Vandalizan la casa de Jacob Rees-Mogg, un católico lanzado al liderazgo conservador británico
Con su exigencia de que el Brexit no resulte descafeinado durante las negociaciones con la Unión Europea, Jacob Rees-Mogg se ha convertido en una de las peores pesadillas de Theresa May, y en un referente cada vez más importante para los conservadores británicos.
Desde enero preside el influyente European Research Group, un grupo de parlamentarios creado en 1993 para encabezar el sector euroescéptico de los tories. Y están vigilantes para que la salida del Reino Unido de la Unión Europea responda a lo expresado en el referéndum del 23 de junio de 2016, donde no hubo matices, y no resulte en una permanencia light.
Al oponerse a las últimas propuestas de la premier británica, Rees-Mogg sentenció: "La aplicación de las normas de la Organización Mundial del Comercio a las relaciones con la Unión Europea sería mejor para el Reino Unido y nos permitiría completar antes el Brexit".
En el otro punto sensible para el electorado conservador, la inmigración musulmana y su influencia en la política de seguridad y en la identidad nacional, Rees-Mogg también acaba de adoptar una posición clara en apoyo de Boris Johnson, el lenguaraz y carismático ex alcalde de Londres que fue ministro de Asuntos Exteriores de May hasta su dimisión en julio por discrepancias con ella por su gestión del Brexit.
Boris Johnson y Theresa May: un divorcio político que envuelve también una pugna por el liderazgo tory. Rees-Mogg aparece cada vez más como una tercera opción.
Unas declaraciones de Johnson comparando la apariencia del burka con "buzones de correo" y "atracadores de banco" le han supuesto un expediente en el partido. Rees-Mogg lo considera "un show" para favorecer a la debilitada May organizado por quienes quieren eliminar a Johnson como rival por "sus éxitos y su popularidad". Y cree "un error" que May haya exigido al ex alcalde de Londres que se disculpe. Tanto Johnson como Rees-Mogg se mostraron sin embargo contrarios a la reciente ley danesa que prohíbe dicha prenda.
Lo cierto es que por uno y otro motivo, y tanto más si la campaña contra Boris Johnson consigue laminarle políticamente, la figura de Rees-Mogg emerge en los últimos meses como una alternativa real en el seno de los tories. Y se trata de un hombre católico, padre de seis hijos, que reza el rosario diariamente y se ha mostrado radical y claramente en contra del aborto y del matrimonio entre personas del mismo sexo.
Rees-Mogg, junto con su esposa Helena y sus seis hijos. Tanto ella como él disponen de una importante fortuna que les hace independientes de los poderes económicos.
Ex alumno de Eton y del Trinity College, historiador, de 49 años, con una sólida reputación en el mundo financiero y económicamente libre, es diputado desde 2010 por el distrito de North East Somerset, en el suroeste inglés, cerca de Bristol.
Rees-Mogg ya ha empezado a pagar un coste personal por sus principios, su valentía a defenderlos y su proyección en el partido. Aunque la noticia solo trascendió días después, el 1 de agosto, mientras se encontraba con su familia en Nueva York, su residencia en Somerset y el vehículo de su esposa Helena fueron vandalizados con una intencionalidad claramente ideológica: pintadas de "Pijos escoria" o "Cállate y muere" en las ventanas y en el coche, frases obscenas, condones y otros objetos sexuales esparcidos, símbolos anarquistas e incluso la profanación con preservativos de una cruz en el jardín...
La agresión no ha conseguido amedrentarle, a tenor de sus declaraciones a The Sun tras descubrirse los hechos, cargadas de ironía: "Parece haber sido alguien que no sabe beber... y probablemente no católico. De todas formas, lo hemos limpiado ya todo, así que esta protesta de borrachos no tendrá efectos ni siquiera a corto plazo".
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