La historia del monje gallego que dormía con sus enormes mastines del Pirineo...

Xosé Ramón Reiriz, que lleva 34 años como monje en Sobrado de los Monjes (www.monasteriodesobrado.org, provincia de La Coruña) tiene una ocupación muy especial: se encarga de Lucas y Pecas, dos mastines del Pirineo, herederos de un regalo del Rey Juan Carlos I.

Según explica a Toni Silva, en La Voz de Galicia, él fue uno de los causantes del peculiar regalo real.

«Fue una visita inesperada del rey y la reina [en junio del 2003], nos llamaron con una hora de antelación. Estuvieron aquí toda la tarde, nos preguntaron de qué vivíamos, la vaquería fundamentalmente, y entonces otro hermano y yo le dijimos que queríamos un perro para cuidar las vacas, un perro o un caballo. Es de esas cosas que dices medio en broma, pero el rey se quedó con la copla y en agosto de ese año cuál fue la sorpresa cuando una tarde aparece aquí y dice 'aquí os traigo el regalo'».

El mastín del Rey Juan Carlos se llamaba Tello. Después los monjes recibieron otro regalo: Tella, un mastín hembra ofrecido por el juez canino Rafael Malo.

Tuvieron a Tellita, madre de Lucas y Pecas, hoy con nueve años. Estos perros combinan el blanco y negro en su pelaje, los mismos colores que el hábito de la orden cisterciense. A diferencia del patriarca, estos dos perros no han tenido que trabajar. Desde hace años la vaquería del monasterio es explotada por una empresa, y los animales domésticos tienen ahora funciones más bien estéticas.

Dormir con los mastines

Xosé Ramón Reiriz se vuelca con sus mastines. Durante 15 días durmió en un colchón junto a Pecas, después de que este fuera operado de un oído. «Había que ver cómo reaccionaba, si sufría alguna crisis...», recuerda Xosé Ramón, a quien esta convivencia ha convertido en un experto de esta espectacular raza canina y que no duda en compartir en su cuenta de Facebook.

Desde el 16 de junio ha regresado al mismo colchón para pasar dos semanas. Alba, otro de los cuatro mastines del monasterio, acaba de parir a sus cinco cachorros. «Un animal de 60 kilos puede aplastar a alguna de sus crías durante el sueño». Un incidente que quiere evitar con su propia vigilia y entre los rezos marcados por el horario cisterciense. «A los rezos tengo que acudir, pero es un momento breve y regreso rápido», explica. Además, cuando se ausenta -él es el viceprior- lo releva una amiga, especialista en el cuidado de perros que se desplaza desde A Coruña.

La playa de "Mar Adentro"

Xosé Ramón nació en Xuño, parroquia de Porto do Son. Dice que es monje de vocación tardía. «Entré aquí con 28 años», después de estudiar en la Escuela de Marina Mercante de A Coruña en 1974. Allí asistió a un evento trágico famoso: «Yo estaba en la playa de Xuño cuando Ramón Sampedro sufrió el accidente que le dejó tetrapléjico». Ramón Sampedro no quiso acondicionar su casa para tener más movilidad ni tener una silla moderna, como otros tetrapléjicos. Sampedro prefirió convertirse en un activista pro-eutanasia: su vida consistió en promover el matar y el matarse. Xosé Ramón dice que no ha visto la película que hizo sobre el caso el director Alejandro Amenábar para promover la eutanasia, arropado por varios ministros del PSOE de Zapatero.

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