Loazes, hombre renacentista, humanista y culto, escribió varios tratados sobre cómo evangelizar a la población morisca sin imponer la religión. Además fundó el colegio Santo Domingo, en Orihuela, que ha celebrado el aniversario de su muerte.

En esta entrevista para ReL, José Antonio Martínez García, doctor en filosofía y teología y licenciado en Historia, y director del archivo histórico de la Catedral de Orihuela, ha recalcado la importancia histórica de Loazes, recordando los frutos de sus obras, que han perdurado hasta nuestros días.

-¿Era un hombre de fe sincera y vocación religiosa? ¿Cómo sintió su llamada a la vida religiosa?
-A Fernando de Loazes no hay que negarle su fe sincera y vocación religiosa, pero hay que entenderla en el contexto de la época en la que la religión y la política se encontraban muy unidas. Se educó como laico en derecho civil y cánones doctorándose en la universidad de Pavía, con la intención de ejercer su profesión en la administración civil.

»Sabemos que seguramente estuvo casado antes de recibir las órdenes sagradas para investirlo como obispo de Elna (1542), y Javier Sánchez Portas da constancia de tres hijos suyos, el dominico Fray Juan de Loazes, nacido en 1522 cuando Loazes era abogado y asesor del Consejo de Orihuela, que fue rector perpetuo del Colegio de Dominicos de Orihuela, Sor Ángela Loazes, dominica en Santa Catalina de Siena de Valencia, y Beatríz Ángela Loazes, que contrajo matrimonio.
 
»Antes de ser consagrado como obispo de Elna ejerció como asesor y abogado del Consejo de la ciudad de Orihuela, fiscal del Santo Tribunal de la Inquisición de Valencia (1524), y en 1531 fue nombrado Inquisidor Apostólico del Principado de Cataluña y condados del Rosellón y Cerdaña.



»Para ejercer estos cargos era imprescindible que tuviese muy buenas relaciones con el poder real, es este caso con Carlos I de España. A este rey se debe su presentación al papa para el obispado de Elna, Lérida (1543), su asistencia al concilio de Trento enviado por el emperador (1552) y para el obispado de Tortosa (1553).
 
»Su vida al servicio de la Iglesia comenzó con su aceptación para el obispado de Elna, que fue el comienzo de una carrera eclesiástica de éxito hasta culminar como arzobispo de Valencia en 1567. Tenemos noticia de su gran amistad con San Francisco de Borja, junto al cual trabajó cuando éste era virrey de Cataluña y Loazes Inquisidor Apostólico del Principado de Cataluña.

»No es extraño que los cargos eclesiásticos de Loazes de Elna y Lérida fueran sugeridos por el santo jesuita al emperador. Francisco de Borja también estuvo casado antes de su profesión solemne como jesuita en 1548, tras la muerte de su mujer, Leonor de Castro. La estrecha relación con este santo jesuita nos indica la sinceridad de la vida religiosa de Loazes.
  
 -Fue Fiscal del Santo Oficio en Valencia y después Visitador del Rey en Cataluña... ¿En qué consistían esos cargos?
-Aunque el inquisidor general era nombrado por el papa en España, estaba obligado a aceptar la propuesta del rey, por tanto, era un cargo político, defendido rigurosamente por el rey, razón por lo cual los inquisidores pasaban a ser funcionarios reales.

»Según el profesor Joseph Pérez, durante la primera mitad del siglo XVI la inquisición se comportó moderadamente hasta 1558, tras descubrirse los focos luteranos en Valladolid y Sevilla, que provocó la intervención directa y rigurosa de Felipe II. El amigo de Loazes, el inquisidor general Alonso Manrique, no fue precisamente el ejemplo del inquisidor intransigente y riguroso como aparece en los medios de comunicación, sino que se le ha llegado a identificar como amigo de humanistas y erasmianos.

»El que sí llevó a cabo con agresividad el cargo de Inquisidor general fue Fernando de Valdés, que condujo a la cárcel al mismo arzobispo de Toledo, Bartolomé de Carranza. Loazes ejerció su cargo durante una época de moderación inquisitorial, por lo que pienso que no pertenece a esa figura que se ha popularizado.


 
 -¿Cómo fue su servicio eclesial en Cataluña?
-Según los datos existentes fue un excelente obispo. Llevó a cabo las reformas del concilio de Trento; siendo obispo de Lérida realizó un sínodo diocesano para aplicar dichas reformas. Cuando se le nombró arzobispo de Tarragona, el papa Pío IV le concedió la residencia fuera de la diócesis, en Barcelona, seguramente por petición del monarca, pues en 1563 por mandato regio presidió el brazo eclesiástico en las cortes de Monzón en las cuales defendió con éxito la separación de la diócesis de Orihuela de la de Cartagena, ansiosamente esperada por los oriolanos.

»En este momento, en el territorio de Orihuela se hablaba indistintamente el castellano y la lengua catalana, incluso son abundantes los textos notariales, jurídicos y de los quinque libri escritos en esta lengua, es evidente, pues, que Loazes hablaría y escribiría también en esta lengua. 
 
-Escribió joven un libro sobre conversión de los moriscos en 1525 y en 1564 se crea la diócesis de Orihuela buscando convertir a los numerosos musulmanes del lugar... ¿Cómo se lograban esas conversiones? 
-El libro lo tituló Perutilis et singularis questio: seu tractatus super nova paganorum regni Valentiie conversione, en el que interroga la forma de convertir por la fuerza a los moriscos, pues lo hacen aparentemente pero no convencidos.

»Siendo arzobispo de Valencia apoyó el método de evangelización de los moriscos para que entraran a la fe cristiana no por imposición, sino por convencimiento a través de la evangelización, para lo cual se publicó en 1568 unas constituciones y un catecismo dirigido a ellos, además de preparar misioneros formados para llevar a cabo esta misión: Constituciones ordenadas por los reverendísimos senyores don Fernando de Loazes, D. Fr. Juan de Muñatones, obispo de Segorbe, D. Fr. Martin de Córdoba, obispo de Tortosa, D. Gregorio Gallo, obispo de Orihuela…acerca del regimiento y orden que han de guardar los nuevos convertidos y oficiales para esto diputados. Añádese en el fin una breve suma y resolución de doctrina cristiana.

»Loazes estaba convencido, como otros obispos del Levante y Andalucía, de que el método de la evangelización y la acogida libre de la fe era la solución al problema, más que la amenaza e imposición.
 
-¿Qué significaba el título de "Patriarca de Antioquía" que se le dio? ¿Para qué servía?
-El patriarcado latino de Antioquía se fundó por Bohemundo de Treveris, líder de la primera cruzada, junto al principado cristiano de Antioquía en el año 1098. El principado se perdió en 1268, y el último territorio en Tierra Santa, San Juan de Acre, en 1291.

»Desde entonces el patriarcado ha sido un título honorífico concedido por el papa, patriarcas fueron Loazes y el también arzobispo de Valencia San Juan de Ribera, preocupado también por la evangelización de los moriscos.
 
-¿Cuáles fueron los logros o los legados de Loazes más influyentes, que lleguen hasta nuestros días?
-Hay tres legados que destacan de sus iniciativas: el apoyo al método de la evangelización de los moriscos y el rechazo a la imposición de la fe por la fuerza; la defensa ante el rey a la segregación de la diócesis de Orihuela; y la fundación del colegio de Santo Domingo, primero como estudio general de dominicos (1547) y luego como universidad pontificia (1569), máxima aspiración del fundador.

»La fundación del colegio tuvo dos objetivos: la formación de los dominicos en su tierra oriolana para afrontar el tema de la evangelización con las garantías de doctrina y pedagogía necesarias, y la extensión de la cultura a toda la comunidad clerical y laical, una idea característica del renacimiento, algo que estaba en la mente del fundador.
  
-A veces se habla de un "humanismo católico" o incluso una "Reforma católica"... ¿Cómo encajaría Loazes en esas categorías?
-Loazes conoció muy bien a los dominicos y se relacionó mucho con ellos en su etapa catalana. Este trato influyó en la fundación del colegio de Santo Domingo en Orihuela. Ellos formaban una orden nueva con gran vitalidad, cuyo carisma era la formación en la fe y la predicación.

»Es evidente que en la fundación del colegio tuvo en cuenta estas características, pues el objetivo que pretendía era evangelizar un territorio largamente olvidado por los obispos de Cartagena, y la evangelización de los moriscos. La reforma pasaba por la formación intelectual y por la oferta evangelizadora, algo propio de una nueva mentalidad, donde la razón y la fe iban de la mano.
 
 -¿Qué pasó con su tumba en la Guerra Civil?
-La tumba de Loazes era un sepulcro de mármol colocado en el lado del Evangelio, en el presbiterio de la capilla mayor, y fue destruido en la última guerra civil.


 
 -¿Cómo se celebran estos 450 años desde su muerte?
-El hoy colegio diocesano de Santo Domingo en Orihuela, heredero del patrimonio de la Universidad Pontificia, con sus profesores y alumnos y con la presencia del Obispo Diocesano y otras autoridades presentes, conmemoró el pasado 1 de marzo de 2018 el 450 aniversario de su muerte.
 
»Una oración solemne por el difunto arzobispo Loazes en la capilla del colegio que el proyectó y en la que descansaron sus restos, y la inauguración de un aula museística entre los claustros fueron el eje del acontecimiento.

»Esta sala exhibe desde ahora de forma permanente para todos los visitantes una selección de elementos históricos, un audiovisual y un panelado que muestra los elementos de la construcción del edificio y los orígenes de la institución educativa a través de los siglos desde Loazes hasta el hoy del Colegio Diocesano de Santo Domingo.   
 
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