Posibles milagros
Los médicos del santuario de Lourdes aprueban dos nuevas curaciones «inexplicables»
Los casos, uno de ciática y otro de hipertensión arterial, datan de 1965 y de 1989. La Iglesia ha reconocido oficialmente 68 curaciones "milagrosas"
El santuario mariano de Lourdes, en los Pirineos franceses, aprobó este miércoles dos nuevas curaciones que el comité médico de ese lugar de culto declaró "inexplicables en el actual estado del conocimiento científico" y que datan de 1965 y de 1989.
Ambos casos, uno de ciática y otro de hipertensión arterial, serán transmitidos a los obispos de las diócesis de las dos personas, sobre quienes recae "la interpretación religiosa que la Iglesia dará a dichas curaciones", agregaron los servicios de comunicación del santuario de Lourdes en un comunicado.
En la víspera de la festividad católica de la Inmaculada Concepción, los responsables del santuario informaron de que el Comité Médico Internacional de Lourdes (CMIL) votó favorablemente, por mayoría de dos tercios, el carácter inexplicable de las curaciones que le fueron presentadas por el doctor Alessandro de Franciscis, responsable de la Oficina de Constataciones Médicas del Santuario de Lourdes.
Hasta ahora, la Iglesia ha reconocido oficialmente 68 curaciones "milagrosas" entre los más de 7.000 casos que hasta la fecha han presentado los peregrinos que creen haber superado una enfermedad o una dolencia gracias a su visita al santuario mariano.
Según las creencias católicas, el 11 de febrero de 1858 la Virgen María se le apareció por primera vez a Bernadette de Soubirous, una adolescente de 14 años, más tarde convertida en Santa Bernadette.
En una de las 18 apariciones, ocurridas en marzo, fue cuando Bernadette, por indicación de la Virgen, encontró el manantial de las curaciones, cuyas aguas -unos cien mil litros diarios- vierten en 17 piscinas, donde se bañan los enfermos, y numerosas fuentes, donde beben los peregrinos.
Para obtener el "reconocimiento de un milagro", informa el santuario de Lourdes en su página web, es necesario seguir un "proceso" en el que está implicada "la medicina, por un lado, y la jerarquía católica, por otro".
El enfermo que cree haber sido curado en Lourdes debe dar parte a la Oficina de Constataciones Médicas del santuario, donde un médico decidirá si procede continuar con la investigación.
En caso de que el doctor decida seguir adelante, solicitará al enfermo pruebas de que efectivamente estaba enfermo antes del peregrinaje y le dará cita un año después, para constatar que la curación tiene carácter permanente.
Verificar las pruebas aportadas y la perennidad de la curación puede llevar años, advierten los responsables del lugar de culto. El médico discutirá el caso con la "oficina médica", en la que participarán todos los médicos reunidos en Lourdes ese día, "sin distinción por sus convicciones personales", se precisa.
Si convienen que la curación puede no tener explicación científica, transmitirán el dossier al CMIL, que lo examinará en su reunión anual, que encargará la investigación a uno de sus miembros.
El médico podrá consultar a quien crea oportuno y utilizar la literatura que desee, antes de volver a someter el dossier a sus colegas del CMIL. En paralelo, se contactará con la diócesis del afectado.
"Si una curación es médicamente destacable pero no da frutos en el plano espiritual, la Iglesia no apoyará el testimonio de esa persona que habría, de alguna manera, traicionado la gracia que se le había conferido", precisan los responsables de Lourdes.
Para establecer su decisión, el CMIL tendrá en cuenta los "criterios de Lambertini", que datan del siglo XVIII. El CMIL, por mayoría de dos tercios, decidirá en qué grado considera la curación, cuyo máximo nivel corresponde a "inexplicable en el actual estado del conocimiento científico".
Después será la Iglesia la que otorgue su veredicto sobre el grado de la curación, siendo la categoría de "milagro" la más elevada.