Viernes, 22 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

Frutos espectaculares: rezan por su párroco y para que crezca su devoción a la Virgen

Apostolado de las Siete Hermanas: diez mil mujeres comprometidas en la oración por los sacerdotes

Apostolado de las Siete Hermanas: diez mil mujeres comprometidas en la oración por los sacerdotes
Janette Jowe empezó a rezar por su párroco, Joseph Johnson: ése fue el origen de las Siete Hermanas. En la imagen, ambos durante una entrevista en EwTN el 20 de junio de 2018.

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Janette Howe es la fundadora del Apostolado de las Siete Hermanas, una organización de mujeres católicas cuyos miembros se comprometen a rezar por los sacerdotes. La organización celebra su décimo aniversario, durante los cuales ha aumentado increíblemente, llegando a los 1360 grupos de siete (o a veces más) mujeres que ofrecen una diez mil horas santas de oración semanal por sacerdotes de 18 países. Y cada día le preguntan qué hay que hacer para fundar nuevos grupos.

Howe es una enfermera que vive en la archidiócesis de Saint Paul y Minneapolis, donde empezó su apostolado. Tiene un máster en Teología Pastoral por la Universidad Ave María, está casada y es una conversa. Tiene dos hijos ya adultos: su hija trabaja para un apostolado católico en Omaha, y su hijo es sacerdote de la archidiócesis y actualmente está creando un oratorio de sacerdotes.

Jim Graves la entrevistó en The Catholic World Report:

-El Apostolado de las Siete Hermanas [Seven Sisters Apostolate] nació hace diez años, cuando usted decidió rezar una Hora Santa una vez a la semana por su párroco. ¿Qué la impulsó a hacerlo?

-Mi párroco era el padre Joseph Johnson, rector de la catedral de San Pablo durante seis años. Es un sacerdote entregado, y mi Hora Santa fue una respuesta a su generosidad y un esfuerzo para ayudarle y apoyarle en su vocación. Recé una Hora Santa por él una vez a la semana durante nueve meses. Me gustaba mucho esa hora.

»Un día, mientras rezaba la Hora Santa, tuve la impresión de oír en mi corazón las palabras "siete hermanas". Pensé que se me estaba pidiendo que rezara los Siete Dolores de la Virgen, por lo que cogí el rosario de mi bolso. Pero me equivocaba. Volví a oír las palabras con más claridad: "Siete hermanas".

»Sentí que el Señor me estaba invitando claramente a pedirle a otras seis mujeres, o a siete en total, que ofrecieran una Hora Santa al día por el padre Johnson.

»Hablé sobre esto con el padre Johnson, que en ese momento se enteró de que estaba rezando por él. Le dije que creía que era el Espíritu Santo el que me lo había inspirado, y me dijo que lo pusiera a prueba para ver si era Él. Contacté con unas mujeres que conocía en otras seis iglesias, que a su vez se lo dirían a otras seis en cada una de sus iglesias, para tener así un total de siete mujeres en siete iglesias rezando por un sacerdote en concreto. Estas iglesias estaban en distintas partes de la ciudad, como también en zonas rurales de la archidiócesis. Sólo eran necesarios dos requisitos: 1) rezar por el párroco y 2) pedir que la devoción del párroco por la Virgen aumente.

Oración de compromiso del Apostolado de las Siete Hermanas.

»Estos siete grupos de mujeres se pusieron en marcha en 2011; en junio de 2012 visité a cada uno de estos grupos para ver cómo iba. Lo que descubrí me dejó sin palabras. Las mujeres hablaron sobre todo del efecto que la oración estaba teniendo en sus vidas, y me causó gran impresión. Dijeron: "Estoy cambiando de verdad", o "Empiezo realmente a tener en cuenta todo lo que hace mi párroco", o "Estoy agradecida por su vocación". Estas mujeres estaban más en paz, tenían el deseo de crecer en santidad y querían una mayor devoción a la Virgen.

»En algunos casos hablaron de los frutos que veían. Decían que el párroco estaba más tranquilo, que sus homilías eran más fluidas, que no estaba cansado, o que parecía "fortalecido"

»Ese primer año fue tan bien que, siguiendo el consejo del padre Johnson, decidimos ampliar nuestros esfuerzos.

-¿Cómo funciona?

-Buscamos un grupo comprometido de siete mujeres; cada una de ellas debe rezar una Hora Santa en uno de los días de la semana, durante un año, por un sacerdote. Así, el padre recibirá una hora santa cada día durante un año. Nuestro objetivo es ayudarlo a crecer en santidad, como también en su devoción a María.

"Mujeres en oración" (1888), óleo de Alphonse Legros (1837-1911). Museo Tate de Londres.

»Idealmente, preferimos que la mujer esté delante del Santísimo Sacramento. Pero en algunos casos, si la mujer no se puede mover de casa, dejamos que rece allí su hora santa.

-Usted a veces habla sobre las distracciones durante la oración. ¿Cuál es, en su opinión, el modo mejor para conseguir rezar bien una Hora Santa?

-Varía de persona a persona. A las mujeres que forman parte de nuestro apostolado les digo que están entrando en una escuela de intercesión. Puede ser que no tengan problemas con la oración, pero puede ser difícil rezar por una única persona toda una hora.

»Si a una mujer le gusta rezar el rosario, puede hacerlo durante la Hora santa. Si le gusta la oración Memorare o Acordaos, puede repetirla. Una mujer me dijo en una ocasión que quería rezar el Avemaría en cada hora, cada día, por el sacerdote; 24 horas al día durante siete días. El Avemaría, observó, incluye las palabras: "Ruega por nosotros, ahora y en la hora de nuestra muerte", los dos momentos más decisivos de nuestra vida. Le dije: "De acuerdo, si te gusta eso, ¡adelante!".

»Por tanto, la técnica depende de la persona. Cada uno de nuestros grupos tiene una guía que reza para que las mujeres del grupo se mantengan fieles a su compromiso.

-Han crecido extraordinariamente, tienen 1350 grupos.

-Sí. Y puede que tengamos más grupos, porque hay muchas mujeres que no saben que se supone que tienen que comunicarnos la formación de un grupo.

-¿Qué otros pensamientos han compartido con usted las participantes?

-Una mujer me escribió para decirme que su marido y ella no habían practicado la fe desde que se casaron. Ninguno de sus hijos tenía vocación religiosa; de hecho, todos se habían alejado de la fe. La pareja volvió a la fe gracias a un sacerdote maravilloso. Ella se unió a nuestro apostolado como acto de reparación, por el tiempo que pasó alejada de la fe, para que hubiera más sacerdotes como el que hizo que su marido y ella volvieran a la Iglesia.

»Otra mujer me confió que antes de unirse a nuestro apostolado nunca había rezado una Hora Santa. Ahora la reza cada semana con gran devoción.

»Me gusta pensar en nuestras oraciones como si fueran incienso... no sabemos adonde va a parar la fragancia. Puede llegar a un sacerdote en particular, a una parroquia o una diócesis. No lo sabemos de manera concreta, pero nos basta con esto.

»Sin embargo, es bonito cuando los testimonios nos vienen de los sacerdotes. Algunos nos dicen que sienten que algo está ocurriendo en sus vidas. Se sienten más fuertes, más centrados o en paz, y esto puede estar relacionado con nuestras oraciones. Nos encanta saberlo, pero no lo buscamos. Sabemos que algo bueno sucederá; no necesitamos que nos lo digan.

»Recuerdo la historia de un sacerdote de Florida, párroco en un ambiente universitario. Los estudiantes iban y venían. Dijo que necesitaba que se rezara mucho por él. Empezamos un grupo de las Siete Hermanas y al cabo de un tiempo nos dijo: "Me he sentido más alto". Es un modo hermoso de decirlo. Una mujer nunca lo diría así. Pero lo que dijo este sacerdote creo que es lo que dirían nuestros sacerdotes: se sienten fortalecidos.

»Sabemos de sacerdotes que han sido trasladados de parroquia y que antes incluso de tomar posesión dicen: "Quiero un grupo de las Siete Hermanas". Nuestra práctica es rezar por un sacerdote en particular, pero si es trasladado, nuestras oraciones continúan por su sucesor, no le seguimos a él. Puede ser duro para las mujeres que quieren mucho a su párroco, pero es un modo de desapego. No somos madres espirituales.

»Hay excepciones. Empezamos rezando por los párrocos, pero tenemos grupos que rezan por los sacerdotes retirados, y los vicarios parroquiales. Hemos añadido a nuestra lista a los canonistas, a los directores espirituales de los seminarios, a los capellanes militares y a los monjes.

»Uno de nuestros grupos está liderado por una estudiante de instituto, que reza por el capellán de su instituto. Su plan es hacerlo dos años. Tenemos otro que está guiado por una joven madre que acaba de tener a su cuarto hijo; dice que es su hora más importante de la semana, y la mejor inversión que puede hacer.

»También tenemos tres docenas de grupos que rezan por los obispos y los cardenales, incluyendo a tres grupos de siete mujeres. Tenemos cuatro grupos para el Papa, que esperamos aumentar a siete.

Buscando un momento de silencio a lo largo del día, en medio de tus rutinas cotidianas, te abandonas a la oración por tu querido Pastor sin que casi nadie lo sepa, con consecuencias para la eternidad. Que Dios te premie abundantemente, ahora y entonces, por tu fidelidad y tus sacrificios. "Nada se Le oculta; todo está patente y descubierto a los ojos de Aquel a quien hemos de rendir cuentas" (Heb 4, 13). [De un folleto de las Siete Hermanas.]

-Las Siete Hermanas, ¿es su modo de responder positivamente a los escándalos en el sacerdocio?

-Cuando empecé no estaba relacionado con los escándalos. Ciertamente, es un modo positivo de responder. Hay un caso reciente de un grupo de Siete Hermanas que rezaba por un sacerdote en Iowa. Un día, él subió al púlpito y admitió que tenía un problema con el alcohol, y que estaría ausente un tiempo para tratarse.

»Una mujer del grupo me llamó y me dijo que no sabía qué hacer. Le sugerí rezar por él. Me llamó al cabo de un tiempo y me dijo que creía que las oraciones del grupo le habían dado el valor y la capacidad de juicio necesarios para admitir que tenía un problema y que debía buscar ayuda para solucionarlo. No rezamos por sacerdotes que han sido reducidos al estado laical, pero sí lo hacemos por los que dejan el ministerio activo durante un tiempo.

»Cuando estalló el escándalo del ex cardenal McCarrick, hubo un mayor interés en nuestro grupo, y cada día se creaban dos o tres grupos nuevos. Muchos habrán abandonado la Iglesia por hombres como McCarrick, pero creo que muchos otros se han unido a nuestro apostolado como manera de responder positivamente.

-¿Por qué sólo se admiten mujeres en los grupos?

-Porque mi inspiración inicial estaba dirigida sólo a las mujeres, y no quiero ir en contra de esa inspiración. Permitimos que los hombres sustituyan la Hora Santa de una mujer que no pueda rezar, pero no que formen parte del núcleo del grupo. Los hombres pueden acompañar a las mujeres cuando estas rezan su Hora Santa, así el sacerdote se beneficia de dos Horas Santas, no sólo de una. Tenemos grupos en los que los hombres ayunan mientras las mujeres rezan: los llamamos "hermanos que ayunan" [fasting brothers].

-¿Cuáles son sus necesidades?

-Damos siempre la bienvenida a los voluntarios. Sería maravilloso, por ejemplo, que hubiera más personas ayudando a gestionar nuestra página web. A veces me piden que hable en distintas partes del país, por lo que damos la bienvenida a donaciones que ayuden a cubrir los gastos de viaje. Y siempre son bienvenidas las oraciones para que nuestro apostolado crezca.

-¿Alguna otra cosa?

-Como católicos, tenemos la obligación de rezar por nuestros sacerdotes. Las Siete Hermanas es un modo de hacerlo, y si este tipo de apostolado le toca el corazón, póngase en contacto con nosotras. Sin embargo, independientemente del método, por favor, no se olviden de rezar por nuestros sacerdotes.

Traducido por Elena Faccia Serrano.

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