Javier Siegrist fue el párroco anfitrión en Boadilla y cuenta por qué fue tan especial
¿Qué pasa cuando cien sacerdotes se reúnen en un retiro de Emaús? No es sólo «de laicos para laicos»
El P. Javier Siegrist Ridruejo, nacido en Madrid, es Bachiller en la Facultad de Teología San Dámaso en Madrid y Máster en Bioética en la Rey Juan Carlos. También fue capellán del centro de espiritualidad y juvenil “Jesús y san Martín” en Getafe, coordinador durante casi 20 años del Centro Diocesano de Teología de la Diócesis y párroco en la parroquia del Santo Cristo de la Misericordia en Boadilla del Monte.
En esta entrevista reflexiona sobre el Retiro de Emaús para sacerdotes que tuvo lugar en su parroquia a finales de año en el que caminaron 98 presbíteros en total.
- ¿Qué ha supuesto para ustedes tener el primer Retiro de Emaús para sacerdotes en España?
- Para nosotros ha sido una verdadera gracia de Dios. Aunque fue complicado organizarlo, ha sido una gran bendición por ver la colaboración de los laicos y la revolución que ha habido en todos los lugares de donde han venido los sacerdotes. Hemos comprobado cómo todo el mundo se ha volcado y que ha supuesto para cada uno de los sacerdotes un encuentro muy fuerte con el Señor.
- ¿Cómo había nacido en otros países la idea de que caminasen los sacerdotes?
- Nació en Colombia a partir de 3 sacerdotes que participaron en un Retiro de Emaús y vieron la gracia que suponía para ellos el retiro. A raíz de ello pensaron la maravilla que podía ser para otros sacerdotes el caminar y beneficiarse de este don que había nacido en una parroquia de Miami, Estados Unidos. El párroco convocó a un grupo de mujeres a hacer una experiencia maravillosa de encuentro con el Señor, de revulsivo afectivo en su vida cristiana.
- ¿Cómo vivió usted ser uno de los organizadores y que se haya hecho en su parroquia?
- Para mí no supuso nada especial porque la preocupación por la situación del clero en el mundo es algo que está muy extendida. Yo tuve esta inquietud de ayudar a los sacerdotes hace mucho tiempo y la compartí con el Padre Enrique, que tenía la misma inquietud. Aunque es verdad que para hacer el retiro tiene que haber un sitio físico, esto no fue una actividad propia de nuestra parroquia de Boadilla, sino una actividad al servicio de la Iglesia de España.
- Aunque realmente son los seglares los que organizan estos retiros...
- Es cierto son los seglares los que organizan estos retiros. Siempre se ha dicho que Emaús es de laicos para laicos, pero creo que es una cosa muy reductiva decirlo así porque fue un retiro que surgió de la idea de un párroco en Miami, el Padre David Russell, que convocó a Myrna Gallagher y a otras mujeres para que le ayudasen en la renovación de la vida pastoral por medio de un retiro, centrado en el relato de Emaús del encuentro e los discípulos con Jesús. Lo organizan los laicos, pero yo creo que tiene que participar toda la Iglesia.
- ¿Cómo fue la asistencia y los frutos espirituales?
- La asistencia nos sorprendió muchísimo porque respondió mucha gente. Al final caminamos en total 98 sacerdotes y fue muy bonito ver cómo el Señor entró en la vida de los sacerdotes de una manera más intensa. Dios ya estaba en sus vidas, pero a veces se acostumbra uno a lo sagrado y a la amistad con el Señor. Renovar esa amistad fue precioso. Muchos de nosotros volvimos a revivir el gozo por el ministerio, el gozo por el sacerdocio y sobre todo el gusto de la amistad con Cristo.
Misa con casi cien sacerdotes en Boadilla del Monte en el primer Retiro de Emaús para sacerdotes. Muchos "han recalentado el corazón y han vuelto al amor primero, a la ilusión del comienzo".
- Se ha percibido una gran unión fraternal entre todos los sacerdotes...
- Yo me atrevería a decir que uno de los frutos principales del retiro fue una conciencia profunda de fraternidad en el ministerio y un fortalecimiento del presbiterio. Ha habido casos muy bonitos de sacerdotes que se han reconciliado. Volvimos a vivir ese gusto por la fraternidad sacerdotal. Me pareció precioso ver que España tiene un percal de sacerdotes espectacular, por mucho que se nos critique. Hay un grupo muy grande de sacerdotes muy sanos y con un amor muy grande por la Iglesia, por los laicos y sobre todo por Jesucristo.
- Es muy positivo que después del retiro sigan quedando y se fomenten lazos de amistad entre sacerdotes...
- Emaús supone una fuerte experiencia de hermandad y de amistad. Una de las cosas más importantes que tienen que cuidar los sacerdotes son sus amistades sacerdotales porque el diablo en estos momentos está atacando al clero por medio de la soledad. Este es un gran problema para muchos sacerdotes, sentirse muy solos. Que haya amigos sacerdotes que queden con frecuencia y se cuiden entre ellos es una bendición auténtica.
- También ha sido la constatación de la dedicación de los sacerdotes españoles...
- Sin duda, hemos podido comprobar que los sacerdotes españoles tienen un gran fervor y un gusto por el ministerio. Otras de las dificultades que hay en España entre los sacerdotes es el pluriempleo y el consiguiente cansancio de los mismos por estar en mil actividades.
»Tenemos unos sacerdotes con ganas de trabajar, con gusto por el Señor, por lo sagrado, que se quieren entre ellos y que tienen una fidelidad muy grande a la Iglesia. Es muy bonito comprobar que en España los sacerdotes están muy bien, aunque haya dificultades, complicaciones y problemas. Hay que dar muchas gracias a Dios por los sacerdotes que tenemos.
- ¿De toda la vivencia que es lo que más le ha impactado?
- Aunque no se pueden contar testimonios con nombres y apellidos, me ha impactado mucho ver que los sacerdotes tenemos nuestras dificultades, que el mundo está al acecho para robarnos el gozo por el ministerio y que el diablo no descansa.
»Hay muchas difamaciones para hacer creer a la gente que los sacerdotes son una panda de degenerados y de abusadores, cosa que no es verdad. Esto provoca entre los sacerdotes a veces un pesar y un cansancio que les lleva a aflojar en el ministerio.
»Me ha parecido precioso ver a sacerdotes que han recalentado el corazón y han vuelto al amor primero, a la ilusión del comienzo, con unas ganas muy grandes de entregarse al Señor. Es evidente que todos tenemos pecados y necesitamos de la misericordia del Señor y del perdón, pero a la vez me ha parecido precioso ver a los sacerdotes con ganas de volver a entregarse y de vivir agradecidos al Señor por los dones tan grandes que nos ha dado.
-¿Cuáles fueron los momentos más emotivos?
- En mi caso desde mi experiencia personal mi momento más emotivo fue cuando me puse delante del Señor y reconocí toda la historia de amor que ha hecho Dios conmigo. También el comprobar la falta de agradecimiento y de correspondencia que ha habido a veces por mi parte. Sin embargo el Señor es fiel y está deseando volver a acogerme y a confiar en mí.
»Me recordó el pasaje en el que Jesús pregunta a San Pedro si le amaba más que el resto de discípulos y el propio San Pedro reconoció con mucha humildad que le había fallado y que no era capaz de asegurar la amistad. Sin embargo el Señor le ratifica por tres veces en el amor (apacienta mis corderos, pastorea mis corderos...). Jesús le viene a decir que le eligió y le elegirá siempre como pastor de ovejas. Esto no depende de tu santidad o no, sino de la amistad que nos tiene el Señor. Siempre podemos volver a esa amistad.
»Otro momento espectacular, que todo el mundo pudo comprobar, fue la Misa final, en donde junto a nuestro obispo de Getafe, don Ginés García Beltrán, pudimos celebrar gozosamente la Eucaristía, agradeciendo a Dios tanto don recibido.
Conozca más sobre Retiros de Emaús aquí.