Viernes, 15 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

Nace el grupo Jaire de la mano de Natalia Gómez de Enterría

¿Puede haber un ocio alternativo para los jóvenes? Una iniciativa propone diversión y alegría con fe

Ya son más de 200 las personas que componen este nuevo grupo católico que quiere ofrecer un nuevo tipo de ocio para los jóvenes y la familia con una cosmovisión cristiana

ReL

Un ocio alternativo en España para los jóvenes cristianos donde puedan divertirse y compartir su fe? ¿Entretenimiento para la familia al completo? ¿Evangelizar juntos en vacaciones? Todo esto y mucho más ofrece Jaire, un iniciativa que nació hace dos años tras una conversión tumbativa de su fundadora, Natalia Gómez de Enterría, y que hoy cuenta ya con más de 200 miembros.

En una entrevista con Religión en Libertad, Natalia contó hace unos años su vuelta a la fe tras unos años de estar alejada de la Iglesia: Natalia, ex directiva de la SGAE: «Medjugorje es la tarjeta de visita para conocer a Cristo»

Hablamos con Natalia Gómez de Enterría de Jaire, este nuevo grupo de nueva evangelización, y lo revolucionario que está siendo para muchas personas: 

-¿Qué es Jaire?
- Jaire somos un grupo de personas, de todas las edades, que hemos vivido un encuentro con el Señor, y que nos juntamos para disfrutar juntos de la alegría que se nos ha dado con la fe.
 
-¿Cómo surgió?
- Todo arranca de mi propia conversión. Yo viví, hasta hace 4 años, una fe absolutamente fría, cultural. No había tenido un encuentro con Dios. No le conocía, ni le trataba, ni por tanto era el centro de mi vida.

Pero un buen día, Dios me regaló ese encuentro. A partir de ahí mi vida cambió totalmente. Se iluminó. Todo encajó. Y a partir de ese instante - porque hay un primer instante de “nueva vida”- sentí la necesidad de “gritar” al mundo que Dios existe, que tiene un plan para cada uno y que te ama como es imposible comprender. Sin duda, este deseo del corazón fue una inspiración del Señor. Él fue y es el motor de todo.

Empecé a tener contacto con otras personas que también habían tenido el privilegio de la conversión, personas recién llegadas a la Iglesia, que estaban, como yo había estado, absolutamente solas en esos comienzos, sin guía pero, por otro lado, llenas de un fuego evangelizador que, por desgracia, podía desaparecer si continuaban ese camino en soledad.

Por otro lado yo, como madre de hijos adolescentes, veía lo difícil que era encontrar para los chavales de esas edades tan difíciles, amigos, ambientes, en los que vivir un ocio sano, con amistades buenas, que compartieran los mismos valores y creencias católicas que ellos.

Empezó a latir con fuerza dentro de mí la idea de dar vida a un “centro” en el que todos, adultos, jóvenes y niños, pudieran tener la posibilidad de vivir su fe como parte fundamental y central de su vida, de su ocio, de su tiempo en familia, y que esto se diera de un modo fraternal, libre, sin ataduras ni condicionantes, y muy alegre.


Un grupo de Jaire con las monjas Dominicas de Lerma en un fin de semana de convivencia

-¿Habías tenido alguna experiencia que te sirviese como base de este grupo?
- Lo cierto es que sí. Yo había vivido algo parecido en mi juventud, en un grupo de acción católica, llamado Tiberiades, que fue sin duda el germen de mi fe actual, y en el que descubrí que era posible ser una joven muy feliz, viviendo la fe católica y compartiéndola con otros.

En aquel grupo yo experimenté ese amor fraterno de los primeros cristianos que incitaban a la conversión de otros.

Esta vivencia es la que he querido trasladar a Jaire. Ese “mirad cómo se aman”, se ha convertido, sin duda, en el pilar de JAIRE, y gracias a Dios es la imagen que, dicen, proyectamos; con nuestras flaquezas e imperfecciones, pero sólidamente fundados en el Amor; en la experiencia íntima del amor divino.
 
-¿Y cómo te hiciste consciente de esa necesidad en la Iglesia actual?
- No, bueno, realmente JAIRE no nació fruto de una especie de “estudio de mercado” en el que yo detectase que existiera esa carencia en la Iglesia. Y además, de hecho, ni siquiera creo que exista tal necesidad. Existen muchísimas parroquias y movimientos de muy distintos carismas, que hacen los mismo que nosotros o muy parecido.

Lo que si es cierto es que, a los primeros “jaireños”, nos unía una alegría, un fuego, una ilusión, una felicidad, la de quien acaba de encontrar el tesoro, que nos convertía en un grupo con una comunión especial, una empatía realmente sobrenatural. Juntos nos sabíamos entendidos cuando, tras una conversión fuerte, el resto de personas, incluso tu propia familia, te toma por loco.

Siguiendo con la parábola, necesitábamos contarnos unos a otros casi continuamente, cómo habíamos descubierto el tesoro, si habíamos cavado mucho o poco, lo bonito que era el terreno en el que estaba, las vistas tan maravillosas que tenía, los olores de las flores de ese campo, y juntos también pensábamos cómo hacer para no perder ese terreno y poderlo comprar….


Jaire no sólo está pensado para adolescentes y jóvenes, sino también para los adultos y familias. Aquí en una peregrinación a Tierra Santa.
 
- Supongo que estarías bastante tiempo dándole vueltas al proyecto... ¿encontraste apoyos?
- Realmente tampoco te creas, lo único que hice fue orar y acto seguido poner negro sobre blanco una visión, bastante ambiciosa, la verdad, de lo que yo pensaba que podía crearse. Luego lo comenté a algunos sacerdotes, que lo cierto es que no mostraron mucho entusiasmo. Sin duda porque aun no era el momento apropiado. No era ese el modo en que JAIRE debía cobrar vida. Cuando llegó la hora del Señor, Él me puso los apoyos necesarios para sacarlo adelante.

De modo que, en aquel entonces, tal cual lo escribí, desapareció en un cajón de mi mesa.


Natalia con Sor Leticia y las novicias del monasterio de las Dominicas de Lerma.

-¿Y por qué "Jaire"? ¿Qué significa ese nombre, por qué llamar así al grupo?
- El nombre nació justo cuando cuando ya íbamos a empezar. Lo cierto es que estaba despistadísima. Yo quería algo que transmitiese alegría.

Sinceramente, siempre me chocaba que muchos cristianos, muchos de los de “misa diaria”, no me transmitían alegría y felicidad, sino que se les veía como tristes, como apagados, grises…Mi experiencia de fe era tan distinta. Para mí, uno de los rasgos, uno de los síntomas más claros de un cristiano, es la felicidad, la alegría, y una alegría contagiosa.

Así es que quería un nombre relacionado con la alegría. Providencialmente, leyendo las catequesis de Benedicto XVI me topé con un extracto en el que el Papa relataba cómo las primeras palabras del Ángel a María fueron precisamente “Jaire María” (Alégrate María). Allí empezaba el Evangelio, allí empezaba la buena noticia. Y además dichas a Nuestra Madre, que es, en muchos casos, quien nos ha llevado hasta su Hijo. El Señor me dio el nombre del grupo aquel día.
 
-¿Cuando nació Jaire?
- Yo acababa de volver de una peregrinación a un lugar muy mariano y una de las mujeres que había ido, me llamó a los pocos días de volver y me dijo que había visto, en oración, que yo tenía que montar algo para la gente, y que me dejaba un piso que ella tenía vacío para hacer con ello lo que yo quisiera.

La verdad es que me sorprendió mucho, pues ella no sabía nada de aquella inquietud mía, que había quedado tiempo atrás en un cajón.

Lo consulté con el que entonces era mi director espiritual y me dijo que había llegado el momento. Que era un signo de Dios y que me lanzase a ello.

Realmente no sabía muy bien qué hacer, pero, empezamos. Una misa y la bendición del piso el día 2 de junio de 2014 marcaron el inicio de algo que ni siquiera yo sabía muy bien qué era o qué iba a ser, ni cómo presentarlo.
 
-¿Cuántas personas forman Jaire?
- Lo cierto es que el número no es importante. Tenía muy claro desde el principio, que, simplemente por una persona a la que poder ayudar, valía la pena darse. En todo caso, es cierto que empezamos un grupito muy pequeño, como de 20 personas, y hoy somos casi 200 hermanos de todas las edades.
 
-¿Se necesita alguna característica en concreto para formar parte de Jaire: estar casado, tener más de 18 años...?
- No se necesita nada, más que querer estar en Jaire. Todo el mundo tiene su hueco aquí. Desde niños muy pequeños, que vienen a las actividades de la mano de sus padres, hermanos, tíos, hasta los propios abuelos. Familias enteras, viudos, separados, niños, adolescentes, jóvenes…A veces juntos, a veces por separado, pero todos Jaire.
 
-¿Qué significado tiene vuestro logo?
- Precisamente esto que te comentaba. Que todos juntos formamos esta familia. Juntos tenemos vida, como un árbol. Y la parte central, lo que nos une a todos es el Señor vivo en la Eucaristía, uno más de nosotros, que lo tomamos de las manos de María, quien también ocupa un lugar privilegiado dentro de ese árbol de Vida.
 
-¿Está asociado a parroquias, colegios...?
No. Somos Iglesia. Uno de los elementos, yo creo que claves de Jaire, en su contenido eclesial, es precisamente que cada persona puede pertenecer a un movimiento o parroquia específico y además vivir la fe en comunidad en Jaire.

Entre nosotros hay personas de la Obra, de los Legionarios, del Camino Neocatecumenal, Carismáticos, etc; visiones y carismas que sin duda nos enriquecen a todos.

-¿Qué actividades desarrollan?
- Pues realmente vamos haciendo aquellas cosas que nos ayudan a vivir juntos y alegres nuestra fe.

Peregrinaciones (Medjugorje, Tierra Santa, Ávila…), convivencias (Candelario, sierra de Madrid, Ávila, Burgos), asistencia y participación en Congresos de nueva evangelización (Getafe marzo 2014. Jaen), Jornadas monásticas de adultos y jóvenes, con las hermanas dominicas de Lerma, talleres de manualidades, para los más pequeños, conferencias formativas y testimoniales, programas de voluntariado en verano, participación en el festival anual de jóvenes, “magia que evangeliza”, JAIRE VÉRITAS (grupo de debate), JAIRE CÁRITAS, etc.



Un grupo de niños de Jaire con el Padre Álvaro Cárdenas

-¿Cuáles han sido los "momentos clave" en la historia de Jaire?
- Pues yo diría que cada reunión, cada encuentro, es un “momento clave”, pero si tuviera que quedarme con un par de hitos, además del día de su nacimiento y su bendición sacerdotal, es el día que la madre maestra de las dominicas de Lerma, Sor Leticia, sintió en oración que este era un proyecto del Señor y que iba a ayudarme y a acompañarme en este camino evangelizador.

Para mí, encontrarme con ella fue un “mimo” del Señor y una ayuda sobrenatural. Uno de mis grandes miedos era afrontar el proyecto en soledad, y el Señor, que lo sabía, me puso al lado mucho más que una monja que me ayudase y apoyase, me regaló una madre espiritual, una amiga, una hermana, un alma gemela a la que quiero de un modo que es, entiendo, un anticipo de cómo todos nos querremos en el cielo. Un verdadero regalo de Dios.
 
-Y, a nivel personal, ¿qué ha supuesto Jaire para ti?
- Una caja llena de regalos que voy abriendo cada día. Para empezar el regalo de la maternidad. Siempre había soñado con formar una familia numerosa. No podría ni imaginar que el Señor colmaría mi deseo, de una forma mucho más plena que con la maternidad biológica. Y ver cada día cómo el Señor está vivo y actúa tocando el corazón de mis hermanos, es tocarle un poco a Él, tocar el cielo.

Ser un poco útil para Él, tener la sensación de ser instrumento suyo. No hay felicidad comparable.
 
-¿El grupo está logrando los objetivos para los que nació? ¿Habéis llegado a ser una gran familia en la fe?
- Como te decía antes, no tenemos “objetivos”. Al menos nosotros no los sabemos. Es el Señor quien va siempre por delante de nosotros, guiándonos. Supongo que Él tiene sus planes, pero nosotros vamos detrás, sólo siguiéndole a Él.

Pero sí, vamos haciéndonos una gran familia poco a poco, día a día.

Siempre tenemos algún “recién nacido”, otros van creciendo, y cada día va madurando más y más en nosotros el Amor de Dios.

Y ahora estamos muy ilusionados, pues parece que el Señor nos pide abrir Jaire en Sevilla. Poco a poco pero nos hace mucha ilusión.
 
-Vivir juntos la fe... ¿y también "crecéis" juntos en la fe?
- La fe si no crece, no es que se estanque, sino que muere. En el camino de seguimiento al Señor, si no se avanza, es que se está yendo hacia atrás.
 
-¿Tu fe ha cambiado en este tiempo?
- A mí fue la Virgen la que me sacó de una vida frívola, egoísta y al margen de Dios. Ella me llevó a la Iglesia y a Dios.

Pero durante un tiempo, ese Dios con el que me había reencontrado se me quedaba aún un poco lejos. Hasta que descubrí al Dios hecho hombre, Jesucristo, vivo, profundamente hombre, Dios pero hombre, y de Él me enamoré, caí rendida ante Él, como el amor de mi vida.

Y como cualquier enamorada, el deseo es estar siempre con Él, ayudarle, hacer todo por Él. Y te lleva, casi instantáneamente, por puro don, a amar a los demás, a verlos y sentirlos hermanos, y te empuja a entregar tus talentos, tu tiempo y tus energías a que todos le conozcan y vivan de Él y para Él.
  

Natalia Gómez de Enterría, fundadora del grupo Jaire, con el Padre Álvaro Cárdenas, sacerdote de la diócesis de Getafe (España).

-Para este nuevo año que acabamos de comenzar, ¿cuáles son vuestros proyectos?
- La formación está en un primer lugar. Hemos inagurado este curso un nuevo chat de debate, llamado JAIRE VERITAS, en el que cada martes se cuelga una pregunta, relacionada con temas de teología, liturgia, moral cristiana... Cada cual expone su parecer y se entra en el debate y el miércoles por la noche se cuelga la postura de la Iglesia. Y también seguimos el programa de formación de los Franciscanos de María.

Además seguimos haciendo en parroquias y colegios la “magia que evangeliza”.

Y estamos haciendo actividades que nos ayuden, si Dios lo quiere y es su plan, a financiar un verano para familias y jóvenes con el Papa en la JMJ.
 
-¿Es posible unirse a este grupo?
- Por supuesto. Quien desee información, puede escribir un correo a jairefamilias@gmail.com  o visitar nuestra página web, www.jaire.info


Un grupo de jóvenes de Jaire haciendo oración con el Padre Roel Osorio.

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