Reconocerle en medio de nuestras alegrías y placeres
El Espíritu Santo ama mi felicidad. Es un error tremendo creer que sólo podemos ofrecerle nuestros sufrimientos, como si a él no le interesara que disfrutemos de esta vida.
Es cierto que él puede ayudarnos cuando estamos pasando un momento difícil. Pero también espera que lo reconozcamos en medio de nuestras alegrías y placeres.
Algunas personas, cuando están viviendo un buen momento, no saben disfrutarlo, porque piensan que eso no le interesa a Dios. O sienten que no son dignos de disfrutar, o que sólo valen el sacrificio y el trabajo. Olvidan que Dios nos ama, y nos ama con generosidad y con ternura. Es como cualquier amigo que nos quiere en serio, y que se alegra cuando las cosas nos van bien y podemos ser felices.
Por eso, cuando estemos pasando un buen momento, disfrutémoslo y démosle gracias al Espíritu Santo. Si no somos egoístas y somos capaces de compartir con los demás, el Espíritu Santo disfruta con nosotros.
Es cierto que él puede ayudarnos cuando estamos pasando un momento difícil. Pero también espera que lo reconozcamos en medio de nuestras alegrías y placeres.
Algunas personas, cuando están viviendo un buen momento, no saben disfrutarlo, porque piensan que eso no le interesa a Dios. O sienten que no son dignos de disfrutar, o que sólo valen el sacrificio y el trabajo. Olvidan que Dios nos ama, y nos ama con generosidad y con ternura. Es como cualquier amigo que nos quiere en serio, y que se alegra cuando las cosas nos van bien y podemos ser felices.
Por eso, cuando estemos pasando un buen momento, disfrutémoslo y démosle gracias al Espíritu Santo. Si no somos egoístas y somos capaces de compartir con los demás, el Espíritu Santo disfruta con nosotros.
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