Tomás Zárate, dibujante de cómic de la revista misionera Gesto, da ideas evangelizadoras
«Las parroquias podrían usar mucho más el dibujo para comunicar»: el proyecto Va-Ti, para dar gratis
Tomás de Zárate lleva ya unos 7 años dibujando viñetas y cómics con temas de fe en la revista Vida Nueva y en la muy difundida revista infantil misionera Gesto. También dibujó un tiempo en el Vatican Insider. Le gusta decir que "el primer cómic de Europa fue el Vía Crucis", con sus ilustraciones de la Pasión.
"Un cómic es más fácil de leer que un texto, y más cuando en el texto hay términos abstractos. Un cómic es una imagen y, por tanto, entra mejor", asegura.
Sin embargo, no siempre es la mejor vía para transmitir un mensaje. Por ejemplo, afirma, "el Evangelio, en texto, es fácil de leer", pero mal dibujado, en cómic, perdería fuerza.
"El guión es como el 70% o más de un cómic, pero un dibujo malo o pobre arruina el cómic. Hay uno de Juan Pablo II que leí hace poco, por ejemplo, cuyo dibujo chirriaba", lamenta. Pone otros ejemplos: "el mejor cómic nunca dibujado es el Flash Gordon de Alex Raymond, pero su guión no era el mejor. En cambio, Tintín era grandísimo por el dibujo, sí, pero sobre todo por el guión".
Cree que en la actualidad hay cierta desilusión entre los editores cristianos, que ven difícil lograr cómics de fe con ambas cosas: buen dibujo y buen guión. A él le gustan las historias y el dibujo de Jean-François Kieffer, autor de la serie "Las aventura de Lobato" y de muchos libros de escenas bíblicas ilustradas.
Algunos dibujos de Kieffer, cuyo estilo gusta a Tomás
"El cómic por sí solo no llega a mucha gente a menos que hable de una historia", afirma. "Por ejemplo, la historia de Santa Josefina Bakhita es muy buena. O historias sobre Juan Pablo II. O sobre el Papado en la época nazi. A veces me duele un poco dar forma de cómic breve a historias muy interesantes, porque se pierde detalle. Meter en cómic la Biblia, o grandes historias como Guerra y Paz, es un riesgo, se pierde bastante", admite. Es más factible presentar historias más directas, de planteamiento, nudo y desenlace, como las historias de conversos o de santos.
Sobre los distintos estilos de dibujo -realista, esquemático, infantil- opina que "la clave está en representar con respeto. Los ilustradores estamos obligados a ilustrar con el bagaje cultural del lector, y el lector verá respeto en el dibujo realista. Los bizantinos veían respeto en el arte bizantino. Incluso influenciados por el cubismo y mil cosas más, somos hijos del arte realista".
Tomás en un autorretrato
ReL pregunta al dibujante si tendría sentido organizar grupos "espirituales" de artistas y dibujantes. Él cree que por el carácter individualista español no es fácil que cuajen. "Además, hay grupos que te impulsan a ir hacia adelante, pero también hay grupos que te retrasan, te quitan tiempo y energías", advierte.
Ve más factible colaborar en proyectos laborales colectivos. "Por ejemplo, un cómic de 20 historias con 20 ilustradores diferentes, con algunas reuniones para el proyecto donde haya que rezar juntos. Pero creo que los editores y las personalidades eclesiásticas han tirado la toalla en eso, porque no hay nada parecido".
En general, Tomás de Zárate cree que la Iglesia, las parroquias y las asociaciones afines pueden usar mucho más el dibujo y la ilustración para comunicar. "Imagínate una cartulina tamaño A6 con el lema 'es mi cuerpo' y el dibujo de una madre a punto de acuchillar con una tijera a su hijo en su vientre. El niño mira asustado la que le viene encima. Creo que esa imagen sería mucho más poderosa que una argumentación".
El cómic tiene un problema: dibujar lleva tiempo y es caro. A modo de ejemplo, un dibujante puede cobrar unos 200 euros por una hoja de cómic por las dos caras, sin colorear. Un párroco no va a contratar a un dibujante para hacer una doble página semanal... pero hay formas de financiar proyectos por Internet, como el proyecto Va-Ti.
PROYECTO VA-TI: encíclicas en cómic por entregas, para repartir
Tomás ha ideado un folio por las dos caras que párrocos, catequistas o maestros podrían descargar de Internet, fotocopiar y repartir a chavales o a mayores. Se llama Va-Ti (aquí su web en Patreon). Cada ejemplar explica tres o cuatro puntos de una encíclica, es decir, ilustra con imágenes esos fragmentos de la encíclica. Una encíclica completa puede necesitar 75 páginas. Incluirá también alguna oración papal ilustrada, quizá el Ángelus semanal. Tomás las irá colocando en Internet, gratis para cualquiera, a medida que los donantes, pequeños o no tan pequeños, ayuden a financiarlas. Hay una versión en castellano y otra sin texto, por si alguien quiere versionarla en otro idioma. Parte de lo donado al proyecto se destinará también a comunidades y misiones en lugares pobres.
"Creo que Dios es el responsable de Va-Ti. Al ser gratis, con donativos, equilibro que la cosa sea providencial. Mi papel es dibujar", detalla Tomás. "Dibujar una encíclica tiene su aquel y leerla lleva semanas y semanas de Va-Ti. He comenzado con la Humanae Vitae, que es una maravilla de corta y de importante. Lo normal es que las encíclicas sean mucho más largas. Uso el texto de la encíclica tal como está en la web del Vaticano".
Por el momento ya ha comenzado con la Humanae Vitae (26 ilustraciones, 26 va-ti) y unos 300 puntos (90 hojas, 90 va-ti) de la "Christus Vivit", el mensaje del Papa Francisco a los jóvenes.
"Si hay tantas donaciones que se supera el objetivo donaré a una ONG para unas escuelas en Sierra Leona el resto y pediré a la ONG un certificado y lo publicaré en la hoja de Patreon para que la gente vea que el dinero va ahí. Yo voy a dibujar Va-Ti sí o sí, aunque sea muy poco a poco, es algo vocacional. Pero el ritmo depende de las donaciones".
Es posible ayudar saber más y ayudar a Va-Ti a través del sistema de donativos Patreon
Un ejemplar del Va-Ti, una hoja por las dos caras,
para repartir en escuelas, parroquias o catequesis