Francisco pide a Europa que sea «fecunda», actitud que «respeta la vida y ofrece esperanza de vida»
El Papa Francisco ha dirigido un mensaje a las Conferencias Episcopales de Europa (www.ccee.eu), cuyos delegados se reúnen en Sarajevo del 15 al 18 de septiembre, animándoles a contribuir al renacimiento de Europa.
En el mensaje, publicado por este organismo y dirigido a su presidente, el cardenal Péter Erdő, Francisco se detiene sobre la contribución de la Iglesia al “renacimiento de Europa” y llama a Europa “no tanto a defender los espacios, sino a ser una madre generadora de procesos” por tanto, “fecunda” porque “respeta la vida y ofrece esperanza de vida”.
El Santo Padre reconoce que él sueña con “un nuevo humanismo europeo, quien necesita memoria, coraje y una utopía sana y humana”.
El Pontífice pide a la Iglesia europea y a los países del Viejo Continente “la solicitud hacia los más necesitados: los migrantes pobres, refugiados, prisioneros, desocupados, enfermos en el cuerpo y en el espíritu”.
Francisco propone a los obispos europeos “hacer partícipes cada vez más a vuestras comunidades y a las diferentes realidades caritativas y asistenciales” en el compromiso de “anunciar el Evangelio a quienes han perdido por distintos motivos la orientación de sus vidas”.
Finalmente, exhorta a los participantes a encontrar nuevos caminos y trayectorias para garantizar a las personas que viven o que llegan a Europa “oportunidades de integración, de diálogo y de renacer para convertirnos en una única familia de pueblos”.
En el mensaje, publicado por este organismo y dirigido a su presidente, el cardenal Péter Erdő, Francisco se detiene sobre la contribución de la Iglesia al “renacimiento de Europa” y llama a Europa “no tanto a defender los espacios, sino a ser una madre generadora de procesos” por tanto, “fecunda” porque “respeta la vida y ofrece esperanza de vida”.
El Santo Padre reconoce que él sueña con “un nuevo humanismo europeo, quien necesita memoria, coraje y una utopía sana y humana”.
El Pontífice pide a la Iglesia europea y a los países del Viejo Continente “la solicitud hacia los más necesitados: los migrantes pobres, refugiados, prisioneros, desocupados, enfermos en el cuerpo y en el espíritu”.
Francisco propone a los obispos europeos “hacer partícipes cada vez más a vuestras comunidades y a las diferentes realidades caritativas y asistenciales” en el compromiso de “anunciar el Evangelio a quienes han perdido por distintos motivos la orientación de sus vidas”.
Finalmente, exhorta a los participantes a encontrar nuevos caminos y trayectorias para garantizar a las personas que viven o que llegan a Europa “oportunidades de integración, de diálogo y de renacer para convertirnos en una única familia de pueblos”.
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