San John Plessington, ahorcado y troceado en 1679
Unos huesos encontrados en un pub de Gales podrían ser los de un mártir que se ordenó en España
La diócesis inglesa de Shrewsbury está terminando de estudiar unos huesos que se encontraron en un pub de Gales hace 140 años, en el pueblo galés de Holywell, envueltos en ropa infantil del siglo XVII.
En el pueblo siempre se dijo que el pub había sido una casa donde los jesuitas se habían ocultado, o incluso su cuartel general en la zona, durante los años de persecución anti-católica y cuando se encontraron los huesos se consideró que podían ser de un católico que murió mártir por su fe.
Pero ahora los estudios forenses parecen poder dar más datos.
Se trataría del jesuita San John Plessington, que pertenecía a una familia católica, estudió en España, en el colegio inglés de Valladolid, fue ordenado sacerdote en Segovia en 1662 y murió ahorcado, abierto en canal y troceado (el tratamiento que se ve al final de la película “Braveheart”, reservado a los “traidores”) en 1679, por ejercer de sacerdote católico en la Inglaterra anglicana. Llevaba 16 años ejerciendo de sacerdote clandestino en Inglaterra y Gales.
Este es el cráneo hallado con otros huesos; al parecer, se rompió de dentro hacia afuera, probablemente por ser clavada la cabeza en una pica
Su ejecución tuvo lugar bajo la ola de histeria anti-católica entre 1678 y 1681, que llevó a la ejecución de 22 católicos, entre rumores de conspirar contra el Estado. Aunque en su caso quedó claro que no tenía nada que ver con conspiraciones, se le ejecutó por su actividad sacerdotal “papista” clandestina.
A San John Plessington se le permitió un breve discurso final. Y él dijo:
“Sé que se dirá que un sacerdote ordenado por una autoridad derivada de la Sede de Roma debe morir, según la ley de esta nación, como un traidor, pero si así fuera tal debería hacerse con todos los clérigos de la Iglesia de Inglaterra, pues los primeros obispos protestantes fueron ordenados por los de la Iglesia de Roma, o bien no fueron ordenados en absoluto”.
También escribió un testamento que hizo circular: “Estoy dispuesto a morir y preferiría morir antes que dudar de cualquier punto de fe enseñado por nuestra Santa Madre, la Iglesia Católica romana”.
Altar dedicado a Santa Winefrida, junto al pozo con su nombre, lugar de peregrinaciones; San John Plessington ejerció su ministerio en la zona
Los huesos en el pub estaban en el pueblo de Holywell, cerca del Pozo de Santa Winefrida (www.saintwinefrideswell.com), un lugar de peregrinación desde el siglo VII y aún en activo. Allí ejerció su sacerdocio clandestino el jesuita mártir.
El examen forense de estos restos parece confirmar que su dueño murió mediante ahorcamiento y troceamiento y que su cráneo fue atravesado desde abajo, probablemente cuando la cabeza fue clavada en una pica para exponerla en público.
Icono de los 40 mártires ingleses: en realidad, 6 eran galeses; 3 eran mujeres que se negaron a revelar donde se ocultaban sacerdotes clandestinos
San John Plessington fue canonizado por Pablo VI en 1970 dentro del grupo conocido como “los 40 mártires ingleses”, ejecutados por el regimen británico en los siglos XVI y XVII.
En el pueblo siempre se dijo que el pub había sido una casa donde los jesuitas se habían ocultado, o incluso su cuartel general en la zona, durante los años de persecución anti-católica y cuando se encontraron los huesos se consideró que podían ser de un católico que murió mártir por su fe.
Pero ahora los estudios forenses parecen poder dar más datos.
Se trataría del jesuita San John Plessington, que pertenecía a una familia católica, estudió en España, en el colegio inglés de Valladolid, fue ordenado sacerdote en Segovia en 1662 y murió ahorcado, abierto en canal y troceado (el tratamiento que se ve al final de la película “Braveheart”, reservado a los “traidores”) en 1679, por ejercer de sacerdote católico en la Inglaterra anglicana. Llevaba 16 años ejerciendo de sacerdote clandestino en Inglaterra y Gales.
Este es el cráneo hallado con otros huesos; al parecer, se rompió de dentro hacia afuera, probablemente por ser clavada la cabeza en una pica
Su ejecución tuvo lugar bajo la ola de histeria anti-católica entre 1678 y 1681, que llevó a la ejecución de 22 católicos, entre rumores de conspirar contra el Estado. Aunque en su caso quedó claro que no tenía nada que ver con conspiraciones, se le ejecutó por su actividad sacerdotal “papista” clandestina.
A San John Plessington se le permitió un breve discurso final. Y él dijo:
“Sé que se dirá que un sacerdote ordenado por una autoridad derivada de la Sede de Roma debe morir, según la ley de esta nación, como un traidor, pero si así fuera tal debería hacerse con todos los clérigos de la Iglesia de Inglaterra, pues los primeros obispos protestantes fueron ordenados por los de la Iglesia de Roma, o bien no fueron ordenados en absoluto”.
También escribió un testamento que hizo circular: “Estoy dispuesto a morir y preferiría morir antes que dudar de cualquier punto de fe enseñado por nuestra Santa Madre, la Iglesia Católica romana”.
Altar dedicado a Santa Winefrida, junto al pozo con su nombre, lugar de peregrinaciones; San John Plessington ejerció su ministerio en la zona
Los huesos en el pub estaban en el pueblo de Holywell, cerca del Pozo de Santa Winefrida (www.saintwinefrideswell.com), un lugar de peregrinación desde el siglo VII y aún en activo. Allí ejerció su sacerdocio clandestino el jesuita mártir.
El examen forense de estos restos parece confirmar que su dueño murió mediante ahorcamiento y troceamiento y que su cráneo fue atravesado desde abajo, probablemente cuando la cabeza fue clavada en una pica para exponerla en público.
Icono de los 40 mártires ingleses: en realidad, 6 eran galeses; 3 eran mujeres que se negaron a revelar donde se ocultaban sacerdotes clandestinos
San John Plessington fue canonizado por Pablo VI en 1970 dentro del grupo conocido como “los 40 mártires ingleses”, ejecutados por el regimen británico en los siglos XVI y XVII.
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