El bullying, la agresión al débil, es obra de Satanás, mancha del pecado original, explica el Papa
Este lunes 8 de enero el Papa Francisco ha hablado en la misa matinal de la Residencia Santa Marta de la violencia contra los débiles, a partir del ejemplo del bullying (los abusones escolares), que son signos "del pecado original" y de "la acción de Satanás", “porque agredir al débil es obra del diablo”.
Comentó la lectura bíblica del primer libro de Samuel, en la que se cuenta la historia Elcaná y Ana, los padres de este profeta. Elcaná tenía dos mujeres: Ana y Fenina. Fenina tenía dos hijos, mientras que Ana era estéril. Fenina, en vez de consolar a Ana trataba de humillarla en toda ocasión.
¿Qué nos lleva a burlarnos del débil?
Esa es la situación que el Papa denunció. “¿Qué es lo que hay dentro de nosotros que nos lleva a despreciar, a maltratar, a burlarse de los más débiles?”.
“Se puede comprender que uno se enfrente a otro que es más fuerte: puede ser la envidia lo que te lleva a ello… ¿Pero con los más débiles? ¿Qué es lo que hay dentro de nosotros que nos lleva a ello? Es algo habitual, como si tuviese la necesidad de despreciar a los demás para sentirme seguro. Es como una necesidad…”.
Señaló que incluso entre los niños ocurre esto, y compartió un recuerdo de infancia, cuando en su barrio vivía una mujer que sufría una enfermedad mental que la llevaba a caminar sin parar por la calle durante todo el día. Las mujeres trataban de ayudarla dándole conversación, pero los niños la seguían para divertirse a su costa. “¡Cuánta maldad también en los niños que les lleva a tomarla con los más débiles!”.
Una mancha del pecado original, de Satanás...
Explicó que “hoy lo vemos continuamente en las escuelas, con el fenómeno del bullying, agredir al débil: ‘porque tú eres gordo’, o ‘porque tú eres así, o eres extranjero, o eres negro, por esto…’. Agredir, agredir… Los niños, los chicos… También los niños. Esto significa que hay algo dentro de nosotros que nos lleva a esto. A la agresión del débil. Y creo que esto es una de las manchas del pecado original. Es una obra de Satanás”.
“Del mismo modo que, cuando tenemos el deseo de hacer una buena obra, una obra de caridad, decimos que ‘es el Espíritu Santo el que me inspira a hacerlo’, cuando sentimos dentro de nosotros ese deseo de agredir al débil, no hay duda: es el diablo. Porque es una obra del diablo agredir al débil”.
El Papa finalizó su homilía pidiendo al Dios “que nos de la gracia de la compasión”.
Comentó la lectura bíblica del primer libro de Samuel, en la que se cuenta la historia Elcaná y Ana, los padres de este profeta. Elcaná tenía dos mujeres: Ana y Fenina. Fenina tenía dos hijos, mientras que Ana era estéril. Fenina, en vez de consolar a Ana trataba de humillarla en toda ocasión.
¿Qué nos lleva a burlarnos del débil?
Esa es la situación que el Papa denunció. “¿Qué es lo que hay dentro de nosotros que nos lleva a despreciar, a maltratar, a burlarse de los más débiles?”.
“Se puede comprender que uno se enfrente a otro que es más fuerte: puede ser la envidia lo que te lleva a ello… ¿Pero con los más débiles? ¿Qué es lo que hay dentro de nosotros que nos lleva a ello? Es algo habitual, como si tuviese la necesidad de despreciar a los demás para sentirme seguro. Es como una necesidad…”.
Señaló que incluso entre los niños ocurre esto, y compartió un recuerdo de infancia, cuando en su barrio vivía una mujer que sufría una enfermedad mental que la llevaba a caminar sin parar por la calle durante todo el día. Las mujeres trataban de ayudarla dándole conversación, pero los niños la seguían para divertirse a su costa. “¡Cuánta maldad también en los niños que les lleva a tomarla con los más débiles!”.
Una mancha del pecado original, de Satanás...
Explicó que “hoy lo vemos continuamente en las escuelas, con el fenómeno del bullying, agredir al débil: ‘porque tú eres gordo’, o ‘porque tú eres así, o eres extranjero, o eres negro, por esto…’. Agredir, agredir… Los niños, los chicos… También los niños. Esto significa que hay algo dentro de nosotros que nos lleva a esto. A la agresión del débil. Y creo que esto es una de las manchas del pecado original. Es una obra de Satanás”.
“Del mismo modo que, cuando tenemos el deseo de hacer una buena obra, una obra de caridad, decimos que ‘es el Espíritu Santo el que me inspira a hacerlo’, cuando sentimos dentro de nosotros ese deseo de agredir al débil, no hay duda: es el diablo. Porque es una obra del diablo agredir al débil”.
El Papa finalizó su homilía pidiendo al Dios “que nos de la gracia de la compasión”.
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