Los obispos católicos se unen a los ortodoxos por las cruces de las matanzas comunistas de Kuropaty
Los obispos católicos de Bielorrusia se han unido a los ortodoxos para pedir que no sean demolidas ni maltratadas las cruces de Kurapaty, donde descansan decenas de miles de víctimas de la represión comunista entre 1937 y 1941.
El régimen bielorruso, que lleva 25 años en manos del presidente Aleksander Lukashenko, antiguo miembro del Partido Comunista, nunca ha querido admitir que las matanzas las realizara la NKVD (policía política estalinista) y la administración nunca menciona públicamente Kuropaty. Ahora, funcionarios y excavadoras quieren demoler esas cruces para "remodelar" el lugar y ya han destruido unas 70.
Los católicos oscilan entre un 6 y un 16% del país, organizados en 4 diócesis, con el arzobispo de Minsk, Arzobispo Tadeusz Kondrusiewicz, al frente. Kondrusiewicz fue anteriormente el obispo católico de Moscú.
"Han demolido las cruces montadas en el lugar de enterramiento de muchas víctimas inocentes. Nadie cuestiona el hecho de que la zona de Kurapaty sea remodelada, pero es necesario tener en cuenta la opinión pública y en especial a los fieles y evitar humillación las cruces", dice el arzobispo de Minsk. Detalla que las cruces están "en el lugar de enterramiento de muchas víctimas inocentes".
No es fácil saber cuántas víctimas de la barbarie comunista descansan en Kurapaty. Treinta años después de caer el Muro de Berlín, los archivos de la NKVD siguen siendo secretos en Bielorrusia.
En Wikipedia se recogen distintas estimaciones de víctimas mortales:
- 7.000, según Bozhelko, fiscal general de Bielorrusia
- al menos 30.000 personas, según Tarnauski, procurador general de la República Socialista Soviética de Bielorrusia
- de 102.000 a 250.000 personas, según Zianon Pazniak en un artículo en el periódico "Litaratura i mastactva"
- 250.000 personas, según Zdzisław Julian Winnicki, historiador polaco y profesor de la Universidad de Wroclaw)
El 29 de octubre de 2004 la comunidad judía de Bielorrusia instaló un monumento en memoria de los judíos y personas de otras nacionalidades que fueron asesinados en el bosque de Kurapaty. La piedra, de granito marrón, tiene dos inscripciones, en yiddish y en bielorruso: "A nuestros compañeros creyentes judíos, cristianos y musulmanes – a las víctimas del estalinismo, de los judíos de Bielorrusia".
Bielorrusia: un país ortodoxo con presencia católica
Bielorrusia tiene unos 10 millones de habitantes, de los que un 50% declaran no tener religión, un 42% se declaran cristianos ortodoxos y un 6% serían católicos, aunque otras fuentes reclaman hasta un 16% de población bautizada católica.
Los obispos católicos de Bielorrusia rezan en Kuropaty
Desde 1994 el país lo preside Aleksander Lukashenko: durante estos 25 años ha ganado las elecciones -siempre en circunstancias de poca transparencia- con más del 70% de los votos. Aliado firme de Vladimir Putin, muchos consideran que Bielorrusia sigue siendo, en la práctica, una dictadura socialista semi-disimulada que somete a las entidades religiosas a una estricta vigilancia.