Definitivamente, los obispos de África no aplicarán «Fiducia» y el Papa y Fernández están de acuerdo
El congreso de conferencias episcopales de África y Madagascar (Secam, por sus siglas en inglés) dio a conocer este jueves un comunicado en el que afirman que no aplicarán la declaración Fiducia supplicans del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, pues consideran que las "bendiciones extralitúrgicas" propuestas en ella "no pueden llevarse a cabo en África sin exponerse a escándalos".
Un lenguaje "demasiado sutil" que suscita "confusión"
En la introducción del documento, el cardenal Fridolin Ambongo, presidente del Secam, afirma que esta posición de los obispos africanos , “recibió el visto bueno” de Francisco y del cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio. Este último ya había anticipado, en las entrevistas concedidas tras el 18 de diciembre para justificar ese documento, que África podía ser una excepción al carácter normativo de Fiducia.
Todas las conferencias episcopales nacionales africanas se han ido pronunciando contra ella (pincha aquí y aquí) por considerar inaceptable la posibilidad de bendecir parejas del mismo sexo. De hecho, a los pocos días de conocerse la declaración, el propio Ambongo convocó una consulta a todas ellas para adoptar un posicionamiento conjunto, que ahora llega.
“El contexto cultural de África, profundamente arraigado en los valores de la ley natural relativos al matrimonio y la familia, complica aún más la aceptación de las uniones de personas del mismo sexo, ya que se consideran intrínsecamente corruptas y contradictorias con las normas culturales”, manifiestan los obispos africanos, al tiempo que reiteran la doctrina cristiana sobre el matrimonio y la sexualidad..
"Nosotros, los obispos africanos, no consideramos apropiado para África bendecir uniones homosexuales o parejas del mismo sexo porque, en nuestro contexto, esto causaría confusión y estaría en contradicción directa con el ethos cultural de las comunidades africanas", añade el comunicado.
El lenguaje de Fiducia supplicans es "demasiado sutil para que la gente común lo entienda", continúan, y "no es fácil justificar que las personas del mismo sexo que viven en unión estable no reclamen la legitimidad de su estado".
"Jesús viene a dar testimonio de la ternura de Dios: 'No ha venido a llamar a justos, sino a pecadores' (cfr. Lc 5, 32). De esto no hay duda", dicen, "pero Jesús tiende también la mano al pecador para que se levante, para que se convierta. Después de mostrar tanta ternura a la mujer sorprendida en adulterio, le dijo: 'Vete, y desde ahora no peques más'".
El comunicado afirma que los obispos de algunos países piden "más tiempo para profundizar en la declaración, que ofrece la posibilidad de estas bendiciones, pero no las impone". "Las personas con tendencia homosexual deben ser tratadas con respeto y dignidad", pero "las uniones de personas del mismo sexo son contrarias a la voluntad de Dios y, por tanto, no pueden recibir una bendición", concluyen.
La decisiva aportación del pronunciamiento africano
La posición de los obispos africanos, al estar respaldada por Francisco y por el cardenal Fernández, confirma que Fiducia supplicans puede ser rechazada sin ruptura de "la comunión con el Papa", que expresamente afirman en el texto.
Y, por otro lado, abre una nueva incógnita sobre el carácter de la declaración, la cual, aun proviniendo de Doctrina de la Fe, quedaría descartada como declaración doctrinal, pues el "ethos cultural de las comunidades africanas" alegado por los obispos de la Secam no es un argumento teológico, sino pastoral, ni puede quedar la doctrina católica al albur de las costumbres locales.
Por otro lado, si la razón para rechazarla es que su aplicación suscitaría "escándalos"... África no es el único lugar donde eso va a suceder, al menos en la opinión de cardenales como Gerhard Müller o Robert Sarah, y de las decenas de obispos de otros continentes que también se han mostrado opuestos por el mismo motivo a bendecir a parejas del mismo sexo o 'irregulares', aunque sea en la forma "breve", "espontánea" y "no litúrgica" que introduce el cardenal Fernández.