Ernesto Brotóns ya es obispo de Plasencia: «El Evangelio es palabra significativa y provocativa»
Este sábado fue ordenado obispo de Plasencia, en la plaza de San Nicolás de la ciudad extremeña, Ernesto Jesús Brotóns Tena, quien tomó posesión de la sede para la que fue designado por el Papa el pasado mes de julio. El acto no pudo tener lugar en la catedral, al estar ocupada por la exposición Transitus, de la cual, sin embargo, se tomaron para la ocasión la Virgen del Sagrario y el Cristo de los Doctores.
Cerca de ochocientas personas, entre autoridades y fieles, asistieron a la ceremonia, en la que actuó como consagrante principal el cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y presidente de la conferencia episcopal. Estuvieron también presentes el nuncio en España, monseñor Bernardito Auza, y una veintena de arzobispos y obispos de toda España.
Modelo en conducta y palabra
Brotóns, zaragozano de 54 años, es un teólogo y formador con experiencia como sacerdote rural. Hasta su nombramiento era director del Centro Regional de Estudios Teológicos de Aragón y del Instituto Superior de Ciencias Religiosas en Zaragoza. La diócesis de la que se va a hacer cargo consta de 250.000 fieles, 201 parroquias y 130 sacerdotes diocesanos.
Antes de comenzar la celebración, el ordenando, acompañado del nuncio y otros obispos, así como del Cabildo de la Catedral y del Colegio de Consultores, encabezó una comitiva que salió desde el Palacio Episcopal hasta la Iglesia de San Nicolás, con el acompañamiento de tamboriles y personas ataviadas con traje regional. En la puerta trasera del templo, monseñor Brotóns fue recibido por el deán de la catedral, quien le dio a besar el Lignum Crucis y le ofreció agua con la que bendijo al pueblo.
En la homilía, el cardenal Omella pidió a los cristianos ser “testimonio en una sociedad polarizada”, y a don Ernesto ser “un modelo para los fieles en la palabra, en la conducta y en todas aquellas otras cualidades propias del cargo”.
Monseñor Ernesto Brotóns bendice al pueblo de Plasencia.
Luego llegaron las promesas del elegido que examinaron su fe y su ministerio y el canto de las letanías de los santos, con el candidato postrado en tierra en señal de humildad y súplica. El momento central llegaba con la imposición de manos sobre el candidato y la oración de consagración. La ceremonia siguió con la unción con el santo crisma, la entrega de los evangelios, el anillo, la mitra y el báculo, tras lo cual monseñor Brotóns fue invitado a sentarse en su cátedra.
El Evangelio, palabra buena
En las palabras que el nuevo obispo dirigió a los presentes, ofreció su colaboración “en todo lo que suponga crecer en humanidad y sirva al bien común, así como en la defensa de los derechos, dignidad y vida de toda persona humana (comenzando por los más desfavorecidos), y de nuestros pueblos, sabedor de la hermosura y también dureza del mundo rural".
"Vivimos tiempos recios, necesitados de esperanza", añadió: "Todo lo que trabajemos juntos en aras de una sociedad más justa, fraterna y humana es poco. Creo, sinceramente, que el Evangelio no deja de ser una palabra buena, significativa y provocativa para nuestro tiempo. Pido al Señor que nos haga, que me haga, hermano y servidor de los más pequeños”.