Jueves, 21 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

Al santuario de Zarvanytsia iban cien mil ucranianos; con la guerra, unos cientos, y sus refugiados

Al santuario de Zarvanytsia iban cien mil ucranianos; con la guerra, unos cientos, y sus refugiados
Peregrinos en el santuario ucraniano de Zarvanytsia en verano de 2017, antes de la guerra

Pablo J. Ginés / CariFilii

Es tradición entre los católicos de Ucrania acudir en peregrinación al santuario mariano de Zarvanytsia en el domingo cercano al 17 de julio. Habitualmente se juntaban unos cien mil peregrinos en estas fechas en ese pueblecito de apenas 300 habitantes. Este año, con la guerra, han acudido unos pocos cientos.

Hay más de 4 millones de católicos en Ucrania, un 10% de la población, la mayoría de rito griego, y Zarvanytsia es su principal centro de peregrinación mariana. El lugar está situado en la zona más católica del país, a unos 140 km de Leópolis y unos 60 de Ivano-Frankvist, provincias donde los grecocatólicos son mayoría. Tiene un icono de la Virgen y una fuente de agua milagrosa, y muchos la consideran «la Lourdes» de Ucrania.

En este vídeo, la celebración en el santuario de la Virgen de Zarvanytsia este julio de guerra, con unos cientos de peregrinos y refugiados, en vez de los cien mil habituales: ambiente, canciones bizantinas y latinas, procesión informal…

Este mes de julio no se han organizado peregrinaciones grandes. La gasolina es cara y se usa para la guerra o la atención a los millones de desplazados internos. Los obispados grecocatólicos (eparquías) organizan solo algunas peregrinaciones pequeñas para levantar el ánimo a los desplazados que quieren rezar por sus seres queridos desaparecidos o en el frente. Pero se evita crear aglomeraciones.

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Un mensaje del arzobispo mayor con la Virgen

Al santuario se ha desplazado el arzobispo mayor de los católicos ucranianos de rito griego, Sviatoslav Shevchuk, quien ha emitido un mensaje grabándose al lado del venerado icono de la Virgen. Shevchuk emite un videomensaje prácticamente cada día desde que empezó la invasión rusa y quiere así acercar la Virgen y el Niño a los que le siguen por las pantallas.

«Hay quien dice que hay un conflicto en curso en Ucrania. Esto no es correcto. Lo que pasa en Ucrania son crímenes contra la humanidad: hay un criminal y una víctima», comenta, sabiendo que muchos ucranianos le siguen desde el extranjero. «Hay continuos crímenes de guerra que no cesan ni de día ni de noche”, insiste, y enumera los bombardeos del sábado contra distintas regiones: Cherkasy, Mykolaiv, el norte de Ucrania, la región de Kharkiv y la región de Sumy. «En solo un día [el sábado], se llevaron a cabo unos cuarenta bombardeos de los territorios fronterizos de Ucrania», detalla.

En la fiesta de Zarvanytsia, el arzobispo Shevchuk con el icono milagroso

Estos bombardeos buscan «intimidar a la población civil», dice el arzobispo, pero «no lo lograrán, Ucrania está en pie, Ucrania lucha, Ucrania reza«.

Explica que en Zarvanytsia, santuario mariano nacional, «uno de los centros espirituales de la Madre de Dios más grandes de Europa», no se ha podido celebrar su gran fiesta. «Pero estamos aquí, en Zarvanytsia, y rezaremos», explica. «Pediremos a la Madre de Dios el don de la paz justa y verdadera para la tierra ucraniana, para que el agresor abandone nuestro hogar, para que cesen las matanzas, para que la sangre ya no salpique la negra tierra ucraniana».

Y añade: «Rezaremos especialmente por el ejército ucraniano, por los hijos e hijas de Ucrania que defendieron la Patria, por los que están en el frente, por los heridos, los presos y sus familias. Creemos que el Señor Dios nos escuchará por intercesión de Su Madre celestial, porque no ha habido una sola oración dicha en Zarvanytsia que Él no haya escuchado”, insiste Shevchuk, que es el líder de la mayor iglesia católica de rito oriental.

Refugiados en Zarvanytsia

El pasado 25 de marzo, día de la Anunciación, fue desde Zarvanytsia donde Shevchuk proclamó las palabras de consagración de la humanidad, y en particular de Ucrania y de Rusia, al Inmaculado Corazón de María, sumándose a la misma ceremonia que realizaba el Papa en Roma y muchos otros santuarios marianos. También aquí el 31 de mayo los fieles, clérigos y refugiados se reunieron a rezar el rosario por la paz, sumándose al Papa que lo hacía desde Santa María la Mayor en Roma.

Unos 500 refugiados han pasado por Zarvanytsia. Una de las casas de ejercicios está llena de ellos. Algunos recuperan fuerzas o se serenan tras experiencias muy duras, permanecen unos días o semanas, y siguen hacia otro lugar o al extranjero. La diócesis greco-católica les ofrece comida y recursos.

Entre los refugiados hay parejas que estaban solo casadas por lo civil y que aquí han recibido formación y se han casado por la Iglesia. Otros refugiados han aprovechado para bautizar a sus bebés. En general, sienten la necesidad de acudir a la protección maternal de María en estos tiempos duros.

El monje que huía de los mongoles y el manantial curador

Hacia el año 1240, los mongoles arrasaban a sangre y fuego la Rus de Kiev, que era cristiana. Un monje huyó de la destruida Kiev hacia el oeste. Herido y cansado tras 500 km de viaje, encontró un manantial cerca del río Strypa. Se detuvo a beber y descansar y quedó dormido.

Soñó con María y Jesús: María sostenía al Niño Jesús por encima del agua que fluía de una fuente en el suelo. Según la leyenda, cuando despertó, encontró el icono que se venera, que representa esa imagen. Además, el monje se dio cuenta de que las heridas que había lavado en el manantial estaban completamente curadas. Agradecido, levantó una capilla y sintió que era su vocación quedarse rezando con el icono. Corrió la voz sobre el manantial milagroso. Los cristianos acudieron a beber el agua y a rezar ante el icono. El Niño Jesús quedó asociado con esa agua que da vida. «Venid a mí los cansados y agobiados, y yo os aliviaré».

Destrucción por los tártaros, persecución comunista

Zarvanytsia sufrió los muchos avatares de la historia. En el s.XVII turcos y tártaros quemaron el monasterio que estaba en el lugar, pero el icono sobrevivió y fue trasladado a una iglesia nueva de madera construida en el centro del pueblo. Pero en 1754 esa iglesia ardió también. Ese mismo año se construyó cerca otra iglesia, donde se guardó el icono.

En 1867, el Papa Pío XI declaró que Zarvanytsia era un lugar sagrado de peregrinación, el mayor santuario grecocatólico. En 1922, se estableció allí un monasterio, cuyo primer abad fue el padre Klementiy Sheptystsky, hermano del metropolita greco-católico Andrey Sheptytsky, que falleció en 1944.

En 1944 la Unión Soviética retomó el control de Ucrania: la iglesia de madera del monasterio se incendió, el monasterio en sí fue destruido por los soviéticos en 1946 y una capilla que se alzó la destruyeron en 1961. Toda la Iglesia greco-católica ucraniana fue ilegalizada en 1946. Pero los monjes seguían trabajando como una comunidad clandestina.

Los soviéticos bloqueaban las carreteras en las fiestas de la Virgen para que los peregrinos no acudieran. El manantial milagroso fue rodeado de alambre de espino. Pero los vecinos lograron mantener escondido el icono de la Virgen, y celebraban la liturgia de forma clandestina en las casas o en el bosque.

El renacer de un lugar mariano

En 1975, el padre Vasyl Semeniuk (que ahora es metropolitano de la archieparquía de Ternopil-Zboriv), responsable clandestino de la zona y director del seminario clandestino, logró visitar Lourdes y deseó impulsar una devoción de peregrinaciones similar en Zarvanytsia.

En 1988 llegó la perestroika, la Iglesia greco-católica salió de la clandestinidad, se reconstruyó la capilla del manantial y se volvió a venerar el icono de la Virgen en público. Poco a poco se erigió una gran capilla para peregrinos, y después un centro de acogida, un hostal, un escenario para conciertos, una casa de retiros, la iglesia monástica, el monasterio estudita (de la Orden de San Teodoro del Estudio).

Antes de convertirse en arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica ucraniana, el cardenal Lubomyr Husar consagró la iglesia de la Madre de Dios en 2000. Fue designada basílica menor antes, el 30 de junio de 2019. Juan Pablo II no llegó a visitar Zarvanytsia cuando fue a Ucrania en 2001; pero sí solicitó que le acercaran el milagroso icono de este lugar durante su visita a la capital, Kiev.

Sviatoslav Shevchuk consagró en agosto de 2018 en este santuario un complejo sobre Tierra Santa con copias del Santo Sepulcro, el Gólgota, el Huerto de los Olivos, la Escalera Santa y la Torre de David.

El mismo arzobispo Shevchuk dijo en dicha ocasión: “Este es el lugar que el Mismo Señor escogió a través de Su Madre Inmaculada como lugar de reunión con el pueblo ucraniano”.

El fruto de la guerra

Según la cuenta de Naciones Unidas (Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos, OHCHR), desde que empezó la invasión rusa el 24 de febrero de 2022 hasta el 11 de julio, se han registrado entre la población civil ucraniana 5.024 muertos y 6.520 heridos.

La Oficina del Fiscal General de Ucrania ha contabilizado hasta el 18 de julio la muerte de 353 niños, junto con otros 666 niños heridos, a causa de la invasión (faltarían por contar muchos casos en los territorios aún ocupados por Rusia).

El 17 de julio, el jefe de Policía de la región de Kiev ofrecía las cifras de civiles muertos en esa región, semanas después de retirarse las tropas rusas de ella: 1.346 civiles muertos en la región, de los que 700 murieron por disparos de armas pequeñas, como pistolas. Hay además 300 desaparecidos en las zonas de la región que los rusos tomaron y luego abandonaron.

Desde España es posible ayudar a las víctimas y desplazados a través de Cáritas Española, que colabora con las dos Cáritas ucranianas (la latina y la grecocatólica). La cuenta es:  Caixabank ES31 2100 5731 7502 0026 6218. Hay una web para donativos AQUÍ

(Publicado originariamente en el portal de noticias marianas CariFilii.es).

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