Catequesis del Papa en el Aula Pablo VI del Vaticano
"El cristianismo no es no es una nueva filosofía o una nueva moralidad, sino el encuentro con Cristo"
En una audiencia general celebrada ayer en el Aula Pablo VI del Vaticano, el Papa Benedicto XVI reafirmó la idea de que el cristianismo es sobre todo un encuentro personal con Cristo. Su catequesis estuvo centrada sobre la conversión de San Pablo en el camino de Damasco. Ese encuentro, aseguró el Papa, fue entendido por San Pablo como el fundamento de su apostolado. Benedicto XVI descartó que el suceso se pudiera interpretar con categorías meramente religiosas, pues tuvo un claro y nítido componente espiritual. En un mensaje dirigido a los jóvenes presentes, el Papa les animó a difundir la luz divina en su alrededor por medio de su testimonio
(RV) “El cristianismo no es no es una nueva filosofía o una nueva moralidad, sino el encuentro con Cristo. Nos convertimos a Cristo exactamente como san Pablo se convirtió tras haber encontrado personalmente a Jesús, madurando la idea de servirlo y anunciarlo con toda su fuerza y energía”. Solamente en esta relación personal con el Resucitado nos convertimos verdaderamente en cristianos, abriéndose de esta manera nuestra razón a toda la riqueza de la verdad. “Pedimos el don de una fe viva, de un corazón abierto y grande, de una caridad para todos, que renueve el mundo”. Son palabras de Benedicto XVI pronunciadas esta mañana en el curso de la Audiencia General que ha reunido a unos ocho mil fieles, en el Aula Pablo VI del Vaticano. La catequesis de hoy ha estado dedicada a la “conversión” de san Pablo en el camino de Damasco, un episodio central en la historia de la Iglesia porque transformó a Saulo de perseguidor de los primeros cristianos, en Apóstol de los gentiles. “Pablo sin embargo -ha recordado el Papa- no definió nunca como conversión aquel hecho de su vida y existen distintas hipótesis del porqué él no usó esta palabra”. “Para mí, sin embargo -ha añadido Benedicto XVI- la razón es evidente: aquel viraje radical en su vida no fue fruto de un proceso psicológico o de maduración personal, sino que fue fruto del encuentro con Jesús, un evento que lo transformó: en este sentido fue muerte y resurrección”. Comentando el relato de la conversión descrito por san Lucas en los Hechos de los Apóstoles, el Pontífice ha observado que “muy a menudo repasando estas páginas, el lector se fija en detalles como la luz del cielo, la condición de ceguera, la voz que llama a Saulo o la caída (en la que por cierto el texto del Nuevo Testamento no cita el caballo, que luego aparece en cambio en la iconografía). “Todos son detalles importantes -ha afirmado el Papa- pero el centro del mensaje es la Resurrección de Cristo”. San Pablo fue transformado a causa de un encuentro personal con el Señor: éste es el centro del relato de san Lucas. “En este sentido -ha concluido el Santo Padre- se puede hablar de una conversión, de la cual sin embargo san Pablo nunca contó los detalles, limitándose a decir que “Jesús se apareció a Pedro, después a los doce Apóstoles, después a 500 hermanos en parte aún vivos y luego se apareció también a mí”. Después de su alocución central en italiano, Benedicto XVI ha resumido su catequesis, como suele hacer, en otras lenguas. Éstas son las palabras que ha pronunciado en español: “Queridos hermanos y hermanas: Nos detenemos hoy en un acontecimiento decisivo de la vida de san Pablo. Mientras se dirigía a Damasco, Pablo se encontró con Cristo y su vida cambió. De perseguidor de la Iglesia, pasó a ser Apóstol del Evangelio. ¿Qué le sucedió a Pablo camino de Damasco? En el libro de los Hechos de los Apóstoles, san Lucas nos brinda tres relatos de lo acaecido. También el mismo Pablo nos informa de ello en sus cartas. Más que una conversión, Pablo entendió aquel suceso como el fundamento de su apostolado, como el encargo de la evangelización y la misión. No fue un evento que pueda interpretarse con categorías meramente psicológicas. El Apóstol fue conquistado por Cristo en ese momento, y esa convicción remodeló su entero patrimonio espiritual y orientó sus fuerzas hacia un nuevo propósito. Pablo se encontró con Jesús, Persona viva que se le presentó como único Salvador y Señor. Esto tiene validez igualmente para nosotros, que no seguimos un ideario filosófico o un código moral, sino a Jesucristo. A ejemplo de san Pablo, no nos reservemos a Cristo para nosotros solos. Sintamos, más bien, la exigencia de anunciarlo a los demás. Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular, a los fieles de la Parroquia de la Resurrección del Señor, de Madrid, y de San Pablo Apóstol, de Managua, así como a los profesores y alumnos del Colegio “The Mackay School”, de Viña del Mar. Que Dios os bendiga”. Luego, en sus tradicionales saludos a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados que han participado en esta audiencia, el Santo Padre ha deseado a los queridos jóvenes que, reanudando sus actividades cotidianas después de las vacaciones, vuelvan también a reanudar su diálogo cotidiano con Dios, “difundiendo la luz divina en su alrededor, por medio de su testimonio”. A los queridos enfermos, el Papa les ha deseado que “encuentren sostén y consuelo en Jesús, que prosigue su obra de redención en la vida de todo hombre”. Y a los queridos recién casados los ha alentado a “impulsar un contacto constante con el Señor, que dona su salvación a todos, impregnados en su amor, para que también el amor que les une en su matrimonio sea cada vez más firme y duradero”.
Comentarios