Rodeado de 380 catequistas entusiastas, el reportero de ReL hace una lista de cosas sorprendentes
Las 7 sensaciones positivas que se lleva un novato en un encuentro de catequistas de LifeTeen
Juan Cadarso acudió como reportero de ReL al Encuentro Europeo de LifeTeen, con 380 catequistas, sacerdotes y responsables de pastoral juvenil reunidos en la abadía de Montserrat del 3 al 5 de marzo. Es una experiencia especial que le ha llevado a redactar este texto en primera persona.
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Reconozco que la primera vez que escuché la palabra LifeTeen me sonó a esos tratamientos estéticos que se hace la gente para parecer joven. Cuando ya me lo explicaron bien pensé: "¿Querrán rejuvenecer la Iglesia?" Pero, por supuesto, la Iglesia ofrece lo que ningún tratamiento ni clínica: la vida eterna, juventud y belleza siempre.
LifeTeen es un método de evangelización de adolescentes que se está consolidando en toda España y que tiene presencia ya en unas 150 parroquias o más.
A través de equipos de catequistas, en la parroquia se crea un ambiente adolescente alternativo, alegre, de amistad y fe, con centralidad de la adoración eucarística, la formación, la música de alabanza y adoración y el acompañamiento cercano. Cada viernes, miles de chicos en España van a sus parroquias para acercarse a Jesús de esta manera, que es muy atractiva.
Para un novato en encuentros de este tipo, algunas cosas resultaron muy interesantes, y otras bastantes esperanzadoras.
Durante un fin de semana pareció como si el martilleo constante de cifras de occidentales que pierden la fe se detuviera por momentos. Como si los adolescentes atrapados en el sin sentido, la ideología de género o el suicido, tuvieran una herramienta más a la que aferrarse.
1- Sacerdotes convencidos: han visto que funciona
Cuando se participa por primera vez en este tipo de encuentros, llama bastante la atención la convicción con la que hablan los párrocos sobre este método de evangelización para adolescentes. "De venir veinte chicos desganados, a tener 70 y tener que echarlos", decía alguno. "Hasta un niño musulmán he llegado a tener, y se quedaba, incluso, a la adoración", comentaba otro.
Parece claro que a estos sacerdotes no se les puede llamar exagerados. Hace un tiempo aplicaban en sus parroquias un método convencional y no llegaba casi nadie, ahora aplican otro y se les llenan los bancos. Siempre se podrá decir que en la Iglesia no se trata de cantidad, es cierto, pero... quizá el mensaje, muchas veces, está dejando de ser anunciado con el inmenso atractivo que se le supone.
2- Ponencias muy concretas, para aplicar directamente
Resulta apasionante participar en un charla de un grupo de la Iglesia y ver que una madre joven y con mucha gracia te hable de "los otaku", "los fiestas" o "los cayetanos", distintos tipos de adolescentes. Los pueden ver en la parroquia, no son asuntos abstrusos y etéreos (como el sínodo de la sinodalidad).
Estas charlas concretas animan a lo que siempre ha pedido la Iglesia: conocer bien a la gente a la que se tiene que dirigir. Así, los jesuitas aprendieron que para integrarse en la corte china debía vestir como sabios taoístas. También LifeTeen enseña a los catequistas cómo son los chicos de estos tiempos: qué redes sociales usan, que música escuchan, qué les preocupa, qué tipos de dramas familiares están viviendo...
LifeTeen crea un ambiente adolescente alternativo, alegre, de amistad y fe, con centralidad de la adoración eucarística, la formación, la música de alabanza y adoración y el acompañamiento cercano.
3- Alabanza: música y oración que impresiona y que toca
Cuando una joven laica desde el micrófono dice que "el Señor está apunto de pasar", quizá pueda sonar a frase hecha, pero cuando ves aparecer al sacerdote sumergido en incienso llevando el cuerpo de Cristo hasta tu propio banco, el impacto de la cercanía con Dios se dispara a límites insospechados.
Cuando cuatrocientas personas, la inmensa mayoría jóvenes, alaban juntas con un canto muy atractivo, y algunas de ellas mueven sus manos, se arrodillan o lloran, está claro que uno se vuelve más predispuesto que en otras ocasiones a recibir la fuerza que ya prometió el mismo Espíritu Santo.
4-Laicos entusiastas y responsables, incluso muy jóvenes
Si una persona acude a un acto relacionado con la Iglesia, sabrá que, antes o después, el sacerdote será la persona que dirija una pequeña oración. Pero en el encuentro de LIfeTeen son laicos jóvenes los que rezan y piden con fervor que el Espíritu Santo venga sobre la asamblea reunida.
Aquí vienen los párrocos dispuestos a encargar la catequesis a jóvenes de veinte años, que recibieron LifeTeen hace 4 o 5 años. Como ya apuntó Randy Raus, presidente internacional de LifeTeen, es fundamental que "los sacerdotes estén apoyando a los laicos, para ensuciarse juntos con el rebaño".
5-Muchas realidades, un solo Espíritu
En este Encuentro Europeo llama la atención la cantidad de hábitos distintos, cuellos diferentes de sacerdote, edades diversas de los asistentes... Es una gran "macedonia eclesial" que denota que no se trata de algo partidista, sino que es un método interesante para personas de distintas sensibilidades.
Y para resumir esta idea, una imagen: la de un monje benedictino de Montserrat, con su rostro impertérrito, arrodillado durante la adoración del Santísimo, y, a su lado, un ejército de jóvenes moviendo sus manos y cantando en inglés que "Dios era el rey".
6- Dar fruto y evangelizar ya, con 20 años
Resulta curioso ver en un encuentro llamado "de catequistas" a toda una legión de jóvenes que apenas alcanza los veinte años de edad. Chicos a los que seguramente les toque hablar de Jesucristo a chavales que tienen tres años menos que ellos.
Muchos de estos jóvenes no cuentan con estudios de Teología pero no dudan en ofrecerse para anunciar el Evangelio. Inspirándose en jóvenes como Carlo Acutis, Chiara Corbella o Giorgio Frassati, entienden que el anuncio más importante empieza siempre con la vida de cada uno.
Aquí puedes ver un vídeo de presentación del encuentro europeo de catequistas de LifeTeen.
7- Alegría sincera, interés por los demás
Y, por último, y no menos importante, está la alegría de los participantes y el interés que muestran una y otra vez por el otro. No hubo pasillo, ascensor, sala, acera... en el que uno se cruzara con un joven catequista de LifeTeen, y en el que no le preguntaran que qué tal estaba, de dónde venía y si necesitaba algo.
Sospecho que para un adolescente de hoy en día, que se cría prácticamente solo, -pocos tienen hermanos, los padres trabajan fuera- sin la atención y el afecto de casi nadie, este tipo de muestras de cariño sinceras son un gran paso previo para poder seguir el camino hacia Dios que estos jóvenes les quieran proponer.
Estas y otras razones hacen que el Encuentro Europeo de LifeTeen sea una experiencia más que memorable.