Cecilia Pilar Gracia, nueva presidenta de Manos Unidas: 6.300 voluntarios, proyectos en 50 países
Cecilia Pilar Gracia, voluntaria en Manos Unidas desde 2010, ha sido elegida como nueva presidenta de la ONG católica de ayuda internacional al desarrollo.
Es licenciada en Geografía e Historia por la Universidad de Complutense de Madrid, aunque la mayor parte de su carrera profesional la ha desempeñado en el mundo de la comunicación y el marketing. Antes de entrar en Manos Unidas ya había realizado voluntariados en otras ONGs. Es extremeña, está casada y tiene dos hijos.
En Manos Unidas ha trabajado en distintos departamentos, por lo que tiene un amplio conocimiento del funcionamiento y la estructura de la ONG. Tras pasar cinco años en el Departamento de América, fue nombrada coordinadora del Festival de Clipmetrajes, que organiza el área de Educación para el Desarrollo de Manos Unidas. Los últimos cinco años –y hasta la actualidad- ha sido responsable del Área de Comunicación y Presencia Pública de la ONG.
En la votación que la eligió estuvo presente el obispo Carlos Escribano, consiliario nacional de Manos Unidas y presidente de la Comisión Episcopal de Laicos, Familia y Vida.
La nueva Presidenta de la ONG de la Iglesia católica ha asegurado que asume la responsabilidad que se le ha encomendado con el mismo «compromiso, dedicación e ilusión» de sus comienzos como voluntaria en la ONG hace ya más de 13 años.
Clara Pardo, la presidenta saliente, ha ofrecido su «apoyo incondicional» a Cecilia Pilar y ha asegurado que deja la Presidencia de la organización «en unas magníficas manos».
Cecilia Pilar Gracia, nueva presidenta de Manos Unidas, con Clara Pardo, a la derecha, presidenta saliente.
Siempre preside una mujer: 71.000 socios y colaboradores
Por sus estatutos, Manos Unidas siempre es presidida por una mujer. La organización nació en 1959, cuando las Mujeres de Acción Católica Española lanzaron en España la primera «Campaña contra el Hambre en el Mundo», inspiradas por la "guerra contra el hambre" que había declarado en 1955 la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas. Han pasado más de 60 años, la tecnología y el mundo han cambiado, pero sigue habiendo hambre, guerra y han vuelto las pandemias.
Según su Memoria 2020, al acabar el año Manos Unidas contaba con 6.300 voluntarios, 71.000 socios y 144 personas contratadas. Ese año, extraño por la pandemia, la organización impulsó 506 nuevos proyectos en 53 países del mundo, por valor de casi 30 millones de euros, aunque si se suma el mantenimiento de proyectos puestos en marcha anteriormente se alcanzaron en total los 807 proyectos. Hubo fondos y proyectos aplazados a causa de la pandemia.
Más voluntarios, menos donaciones desde parroquia
Según la Memoria 2020, que recoge su actividad en el primer año de la pandemia, Manos Unidas recaudó ese año casi lo mismo que el anterior. Los socios y pequeños donantes ocasionales de Manos Unidas se mantienen más o menos igual de generosos pero las parroquias y las entidades religiosas cada vez destinan menos dinero a Manos Unidas.
Así, hace 12 años, cuando la ONG recibió el premio Príncipe de Asturias en 2010, el año antes a la JMJ de Madrid, las parroquias donaban 12 millones de euros a Manos Unidas; en 2018 donaban 9,8 millones; en 2019 sólo 8,8 y en 2020 8,1. El coronavirus puede explicar el bajón de 2020, pero no el de los años anteriores, que marca tendencia.
En 2020, sin embargo, las otras fuentes de ingresos de Manos Unidas compensaron, incluyendo los donativos de administraciones públicas, legados y herencias, campañas en colegios, etc... La gran fuerza de Manos Unidas son sus socios-donantes estables. La asociación terminó el año con un superávit raro de varios millones (ligado a la peculiaridad de la pandemia), un dinero que se aplicará a proyectos futuros.
Donde sí hay un claro crecimiento es en la incorporación de voluntarios, que realizan casi todos labores de recaudación y concienciación, puesto que los proyectos en sí los realizan en cada país ayudados por más de 600 asociaciones nativas, a menudo ligadas a parroquias o comunidades católicas.
En 2018 Manos Unidas tenía 5.345 voluntarios; en 2020 tenía mil más: exactamente 6.344.
El coronavirus fue la gran novedad de 2020: Manos Unidas dedicó fondos a 136 proyectos ligados al coronavirus en 36 países, la mitad de ellos africanos.
La pandemia no detuvo las calamidades naturales en 2020: Manos Unidas ayudó en 28 acciones de emergencia a paliar los efectos de tormentas tropicales, ciclones y tifones, y a poblaciones (de Burkina Faso, Mozambique, Camerún y República Democrática del Congo) que huían de la violencia (en los tres primeros países de origen yihadista). (La Memoria 2020 puede verse en PDF aquí. )