Tras mil años, el Concilio Panortodoxo no llega... Serbia, Rusia, Bulgaria y Siria piden aplazarlo
La reunión extraordinaria del Sínodo del Patriarcado de Moscú para decidir si participa la Iglesia Ortodoxa Rusa y en qué condiciones en el Concilio pan-ortodoxo de Creta se lleva a cabo este lunes 13 de junio.
Mientras tanto, la Iglesia Ortodoxa de Serbia se suma a otras que consideran que la reunión del Concilio Panortodoxo convocado para el 16 a 26 de junio (el primero en un milenio, desde la ruptura con Roma en el siglo XI) ya no puede considerarse un Concilio, al anunciar su ausencia la Iglesia de Bulgaria y la de Antioquía. El 9 de junio, el Patriarcado de Serbia envió una carta al Patriarca ecuménico Bartolomé I (coordinador del encuentro) proponiendo que esta reunión se considere una “consulta” pan-ortodoxa preparatoria de un Colicio posterior.
Antes de los serbios, Bulgaria y el Patriarcado de Antioquía ya habían anunciado su ausencia en Creta. A éstas, se sumó luego la Iglesia georgiana, particularmente en contra de uno de los documentos que el Concilio debiera promulgar: el que se refiere a las relaciones entre ortodoxos y las demás confesiones cristianas, por considerarlo demasiado ecuménico. Muchos querrían que los católicos y protestantes fueran definidos directamente como herejes y no como “Iglesias”.
Entre los que piden modificar los textos preparatorios está la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exterior (independiente de Moscú, nació durante los años en que la Iglesia rusa estaba controlada o infiltrada por los gobiernos soviéticos) y los monjes del monte Athos.
A la luz de esta fragmentación, algunos días atrás, el Sínodo del Patriarcado de Moscú había pedido que se convocara, antes del 10 de junio, a una reunión “pan-ortodoxa, preconciliar, extraordinaria”, orientada a examinar las enmiendas elaboradas por las Iglesias nacionales sobre los documentos cuestionados, y la eventual necesidad de posponerlo.
La idea, sin embargo, fue rechazada por Constantinopla, que desde el inicio trató de limitar lo más posible la discusión de los textos, que son fruto de extenuantes trabajos concluidos en enero pasado, con la reunión de 14 jefes de las Iglesias auto-céfalas ortodoxas en Chambésy, Suiza.
A la espera de la reunión del Sínodo del Patriarcado de Moscú, el presidente del departamento sinodal para las Relaciones externas, el metropolita Hilarion (Alfeyev) decidió no partir rumbo a Creta, donde el 9 de junio estaba previsto emprender un trabajo para la preparación de documentos finales del Concilio.
"Dado que un cierto número de Iglesias no considera oportuno mandar a sus representantes a participar en la escritura del mensaje del Concilio pan-ortodoxo, hasta tanto no se resuelvan las cuestiones fundamentales que se refieren a la posibilidad misma de celebrar el Concilio, la Iglesia rusa ha incluso considerado prematuro enviar a su representante”, explicó una fuente a la agencia Ria Novosti el 10 de junio.
El 9 de junio, según Ria Novosti, el Patriarcado moscovita supo que Constantinopla se negaba a esa reunión previa pan-ortodoxa extraordinaria.
El Concilio Pan-ortodoxo no se convoca desde hace más de 1000 años, y los preparativos para su desarrollo han requerido más de 50 años. Los participantes debieran promulgar seis documentos, entre otros temas, sobre:
- las relaciones de la Iglesia ortodoxa con el resto del mundo cristiano;
- el ayuno y su observancia;
- el sacramento del matrimonio;
- la misión de la Iglesia en el mundo contemporáneo;
- la guía espiritual de la diáspora,
- y la auto-cefalia y la modalidad para proclamarla (sobre cuándo y como una iglesia es independiente o autocéfala).
El Patriarca ruso Kirill, respondiendo algunos meses atrás a los detractores del evento de Creta, detallaba que el Concilio no sería en realidad “ecuménico” (universal y vinculante, como los del primer milenio) porque en la agenda del mismo no se prevé la resolución de cuestiones doctrinales, y porque no se introducirán innovaciones en la vida litúrgica de la Iglesia ni su estructura canónica.
Mientras tanto, la Iglesia Ortodoxa de Serbia se suma a otras que consideran que la reunión del Concilio Panortodoxo convocado para el 16 a 26 de junio (el primero en un milenio, desde la ruptura con Roma en el siglo XI) ya no puede considerarse un Concilio, al anunciar su ausencia la Iglesia de Bulgaria y la de Antioquía. El 9 de junio, el Patriarcado de Serbia envió una carta al Patriarca ecuménico Bartolomé I (coordinador del encuentro) proponiendo que esta reunión se considere una “consulta” pan-ortodoxa preparatoria de un Colicio posterior.
Antes de los serbios, Bulgaria y el Patriarcado de Antioquía ya habían anunciado su ausencia en Creta. A éstas, se sumó luego la Iglesia georgiana, particularmente en contra de uno de los documentos que el Concilio debiera promulgar: el que se refiere a las relaciones entre ortodoxos y las demás confesiones cristianas, por considerarlo demasiado ecuménico. Muchos querrían que los católicos y protestantes fueran definidos directamente como herejes y no como “Iglesias”.
Entre los que piden modificar los textos preparatorios está la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exterior (independiente de Moscú, nació durante los años en que la Iglesia rusa estaba controlada o infiltrada por los gobiernos soviéticos) y los monjes del monte Athos.
A la luz de esta fragmentación, algunos días atrás, el Sínodo del Patriarcado de Moscú había pedido que se convocara, antes del 10 de junio, a una reunión “pan-ortodoxa, preconciliar, extraordinaria”, orientada a examinar las enmiendas elaboradas por las Iglesias nacionales sobre los documentos cuestionados, y la eventual necesidad de posponerlo.
La idea, sin embargo, fue rechazada por Constantinopla, que desde el inicio trató de limitar lo más posible la discusión de los textos, que son fruto de extenuantes trabajos concluidos en enero pasado, con la reunión de 14 jefes de las Iglesias auto-céfalas ortodoxas en Chambésy, Suiza.
A la espera de la reunión del Sínodo del Patriarcado de Moscú, el presidente del departamento sinodal para las Relaciones externas, el metropolita Hilarion (Alfeyev) decidió no partir rumbo a Creta, donde el 9 de junio estaba previsto emprender un trabajo para la preparación de documentos finales del Concilio.
"Dado que un cierto número de Iglesias no considera oportuno mandar a sus representantes a participar en la escritura del mensaje del Concilio pan-ortodoxo, hasta tanto no se resuelvan las cuestiones fundamentales que se refieren a la posibilidad misma de celebrar el Concilio, la Iglesia rusa ha incluso considerado prematuro enviar a su representante”, explicó una fuente a la agencia Ria Novosti el 10 de junio.
El 9 de junio, según Ria Novosti, el Patriarcado moscovita supo que Constantinopla se negaba a esa reunión previa pan-ortodoxa extraordinaria.
El Concilio Pan-ortodoxo no se convoca desde hace más de 1000 años, y los preparativos para su desarrollo han requerido más de 50 años. Los participantes debieran promulgar seis documentos, entre otros temas, sobre:
- las relaciones de la Iglesia ortodoxa con el resto del mundo cristiano;
- el ayuno y su observancia;
- el sacramento del matrimonio;
- la misión de la Iglesia en el mundo contemporáneo;
- la guía espiritual de la diáspora,
- y la auto-cefalia y la modalidad para proclamarla (sobre cuándo y como una iglesia es independiente o autocéfala).
El Patriarca ruso Kirill, respondiendo algunos meses atrás a los detractores del evento de Creta, detallaba que el Concilio no sería en realidad “ecuménico” (universal y vinculante, como los del primer milenio) porque en la agenda del mismo no se prevé la resolución de cuestiones doctrinales, y porque no se introducirán innovaciones en la vida litúrgica de la Iglesia ni su estructura canónica.
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