Tigray intenta meter a la dictadura eritrea en su guerra con Etiopía: las iglesias piden paz
Por si fuera poco el coronavirus, la peor plaga de langostas en los últimos 25 años y la feroz dictadura militarista y laicista de Eritrea, que ha llevado a unos 180.000 eritreos a escapar a Tigray, donde malviven con hambre en los campos de refugiados del norte de Etiopía, ahora las tropas tigré intentan implicar a Eritrea en su guerra contra Etiopía.
Tigray, la zona con más militares y más veteranos de Etiopía, luchó contra Eritrea durante más de 20 años (se firmó la paz en julio de 2018) y considera -ahora que está siendo atacado por el ejército etíope, que "cuanto más caos, mejor", por lo que el Frente de Liberación de Tigré (TPLF) atacó instalaciones eritreas, “incluyendo el aeropuerto de la capital, Asmara”, según fuentes tigriñas. Algunas fuentes hablan de 4 explosiones en la capital, aunque sin confirmarse víctimas. Esperan arrastrar a Eritrea a un conflicto que obligue al ejército etíope a desviar tropas y atención, y debilitar la actual alianza entre los gobiernos etíope y eritreo. El TPLF asegura que los eritreos empezaron enviando tropas.
El TPLF también ha usado cohetes contra los aeródromos de Gondar y Bahar Dir, esta última capital regional del vecino estado etíope de Amhara, que es de otra etnia y lengua, llevando así la violencia fuera de la región de Tigray. Según confirmaron a Efe fuentes médicas, al menos 10 soldados murieron y otros 20 resultaron heridos en el ataque contra el aeropuerto de Gondar, usado tanto por aviones militares como civiles. Mientras tanto, miles de civiles huyen de zonas de Tigray.
En rojo, la región de Tigray, de etnia tigré al 95%, que tiene un ejército poderoso y veterano; hace frontera con Eritrea (dictadura comunista militarizada y sus enemigos de décadas) y Sudán (que intenta afianzar una democracia aconfesional tras décadas de dictadura islamista)
Vecinos de población mayoritaria cristiana
La población de Tigray se compone de cristianos ortodoxos de etnia tigré al 95%, con un 4% de musulmanes. Su vecina y enemiga de dos décadas, Eritrea, es una dictadura comunista militarizada y empobrecida, donde a los jóvenes se les recluta como soldados semi-esclavos durante más de diez años para realizar todo tipo de tareas para la élite militar. Por eso miles y miles de ellos huyen del país, con 180.000 como refugiados en Tigray (se calcula que 4 de cada 10 de estos refugiados son menores de edad).
El régimen eritreo también acosa a las escuelas y hospitales católicos. Eritrea, con 6 millones de habitantes, tiene un 58% de ortodoxos, un 37% de musulmanes y un 5% de católicos orientales (rito copto eritreo). Eritrea es el único país del mundo donde todos los católicos del lugar son de rito oriental, sin católicos de rito latino.
El Consejo Mundial de Iglesias pide parar la violencia
El Consejo Mundial de Iglesias (al que no pertenece la Iglesia católica pero donde las iglesias coptas y ortodoxas son muy importantes) publicó un comunicado condenando "los numerosos ataques brutalmente violentos contra iglesias y comunidades, que han afectado especialmente a la Iglesia Ortodoxa Etíope Tewahedo" (que es la misma en Tigray y en otras partes de Etiopía). El comunicado lamenta la muerte de "tantas personas".
Sobre los desplazados por la violencia, el Consejo Mundial de Iglesias reza para que se les asegure su seguridad y libertad religiosa. "Denunciamos a los que buscan aumentar tensiones, división y antagonismo y derramamiento de sangre entre los pueblos de Etiopía por sus propios propósitos políticos".
El Consejo Mundial de Iglesia pide a los implicados "volver al diálogo y no l conflicto, a la cooperación y no a la división". Aseguran el apoyo de este organismo ecuménico "a todas las iglesias de Etiopía para alzar su voz profética por un diálogo inclusivo, paz, justicia y unidad contra violencia y odio".
La Iglesia Católica llama al diálogo y la paz
Los católicos son pocos en Etiopía (un 0,8% en todo el país, un 0,4% en Tigray) pero la Iglesia Católica es influyente por su trabajo educativo, solidario y su capacidad diplomática. En una nota al empezar el conflicto, los obispos católicos etíopes instaron a las partes "a resolver sus diferencias de manera amistosa, con un espíritu de respeto, comprensión y confianza” recordando que “si los hermanos se matan entre sí, Etiopía no ganará nada. En cambio, esto llevará al país a la bancarrota y no beneficiará a nadie”.
El Papa rezó por la paz en Etiopía y Tigray en el Ángelus del 8 de noviembre y los obispos católicos de África Oriental (las conferencias episcopales de la AMECEA) pidieron "diálogo y resolución pacífica de los desacuerdos en una nota del 13 de noviembre.
Al menos, ayudar a los refugiados eritreos en Tigray
En plena escalada de violencia, el sacerdote católico eritreo Mussie Zerai sigue, desde su base en Roma, tratando de pedir a la Unión Europea que intente al menos ayudar a los 180.000 eritreos refugiados en Tigray huyendo de la dictadura eritrea.
El sacerdote Mussie Zerai intenta ser la voz en Europa de los desplazados eritreos
“En Tigray miles de eritreos deambulan a menudo muertos de hambre, expuestos a todas las formas de explotación y abuso. Esta situación está aumentando la desesperación al crear las condiciones para quienes trafican con seres humanos, el éxodo hacia Sudán y Libia está aumentando todo debido a las malas condiciones de acogida que encuentran hoy en Etiopía”, explica a agencia Fides.
Abba Mussie pide a la Unión Europea que “invierta recursos para dignificar la acogida de estos refugiados eritreos en Etiopía, garantizando el acceso al derecho de asilo, acceso al estudio, asistencia médica, trabajo”. “Ésta es la mejor manera - continúa - de ayudar y acoger a los refugiados cerca de su hogar. De lo contrario, el éxodo a Europa se incrementará con el triste recuento de muertos en el desierto y en el mar Mediterráneo”.
Que Occidente intervenga con diplomacia
Según el sacerdote eritreo, se necesitaría una intervención diplomática para instar al gobierno etíope a proteger los derechos emitiendo un permiso de residencia a quienes viven fuera de los campos de refugiados. Dado que la nueva política es no acoger a civiles en los campos de refugiados, muchas mujeres y niños se encuentran sin protección, sin alojamiento en plena emergencia de coronavirus.
“En general - observa - el gobierno local y las comunidades de la población local son muy acogedores, solidarios y colaboran en un espíritu fraterno con los refugiados. Esto es de agradecer. La situación en el campo, sin embargo, es dramática”, denuncia.
Muchos eritreos padecen enfermedades crónicas graves (diabetes, problemas cardíacos, desnutrición, etc.). Hay muchas personas que tienen problemas mentales. Muchos no tienen material para protegerse del Covid-19. “La situación más crítica - continúa el sacerdote - es la de los niños y las niñas. Muchos de ellos tienen que valerse por sí mismos. No tienen figuras que puedan ayudarlos. No van a la escuela, beben alcohol, fuman, muchas niñas quedan embarazadas”.
"Hago un llamamiento a todas las instituciones del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y al gobierno etíope para que activen todas las herramientas útiles para aliviar el sufrimiento de estos refugiados tan vulnerables”, insiste este sacerdote, veterano luchador por ayudar a los desplazados que huyen de la tiranía y esclavitud en su país.
Queda por ver como se podría aplicar eso mientras aumenta la violencia armada en la región.