El cura ruso que dio la vuelta al mundo en globo planea ir a la estratosfera y al fondo del mar
¿El lugar más profundo de la corteza terrestre? La fosa de las Marianas, en el Pacífico. Pero ya ha sido visitada. En cambio, en la fosa de Tonga no ha estado nadie. Y eso atrae al incansable explorador y sacerdote ortodoxo ruso Fiódor Kóniujov que ya está preparando la aventura.
Esta fosa está a 10.900 metros de profundidad. "La más profunda es la fosa de las Marianas, pero está también la de Tonga, a la que nadie ha bajado. Ha habido un solo intento. Los estadounidenses sumergieron un aparato automático, pero lo perdieron", indicó el padre Fiódor Kóniujov. Y un lugar que el hombre nunca ha visto es como un imán para este explorador extremo, que acaba de batir un récord: el hombre que ha dado la vuelta al mundo en globo en menos tiempo: 11 días y 6 horas.
"Los próximos planes son subir a la estratosfera y bajar a las profundidades marinas", dijo Kóniujov, de 64 años, en una rueda de prensa explicando su última aventura.
Su periplo en globo ha batido otros récords: es el primer piloto de globo que consigue dar la vuelta el mundo en el primer intento (esperó muchas semanas a que los vientos y condiciones fueran las adecuadas) y el que más kilómetros, 35.000, recorrió en el viaje. Su aventura en globo implicó 2 años de preparación.
Otro récord fue el de altura: su globo de aire caliente y helio, se elevó hasta los 11.200 metros sobre el nivel del mar, altura récord para este tipo de aparatos.
"Nadie creía que fuera posible", dijo Kóniujov, quien admitió que no durmió y prácticamente no comió durante los días que duró el vuelo, que concluyó el pasado 23 de julio en Australia, a unos 160 kilómetros al este del lugar donde inició su singladura, durante la cual tuvo que soportar temperaturas de 50 grados bajo cero.
El viajero, que voló de oeste a este en el hemisferio sur, tuvo palabras de agradecimiento para los controladores aéreos de Australia, Chile, Argentina y otros países que sobrevoló. "Les estoy muy agradecido. Desviaban Boeing para darme vía libre", dijo Kóniujov, quien señaló que cruzar Chile le llevó una hora, y Argentina, nueve.
Ahora planea lo más alto y lo más bajo: volar a la estratosfera, hasta una altura de 25.000 metros sobre el nivel de mar, nunca antes alcanzada en aerostato, y bajar a la fosa de Tonga.
Kóniujov anunció que su compañero de viaje a la profundidades del Pacífico será el vicepresidente de la Sociedad Geográfica de Rusia, Artur Chilingárov, un conocido investigador del Ártico y la Antártida.
Agregó que el batiscafo biplaza, de titanio, será fabricado en los astilleros de Severodvinsk, en el noroeste de Rusia, los mismos donde se construyen los submarinos para la Armada rusa.
Lea aquí más sobre las aventuras del padre Kóniujov
Lea aquí los pensamientos cristianos y espirituales del padre Kóniujov
Esta fosa está a 10.900 metros de profundidad. "La más profunda es la fosa de las Marianas, pero está también la de Tonga, a la que nadie ha bajado. Ha habido un solo intento. Los estadounidenses sumergieron un aparato automático, pero lo perdieron", indicó el padre Fiódor Kóniujov. Y un lugar que el hombre nunca ha visto es como un imán para este explorador extremo, que acaba de batir un récord: el hombre que ha dado la vuelta al mundo en globo en menos tiempo: 11 días y 6 horas.
"Los próximos planes son subir a la estratosfera y bajar a las profundidades marinas", dijo Kóniujov, de 64 años, en una rueda de prensa explicando su última aventura.
Su periplo en globo ha batido otros récords: es el primer piloto de globo que consigue dar la vuelta el mundo en el primer intento (esperó muchas semanas a que los vientos y condiciones fueran las adecuadas) y el que más kilómetros, 35.000, recorrió en el viaje. Su aventura en globo implicó 2 años de preparación.
Otro récord fue el de altura: su globo de aire caliente y helio, se elevó hasta los 11.200 metros sobre el nivel del mar, altura récord para este tipo de aparatos.
"Nadie creía que fuera posible", dijo Kóniujov, quien admitió que no durmió y prácticamente no comió durante los días que duró el vuelo, que concluyó el pasado 23 de julio en Australia, a unos 160 kilómetros al este del lugar donde inició su singladura, durante la cual tuvo que soportar temperaturas de 50 grados bajo cero.
El viajero, que voló de oeste a este en el hemisferio sur, tuvo palabras de agradecimiento para los controladores aéreos de Australia, Chile, Argentina y otros países que sobrevoló. "Les estoy muy agradecido. Desviaban Boeing para darme vía libre", dijo Kóniujov, quien señaló que cruzar Chile le llevó una hora, y Argentina, nueve.
Ahora planea lo más alto y lo más bajo: volar a la estratosfera, hasta una altura de 25.000 metros sobre el nivel de mar, nunca antes alcanzada en aerostato, y bajar a la fosa de Tonga.
Kóniujov anunció que su compañero de viaje a la profundidades del Pacífico será el vicepresidente de la Sociedad Geográfica de Rusia, Artur Chilingárov, un conocido investigador del Ártico y la Antártida.
Agregó que el batiscafo biplaza, de titanio, será fabricado en los astilleros de Severodvinsk, en el noroeste de Rusia, los mismos donde se construyen los submarinos para la Armada rusa.
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