Domingo, 22 de diciembre de 2024

Religión en Libertad

El obispo Del Palacio cuenta sus retos misioneros en Perú

«Mi sueldo son 70 euros al mes, y aún invito a comer a alcaldes, para ver si evangelizo alejados»

El obispo José Luis con niñas y personal de la Casa Hogar Emmanuel, una de tantas iniciativas del Callao que necesitan apoyos
El obispo José Luis con niñas y personal de la Casa Hogar Emmanuel, una de tantas iniciativas del Callao que necesitan apoyos

P. J. Ginés/ReL

Hace unos días, ReL contaba la historia asombrosa de José Luis del Palacio, que pasó de ser un revolucionario de mayo del 68 y encargado de discoteca en la costa catalana a obispo del Callao, en Perú.

Ser obispo en una diócesis tan grande y pobre es todo un reto y genera mil experiencias que merecen ser explicadas. Además, el obispo Del Palacio, como asesor del Pontificio Consejo de Nueva Evangelización, tiene mucho que decir sobre cómo evangelizar en nuestra época.

“Mi sueldo son 70 euros al mes”
“Mi coche lo tengo gracias a Ayuda a la Iglesia Necesitada. Mi sueldo son 70 euros mensuales que me da el Estado peruano. Y aún invito a comer a alcaldes a ver si evangelizo alejados, que son la mayoría. Yo digo que es una pastoral del mantel”, explica el obispo del Callao a ReLcon una sonrisa. 

Aunque lleva en Perú desde 1976, cuando llegó como misionero laico del Camino Neocatecumenal, sólo es obispo desde 2012. Y le siguen asombrando las dimensiones del reto de evangelizar en América.

Perú es como tres veces España: un millón y medio de km2. Evangelicé en Lima, Arequipa, Cuzco y selva, sierra y costa. ¡Son casi tres países distintos! La sierra está a 4000 y 5000 metros de altura. La costa es un desierto”.

Como obispo del Callao pastorea a 1,3 millones de habitantes, organizados en 53 parroquias. “Es el puerto y aeropuerto de Lima, con una gran pobreza. No hay ningún barrio rico en la diócesis”, señala.

“Como media, la gente vive con 220 o 250 dólares al mes. Las comunicaciones son malas: uno puede gastar 5 horas al día en trayectos al trabajo”.

El crecimiento de Cáritas
Cuando llegué había Cáritas parroquial en 6 parroquias. Ahora hay en casi todas. El Cardenal Sarah, del Pontificio Consejo Cor Unum, inauguró el centro de las Cáritas parroquiales. Cada mes allí me reúno allí con todas las Caritas de El Callao. Allí rezamos juntos vísperas y hablamos de cómo ayudar con ropa, medicina y comida ante los problemas de la diócesis. Así se logra una gran comunión”, explica.



Técnicos de Cáritas Callao evalúan la situación de la zona conocida como Los Barracones tras un incendio

Dar esperanza y cambiar vidas
“Hicimos una encuesta sobre 5.000 jóvenes del Callao. Descubrimos que un 50 o 60% han intentado o al menos han pensado en suicidarse. La Iglesia debe ofrecer un anuncio que cambie a las personas: anunciar que Jesús murió por nuestros pecados. Ese anuncio tiene poder para cambiar nuestra vida y hacernos capaces de donarnos y amar. Hay que pensar que muchos jóvenes no han conocido ni el amor ni el nombre a veces de sus padres. Cuando aceptan el amor de Cristo, cambia todo. Si no, creamos delincuentes”.

Esperanza en la cárcel
“En la diócesis tenemos la cárcel Sarita Colonia: tiene capacidad para 500 presos pero tiene 3.600… ¡incluyendo unos 400 españoles! Sin Cristo, en la cárcel te drogas. Allí tenemos 35 agentes pastorales semanales que ofrecen el evangelio y talleres: de zapatería, de costura, de trabajo manual… En la cárcel la gente se bautiza, cambia de vida. A la pastoral penitenciaria le llamamos la Pastoral de la Esperanza. Esta pastoral la estamos empezando a llevar también a la diócesis de Caravahío, que está cerca. El Ministro de Interior nos dio una medalla al mérito penitenciario. La cárcel de El Callao, así, es más humana que la cárcel nueva que han hecho en Perú con fondos de la Unión Europea”.



El obispo a punto de bendecir una nueva ludoteca en un colegio de la diócesis, que ayudará a niños y a sus familias aportando un espacio seguro que los saque de la calle

La familia, poder transformador
“Cualquier Gobierno debería saber que el mejor Ministerio de Educación, Mujer y Economía se llama ‘familia’, porque ahí se transmiten de verdad los valores, con el testimonio cotidiano. En los colegios queremos enseñar qué es un matrimonio. Pusimos en marcha, con el Estado, la fiesta del Día del Joven del Callao –en la fiesta de Santa Rosa de Lima- y también el Día de la Familia -en la fiesta de la Sagrada Familia- y le digo al Estado: “les ahorro dinero, porque les evito enviar gente a la cárcel”. Este año celebramos a la vez el Día del Joven y el de la Diócesis y vinieron 18.000 personas”.

La jornada incluye una misa, una llamada vocacional (“tenemos 3 sacerdotes dedicados a conducir las vocaciones de chicos y chicas”), juegos, convivencias de familia, rifas, actividades juveniles y se recauda dinero para financiar la creación de una parroquia en una zona pobre. “Este año hemos creado dos cuasi-parroquias que estamos construyendo”.

Pero más allá de los encuentros multitudinarios, es evidente que los matrimonios heridos necesitan contemplación y acompañamiento para sanarse. Para eso, el obispo cuenta con “unas monjas cistercienses que conocimos en Dinamarca, las Hermanas de Claraval, contemplativas. Hace 8 años trajimos seis hermanas, ahora son ya cuarenta en el Callao. A los matrimonios heridos por droga o infidelidad, les mandamos a rezar allí; y se van recuperando. Platón ya decía que el hombre está hecho para contemplar, que debía trabajar para poder luego contemplar… y no para acumular”.

Nueva Evangelización: la fuerza de los laicos
El obispo constata que “muchas cosas que hoy llaman nueva evangelización no es nueva evangelización. Es nueva evangelización de verdad si cambia al hombre. Hoy la gente no va a venir a la parroquia: hay que ir a buscarla. Para eso hay que formar a los laicos, pero sin hacerlos clericales. Eso se ha de hacer creando pequeñas comunidades y el obispo que no esté abierto a eso está ciego. Cristo ya dice en el Evangelio: ‘dividid a la gente en grupos de 50’. Un psicólogo te dirá que un líder puede hacerse cercano hasta unas 50 personas, luego ya lo sienten más lejano. Estos grupos pequeños rompen el cerco de tu egoísmo, tu orgullo. Si tienes problemas con tu mujer, tu trabajo… los hermanos te corrigen y animan. Pero eso requiere formar a los laicos, al Pueblo, y a los presbíteros”.

En el caso del Callao, la formación incluye de manera especial a los maestros de colegios católicos, que son un puntal de la estructura diocesana: sus comedores a menudo dan la única comida de muchos niños; sus clases son los únicos lugares seguros para muchos pequeños.



El liderazgo de los laicos en la Iglesia siempre es un "liderazgo de servicio"; el obispo escucha a una técnica de Cáritas

“Hay unos 40 colegios e institutos en la diócesis, y una universidad de oficios. Son unos 600 los maestros de escuelas diocesanas, y hay que sumar los de escuelas de congregaciones religiosas. Hay que formarlos espiritualmente, como a los laicos. Hay que explicar qué es la Eucaristía -800 jóvenes asistieron a formarse en este tema en un encuentro de 4 días-, cómo usar la liturgia de las horas… Este año el encuentro de liturgia trató sobre la Penitencia, con 2.400 jóvenes, contó con el doctor Ricardo Reyes”, dice refiriéndose al popular autor de Cartas entre cielo y tierra.

Enviar los seminaristas a evangelizar por la calle
Otro gran puntal de cualquier diócesis son los sacerdotes y seminaristas. “Vi que mi misión era formar bien a los sacerdotes. Tenemos una reunión mensual del presbiterio, la facultad de filosofía y teología. El Seminario tiene una Facultad de teología y damos también filosofía. Tenemos 50 seminaristas en el Redemptoris Mater y unos 60 en el otro seminario, el Corazón de Cristo. Además acogemos otros 40 seminaristas que me envían de las diócesis de Piura, Carabayllo, Arequipa, zonas de selva, etc… para que estudien en nuestro seminario”.

Los jueves los seminaristas no hacen clase, van a predicar el kerigma por los colegios, desde la 10 de la mañana a las 19 horas. Y a veces a las plazas y los mercados. Eso es novedoso. Van de dos en dos también por las aulas. Allí encuentran de todo: niñas de 13 años con hijos, niños de familias muy pobres… Hay colegios donde no hay ni para comer. Damos lo que podemos, querríamos poner más comedores y otros apoyos, pero no llegamos, necesitamos más ayuda de donantes generosos, que han de llegar de fuera”.

Todo el que quiera apoyar la tarea de la Iglesia en el Callao a través de sus 50 parroquias con Cáritas y sus 40 colegios, puede hacerlo a través de Cáritas, cuyo blog y Facebook detallan proyectos concretos y formas de ayudar.

Cáritas Callao en Facebook:
www.facebook.com/caritascallao

Cáritas del Callao en blog:
http://caritasdelcallao.blogspot.com.es
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