Rise of the Roses, una iniciativa para chicas que exploran
¿Quieres visitar 10 conventos, tomar té con las monjas, rezar un rato con ellas y plantar una rosa?
¿Te gustaría visitar un monasterio con otras chicas, tomar té con las religiosas, rezar un poco con ellas y plantar una rosa allí? ¿Y hacerlo en un itinerario de diez monasterios distintos?
Esa es la propuesta de Rise of the Roses (Auge de las Rosas, www.riseoftheroses.org), una iniciativa recién nacida en Irlanda para acercar la vida consagrada a las chicas jóvenes.
Dos religiosas clarisas que son además hermanas de sangre, Briege y Joan O’Hare, se dieron cuenta en el último congreso eucarístico de Dublin de que hay un abismo entre las chicas de hoy, incluso las católicas con fe, y las comunidades de religiosas. Una muchacha es incapaz de imaginar como es la vida de una monja, y de hecho no hay razón para que piense en ello.
Sin embargo, por su cuñada Lisa O’Hare, sabían que había jóvenes con fe y entusiasmo en colegios y entidades como la Fundación Michaela, un voluntariado que fomenta la fe en chicas jóvenes. ¿Cómo acercarlas a los conventos de una forma que no parezca amenazante ni una presión?
La respuesta de Lisa fue crear un circuito: establecer 10 sábados seguidos de verano para que un grupo de chicas visite 10 conventos distintos, hable con las religiosas, conozca el lugar, su historia, la vida de las mujeres que allí ora y labora, tome té con ellas, comparta un rato de oración y plante una rosa. Dejar una rosa en un convento de mujeres que la van a cuidar con cariño y con oración es un pensamiento hermoso para muchas personas. El número 10 refiere a las avemarías del rosario; el símbolo de la rosa recuerda a Santa Teresita de Lisieux, que prometió una lluvia de rosas desde el cielo.
Chicas que se encuentran con chicas
Para preparar estas visitas se han organizado encuentros previos de chicas: en el primero acudieron ya 40 muchachas ligadas a la Fundación Michaela y a distintos colegios; después fue creciendo, y ahora se reunen entre 50 y 60 chicas.
El tema es conocer monjas, conocer chicas, plantar una rosa, abrirse a lo que Dios proponga y acompañar a otras chicas que exploren estas posibilidades. No hace falta visitar todos los monasterios ni que vayan todas juntas.
Catherine Canavan, de 17 años, explicó al The Irish Catholic que “es una gran oportunidad para poder encontrar a las hermanas y ver qué causó que entreguen su vida a Cristo, la gente de nuestra edad no se cruza con ellas, los jóvenes no saben nada de la vida de las monjas, antes de Rise of the Roses nunca hablé con monjas ni conocía las diferencias entre ellas”.
El símbolo de la iniciativa son dos rosas rojas que acompañan a una blanca. La rosa blanca representa a las mujeres consagradas; las rojas, a mujeres de fe que las quieren, conocen, acompañan y se abren a Jesús. Lisa O’Hara insiste en que se trata de jóvenes que acompañan a jóvenes.
El primer monasterio que recibirá visitas será, el 13 de junio, el de las clarisas de Faughart, la ciudad donde Santa Brígida de Irlanda empezó la historia de la vida consagrada femenina en el siglo V. Después recibirán a las visitantes en las Hermanas de la Adoración de Belfast, las Redentoristas de Dublín, las Contemplativas Dominicas de Santa Catalina de Siena y las Franciscanas de la Renovación en Drogheda, las Pías Discípulas del Divino Maestro de Athlone, las carmelitas de New Ross, las cistercienses de Glencairn, las hermanas salesianas de Fernbank, las clarisas de Galway y la campaña acabará en el santuario mariano de Knock en la fiesta de la Asunción, el 15 de agosto.
La iniciativa ya contó con una oración de inicio a cargo del arzobispo Eamon Martin en la misa del día de Santa Brígida en la catedral de San Patricio en Armagh.
Esa es la propuesta de Rise of the Roses (Auge de las Rosas, www.riseoftheroses.org), una iniciativa recién nacida en Irlanda para acercar la vida consagrada a las chicas jóvenes.
Dos religiosas clarisas que son además hermanas de sangre, Briege y Joan O’Hare, se dieron cuenta en el último congreso eucarístico de Dublin de que hay un abismo entre las chicas de hoy, incluso las católicas con fe, y las comunidades de religiosas. Una muchacha es incapaz de imaginar como es la vida de una monja, y de hecho no hay razón para que piense en ello.
Sin embargo, por su cuñada Lisa O’Hare, sabían que había jóvenes con fe y entusiasmo en colegios y entidades como la Fundación Michaela, un voluntariado que fomenta la fe en chicas jóvenes. ¿Cómo acercarlas a los conventos de una forma que no parezca amenazante ni una presión?
La respuesta de Lisa fue crear un circuito: establecer 10 sábados seguidos de verano para que un grupo de chicas visite 10 conventos distintos, hable con las religiosas, conozca el lugar, su historia, la vida de las mujeres que allí ora y labora, tome té con ellas, comparta un rato de oración y plante una rosa. Dejar una rosa en un convento de mujeres que la van a cuidar con cariño y con oración es un pensamiento hermoso para muchas personas. El número 10 refiere a las avemarías del rosario; el símbolo de la rosa recuerda a Santa Teresita de Lisieux, que prometió una lluvia de rosas desde el cielo.
Chicas que se encuentran con chicas
Para preparar estas visitas se han organizado encuentros previos de chicas: en el primero acudieron ya 40 muchachas ligadas a la Fundación Michaela y a distintos colegios; después fue creciendo, y ahora se reunen entre 50 y 60 chicas.
El tema es conocer monjas, conocer chicas, plantar una rosa, abrirse a lo que Dios proponga y acompañar a otras chicas que exploren estas posibilidades. No hace falta visitar todos los monasterios ni que vayan todas juntas.
Catherine Canavan, de 17 años, explicó al The Irish Catholic que “es una gran oportunidad para poder encontrar a las hermanas y ver qué causó que entreguen su vida a Cristo, la gente de nuestra edad no se cruza con ellas, los jóvenes no saben nada de la vida de las monjas, antes de Rise of the Roses nunca hablé con monjas ni conocía las diferencias entre ellas”.
El símbolo de la iniciativa son dos rosas rojas que acompañan a una blanca. La rosa blanca representa a las mujeres consagradas; las rojas, a mujeres de fe que las quieren, conocen, acompañan y se abren a Jesús. Lisa O’Hara insiste en que se trata de jóvenes que acompañan a jóvenes.
El primer monasterio que recibirá visitas será, el 13 de junio, el de las clarisas de Faughart, la ciudad donde Santa Brígida de Irlanda empezó la historia de la vida consagrada femenina en el siglo V. Después recibirán a las visitantes en las Hermanas de la Adoración de Belfast, las Redentoristas de Dublín, las Contemplativas Dominicas de Santa Catalina de Siena y las Franciscanas de la Renovación en Drogheda, las Pías Discípulas del Divino Maestro de Athlone, las carmelitas de New Ross, las cistercienses de Glencairn, las hermanas salesianas de Fernbank, las clarisas de Galway y la campaña acabará en el santuario mariano de Knock en la fiesta de la Asunción, el 15 de agosto.
La iniciativa ya contó con una oración de inicio a cargo del arzobispo Eamon Martin en la misa del día de Santa Brígida en la catedral de San Patricio en Armagh.
Comentarios