Distribuida por Ayuda a la Iglesia Necesitada
Una pequeña Biblia para jóvenes llega a 50 millones de ejemplares en 33 años
Las Sagradas Escrituras en formato pequeño e ilustrada ha llegado a más de 140 países, también a esas naciones donde los cristianos sufren persecución.
«Siempre he considerado un privilegio poder abrir la vía para la fe a los demás». María Zurowsky, responsable internacional del departamento para el Apostolado Familiar de Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), festeja de esta forma la publicación del ejemplar número 50 millones de "Dios habla a sus hijos".
En tan solo 33 años, la pequeña Biblia ilustrada se ha convertido en uno de los proyectos más importantes de la Fundación Pontificia, pues ha llegado a muchísimos niños de 140 países. «Todavía hoy nos llegan muchísimos testimonios conmovedores y que nos animan de todo el mundo: de la República Democrática del Congo a Brasil, de Ucrania a Perú». Allí en donde los cristianos sufren la persecución, como en Paquistán, Irak y China, la "Kinderbibel" representa una señal de esperanza y ofrece un apoyo fundamental para que muchos misioneros puedan enseñar el catecismo a los más pequeños.
El fundador de AIN, el padre Werenfriend van Straaten, deseaba «llevar la Palabra de Dios a todos los niños del mundo, incluso a los que son tan pobres que no se pueden permitir ni siquiera un libro». El pequeño volumen ha hecho mucho más, porque ha ofrecido a los niños (y a menudo también a sus padres) la oportunidad para aprender a leer. La Biblia de los niños a veces es el único libro que tienen las familias y también el único en la lengua madre de diferentes grupos étnicos. En 2012, el rico número de las traducciones ha llegado a 172, con la impresión de 4 nuevas ediciones: en ch´´´´ol para algunos niños chiapanecos de México, en sesotho, uno de los once idiomas oficiales de Sudáfrica, y en dos lenguas de Kenya: el kikuyu y el Pokot. Antes de que termine el año se tirarán unos 500 mil ejemplares de estas nuevas ediciones.
Fue en 1979 cuando el padre Werenfriend donó la primera Biblia para niños a los obispos de América Latina, durante la Tercera Asamblea general de Puebla, en México. «Los niños –dijo entonces– necesitan algo como la "Kinderbibel", para que la imagen de Jesús pueda habitar en sus corazones». El libro tiene una selección de textos de las Sagradas Escrituras adaptados por la teóloga alemán Eleonor Beck con un lenguaje más accesible. Las lecturas están acompañadas por las ilustraciones de la religiosa española Miren Sorne, que, durante muchos años de trabajo en Perú, descubrió el poder de las imágenes para facilitar la comprensión del texto bíblico.
Al ver el éxito de las ilustraciones, AIN imprime desde hace varios años una «Biblia especial para la catequesis de los más pequeños» en formato póster. A partir de este año hay dos novedades: un volumen de mayores dimensiones y con ilustraciones más grandes para los que tienen problemas con la lectura y un rompecabezas que representa el "Discurso de la Montaña".
En tan solo 33 años, la pequeña Biblia ilustrada se ha convertido en uno de los proyectos más importantes de la Fundación Pontificia, pues ha llegado a muchísimos niños de 140 países. «Todavía hoy nos llegan muchísimos testimonios conmovedores y que nos animan de todo el mundo: de la República Democrática del Congo a Brasil, de Ucrania a Perú». Allí en donde los cristianos sufren la persecución, como en Paquistán, Irak y China, la "Kinderbibel" representa una señal de esperanza y ofrece un apoyo fundamental para que muchos misioneros puedan enseñar el catecismo a los más pequeños.
El fundador de AIN, el padre Werenfriend van Straaten, deseaba «llevar la Palabra de Dios a todos los niños del mundo, incluso a los que son tan pobres que no se pueden permitir ni siquiera un libro». El pequeño volumen ha hecho mucho más, porque ha ofrecido a los niños (y a menudo también a sus padres) la oportunidad para aprender a leer. La Biblia de los niños a veces es el único libro que tienen las familias y también el único en la lengua madre de diferentes grupos étnicos. En 2012, el rico número de las traducciones ha llegado a 172, con la impresión de 4 nuevas ediciones: en ch´´´´ol para algunos niños chiapanecos de México, en sesotho, uno de los once idiomas oficiales de Sudáfrica, y en dos lenguas de Kenya: el kikuyu y el Pokot. Antes de que termine el año se tirarán unos 500 mil ejemplares de estas nuevas ediciones.
Fue en 1979 cuando el padre Werenfriend donó la primera Biblia para niños a los obispos de América Latina, durante la Tercera Asamblea general de Puebla, en México. «Los niños –dijo entonces– necesitan algo como la "Kinderbibel", para que la imagen de Jesús pueda habitar en sus corazones». El libro tiene una selección de textos de las Sagradas Escrituras adaptados por la teóloga alemán Eleonor Beck con un lenguaje más accesible. Las lecturas están acompañadas por las ilustraciones de la religiosa española Miren Sorne, que, durante muchos años de trabajo en Perú, descubrió el poder de las imágenes para facilitar la comprensión del texto bíblico.
Al ver el éxito de las ilustraciones, AIN imprime desde hace varios años una «Biblia especial para la catequesis de los más pequeños» en formato póster. A partir de este año hay dos novedades: un volumen de mayores dimensiones y con ilustraciones más grandes para los que tienen problemas con la lectura y un rompecabezas que representa el "Discurso de la Montaña".
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