Santiago de Compostela ya tiene Adoración Perpetua: España cuenta con 60 de estas capillas
Una nueva capilla de Adoración Perpetua ha abierto sus puertas en España, convirtiéndose de este modo en la número 60 en el país. El Santísimo Sacramento estará expuesto a partir de ahora día y noche para ser adorado en Santiago de Compostela, uno de los lugares de peregrinación más importantes para la cristiandad.
La iglesia de San Fernando (Rúa da República Arxentina, 23), concretamente en su cripta, alberga ya esta capilla de Adoración Perpetua. Comenzó el pasado 20 de enero con una misa presidida por el arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, donde estuvo acompañado por una decena de sacerdotes y de los seminaristas diocesanos.
El templo, repleto
Tal y como cuenta AEPE, el templo estuvo repleto de fieles adoradores. El arzobispo habló del don de tener un corazón libre como para reconocer a Dios y la propia pequeñez ante su presencia.
También evocó a los monjes de Cluny cuando, hacia el año 1000, se descalzaban para recibir al Señor, porque allí se estaba frente al mismo misterio de Dios que había hecho quitarse el calzado a Moisés ante la zarza ardiente.
"Al adorar no nos evadimos de la realidad"
Además, monseñor Barrio añadió que “al adorar no nos evadimos de la realidad. Adorar es el medio precioso para avivar nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra caridad, y nuestra capacidad de alabanza y de oración. La adoración es un camino de dicha y bendición. Dichoso el que confía en el Señor. Sois adoradores porque confiáis en el Señor, dejándoos iluminar por Él y comprometiéndoos en un testimonio de vida cristiana”.
“Sólo ante Él, debemos postrarnos, sólo ante Él”, repitió. Recordó que se debe reparar e interceder por los hombres. Para el contemplativo, todo lo que le afecta a los demás, tiene resonancia en su corazón. Por eso: “Cuando vais a la adoración no vais solos, lleváis a toda la Iglesia, a toda la humanidad”.
Y por último indicó que “sólo seremos adoradores en verdad si lo hacemos con amor y humildad y guiados por el Espíritu Santo. Id y proclamad ‘Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo’”.